Elías Sevillano: «Buscamos una programación de calidad que sea también viable»

Comenta a ABC Sevillano que «las dos salas abrimos en una época parecida. Nosotros abrimos la Sala Cero sobre noviembre de 1999 y creo que La Fundición fue un poco después». En cuanto al hecho de que hayan asumido también la dirección de este último teatro, este gestor dice que «desde siempre hemos tenido inquietud de programar en otros espacios distintos al nuestro. Así, estuvimos un año programando en el Teatro Quintero cuando la gestionaba Gervasio Iglesias. También programamos en la Sala Antiquarium y quisimos hacer un proyecto ambicioso en el Cine Cervantes, pero al final no salió».

El responsable de La Fundición desde su creación, Pedro Álvarez-Ossorio, «se iba a jubilar y quería darle el testigo de la sala a alguien. La Fundición estaba en una situación delicada. Había cambiado de dirección en los últimos años. La llegada de la pandemia en 2020 fue ya la puntilla. Para nosotros era un reto mantener un espacio que, dentro del panorama teatral de Sevilla, nos parece fundamental. La programación que cubre es complementaria a la de la Sala Cero. A partir de entonces adquirimos la empresa que la gestiona. Ataes (Asociación de Amigos del Teatro y de las Artes Escénicas de Sevilla) tiene la concesión del espacio y hemos hecho un acuerdo con ellos para hacer la explotación de la sala. Además, hemos procurado mantener esa línea para que no se viera afectado el proyecto de Ataes con el Ayuntamiento».

Por otra parte, Sevillano aclara que «la intención nuestra era que La Fundición no fuera una sala B o una extensión de la Sala Cero. Quería darle una propia personalidad a este espacio, que de por sí ya la tiene. Es decir, que contara con una identidad propia con espectáculos de texto. No sólo con la comedia como hilo conductor, sino abrirnos a otro tipo de espectáculos y apostar también por la danza. Queremos seguir con esa línea. Javier Ossorio sigue como director de programación, aunque vinculado a la gerencia», comenta Elías Sevillano.

El máximo responsable de la Sala Cero y La Fundición bromea con la idea de que el teatro esté siempre en crisis. «Parece que es un tópico, pero es realidad. Estamos siempre en una situación delicada». En ese sentido, recuerda que desde el sector de las artes escénicas han tenido que sortear «dos crisis gordas, la del año 2011 y la de la pandemia». Por eso Sevillano apunta a que hay que buscar un equilibrio «entre la eficiencia económica y la artística. Tenemos que apostar por una programación de calidad y que el público la identifique, pero siempre que sea económicamente viable. Hemos querido mantener la estabilidad entre las administraciones públicas y el público».

En cuanto a las ayudas públicas, en estos años la Sala Cero las ha recibido del Ministerio de Cultura a través del INAEM; de la Junta de Andalucía a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y del Ayuntamiento de Sevilla a través del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS). «Al final las subvenciones son un sinvivir. Son ayudas que necesitamos por la propia definición de la actividad que desarrollamos, que por sí misma es deficitaria. Abrimos un espacio con unos costes fijos muy caros. Damos un servicio público. Nos arriesgamos con la programación dándole un sello de calidad porque siempre apostamos por elementos culturales nuevos. El apoyo público da muchos vaivenes. Estamos supeditados al equipo de administración que haya en cada momento, a los plazos burocráticos, a los plazos de pago, etc. Es un arma de doble filo: te da sustento, pero te requiere un equilibrio estable. Las subvenciones se tardan en pagar y al final las tienes que adelantar tú. De alguna forma, tienes que financiarlas internamente. Esas ayudas pueden tardar años en venir».

La Sala Cero cuenta con un presupuesto anual que ronda los 500.000 euros. La taquilla asume el 70% de dicha cantidad, mientras que las subvenciones completan el 30% restante. «En La Fundición la taquilla no es tanto, se soporta más por subvención porque la programación es más arriesgada y también depende el tipo de aforo. Hacemos además espectáculos familiares que no tienen tanto impacto en taquilla, como los de música, danza, etc. Pero es fundamental programar obras así», asegura este gestor.

La Sala Cero —que está ubicada en la calle Sol, 5— tiene un aforo de 175 butacas. El de La Fundición —que está en la calle Habana, 18— es de 139 butacas. «Entre personal de administración, de sala, técnicos, taquilla, etc., la Sala Cero cuenta con diez personas contratadas y La Fundición con cuatro. En la Sala Cero hemos logrado tener a nuestro personal en plantilla, sin fijos discontinuos, programando en julio y septiembre y con vacaciones en agosto. Siempre he querido profesionalizar lo máximo que hemos podido todos los puestos y darle la máxima estabilidad», apostilla Sevillano.

Elías Sevillano hace memoria y recuerda que «en estos años hemos logrado en la Sala Cero grandes hitos de taquilla, como con Los Síndrome, con los que llegamos a un acuerdo para trabajar siempre juntos desde 2001 o 2002. También logramos un gran éxito con 'Estrella sublime' y en estos últimos años con espectáculos como 'El asesino de la regañá' y 'El crimen del palodú', que los hemos programado ahora juntos y que también han supuesto un enorme éxito de taquilla». Pero ese gran respaldo de público no viene solo, ya que el director gerente de estas dos salas teatrales subraya que «ha habido mucho trabajo de comunicación y de saber llegar al público. Hemos popularizado nuestra programación en el sentido de accesibilidad al público. Eso nos lo permiten las ayudas públicas, gracias a las cuales podemos poner unos precios asequibles a los espectáculos. Siempre hemos tenido promociones importantes en ese sentido». También ha sido esencial la voluntad de querer hacer temporada como ocurre en Madrid. «Queremos que el máximo posible de público vea los espectáculos y que no estén sólo un fin de semana. Para nosotros es fundamental el boca a boca».

En cuanto a próximos espectáculos, en la Sala Cero volverán a programar en marzo 'Libertá', de la compañía de Charo Urbano (Charini). «Lo repusimos en diciembre y funcionó muy bien. Ahora vuelven también Los Síndrome con 'Éxito asegurado' y en el mes de mayo volveremos a programar '¿Y ahora qué?', la última producción propia. La estrenamos en plena pandemia y nos fue muy bien. En enero y febrero hemos tenido 'El crimen del palodú' y 'El asesino de la regañá'. Ha sido como un serial. La comedia como hilo conductor, pero son espectáculos de gran calidad, que podrían funcionar muy bien en salas más grandes, y con gente de mucho prestigio como Ana Graciani y Antonio Campos, que dirige también '¿Y ahora qué?'. Con él trabajamos muy bien y tiene un tacto muy especial para la comedia como muy pocas personas. En La Fundición en marzo tendremos a la mujer como protagonista. Ahí mantenemos más variedad de programación», concluye Elías Sevillano.