crítica de música
Todo un desafío
La Sinfónica saca con buena nota su programa segundo del ciclo 'Gran Sinfónico' con los tres primeros conciertos para piano y orquesta de Beethoven
Esto es sólo el principio
Lisa de la Salle durante el primero de los cuatro conciertos que hará estos días con la ROSS
Concierto de la ROSS
- Ciclo: 'Gran Sinfónico' 2
- Programa: Conciertos nº 1, 2 y 3 de Beethoven.
- Intérpretes: Lisa de la Salle, piano. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
- Director: Christoph Poppen.
- Lugar: Teatro de la Maestranza.
- Fecha: 06/10/2022.
No recordamos que se haya ofrecido en Sevilla la integral de los conciertos para piano de Beethoven en dos días, una hazaña épica que parece requerir un/a pianista joven para sobrellevar el esfuerzo, pero a la vez con la madurez suficiente para ... brindar una lectura creíble y con cuerpo. Bien es verdad que Barenboim firmó una de las versiones más jubilosas a sus 65 años en vivo con la orquesta de Dresde, pero esto no es lo habitual. Casualmente, coincidía el inicio de este inusual ciclo pianístico con la noticia de que el maestro argentino se retiraba 'provisionalmente' (a los 80 años) de los escenarios por una enfermedad grave.
Un concierto para el instrumento que sea exige un gran esfuerzo intelectual, pero también físico, y aún más si hablamos de Beethoven sobre un piano de gran cola. A lo que hay que añadir el plus de hacerlo completamente de memoria (ya estamos suponiendo que los que le faltan a De la Salle también nos los ofrecerá sin partitura).
Pero una todavía joven pianista francesa, ataviada con escogida ropa de su edad (algo que creemos positivo, pensando sobre todo en los numerosos jóvenes que cada vez más asisten a estos conciertos, y que esperan ver pianistas mayores, ellos con frac o ellas con vestidos de noche) se atrevía sin complejos con ellos. La fuerza física extra que necesita el pianismo de Beethoven lo sacaba desde sus hombros hacia sus dedos y gracias a tener levantados suficientemente los codos, igual que hace Barenboim, que tampoco es muy alto.
Esta vez el piano ayudó. Un flamante Steinway (sólo dos años, es decir, mejor que nuevo: con el rodaje hecho) permitía a De la Salle demostrar la inmensa gama de matices, expresiones, sacudidas y momentos de enorme intimidad gracias al rico colorido del instrumento.
Y eso que, tras la larga introducción orquestal del 'Primer' concierto ('Allegro con brio') el piano entra solo y recrea uno de los temas expuesto por la orquesta, que la francesa exponía con la flacidez de un Zimmerman; pero fue oír a la orquesta y prender en ella el 'brío' que no se apagaría ya hasta terminar los tres conciertos de este primer programa. Ya desde este comienzo oíamos unas líneas claras, definidas, de diáfana transparencia, y además este primer movimiento presentaba una constante en todo el ciclo: una extraordinaria independencia de las manos, con un énfasis especial en la izquierda. Aún debemos añadir el extremo virtuosismo que supusieron cada una de sus cadencias, desplegadas de modo verdaderamente incansable.
También los movimientos centrales fueron un remanso de expresividad intensa, y de especial inspiración en el del 'Tercer' concierto, conocido momento de introspección que no consiste sólo en tocar despacio, y necesitado de una madurez que, en principio esta joven no debiera tener todavía a sus 34 años, pero que en buena parte tiene.
Qué decir de los 'Rondó' que cierran cada uno de los conciertos. Muchos intérpretes han considerado a Beethoven autor de una música seria, concienzuda, profunda, y es verdad (la primera grabación de la integral de Barenboim con Klemperer, sin ir más lejos); pero junto con todo ello pudimos encontrar también al compositor jovial, que se deja llevar por el canto popular y sus bailes, aunque todo esto fuera disminuyendo a medida que se acentuaba su sordera. Pero la vitalidad que recogen estos tres movimientos finales de cada uno de los conciertos oídos fue prodigiosa. De carácter muy rítmico, chispeante, vivaz, la sencillez de los temas principales repetidos como estribillo, alternando con otros episódicos que se repiten como en un espejo, necesitan a la vez de semejantes cualidades en el piano y en la orquesta. Ni que decir tiene que en el piano lo tuvo con creces. A veces se los hemos oído a consagrados pianistas y no nos parece que rematen sus frases con la pulcritud que lo hace De la Salle, sino que dan la impresión de que no les diera tiempo a hacerlo o que nadie lo advertiría en la vorágine textural de piano y orquesta. Pero es que además estos ritmos vibrantes sintonizaban perfectamente con la vivacidad que por edad le corresponde a la pianista.
El maestro Cristoph Poppen dirigiendo a la Sinfónica
La pequeña intervención a la que se había sometido el maestro Soustrot ,y que mencionábamos en el anterior concierto, parece que se ha complicado o al menos digamos que no ha permitido al director galo asumir este concierto como estaba previsto. En su lugar oímos a Christoph Poppen, quien hizo un buen trabajo con la orquesta, empezando por el maravilloso inicio del concierto en el que la misma nos transmitió una sensación de compacidad como conjunto como hacía tiempo que no la oíamos. Los violines de Alexa Farré esta vez estaban perfectamente acrisolados, y el resto de la orquesta respondió de la misma manera, con un trabajo sereno del director, aunque a veces nos resultara demasiado compacto, en tanto que pocos distinguibles las diferentes secciones orquestales. Poco a poco, a través de los conciertos, Beethoven buscó un dinamismo entre ellas, hasta llegar al 'Tercero', en el que los juegos de pregunta y respuesta se hacían patente y el brillo tímbrico coloreaba el hasta entonces poco permeable conjunto. Por otro lado, fue sorprendente el acople con la solista: ya sabemos que los finales -sobre todo- tienden a marcar esos golpes conjuntos, a veces precedidos por meteóricas escalas en el piano, y si no se cuidan, pueden oírse los golpes duplicados o incluso triplicados. Aquí no, aquí los cortes eran milimétricos, y ahí otro punto para la solista, que además de lo suyo no perdía comba por acoplarse a la orquesta.
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