arte
Curro González: «La pintura es una máquina de devorar tiempo»
El artista confiesa haberse retirado de las redes sociales y no ha cultivado nunca las relaciones públicas ni el marketing
Las exposiciones que no te puedes perder en este mes de junio en Sevilla

Curro González (Sevilla, 1960) ha vuelto a la escena pública sevillana con la muestra 'Siguiendo el camino torcido', inaugurada en el Espacio Santa Clara. Es, según su autor, una exposición retrospectiva, porque reúne obra desde 1982 a la actualidad.
González, uno de los pintores ... más sobresalientes de la conocida como Generación de los 80, en las que se incluyen nombres como Rafael Agredano, Javier Buzón, Ricardo Cadenas o Pepe Espaliú, entre otros, se ha mostrado fiel a sí mismo y a su forma de encarar la pintura, dedicándose en exclusiva a la creación desde que inició sus estudios de Bellas Artes, iniciando poco después una amistad con el comisario de exposiciones Kevin Power y contactando con personalidades como Julian Schnabel o Martin Kippenberger. Estos artistas, que visitaron y expusieron en Sevilla en los años 80, influyeron enormemente en los entonces jóvenes componentes de la generación de los 80, todos incluídos en la gran renovación del arte que protagonizó la galería La Máquina Española, fundada por Pepe Cobo.
Para este nuevo trabajo ha realizado obras en pintura, escultura, cerámica, ilustración y animación, esta última principalmente a través de la técnica de stop motion, de la que hay una muestra en la exposición del Espacio Santa Clara.
«En esta última exposición he querido elegir piezas que articulan y explican la exposición, y ha sido mi propia elección, lo que ocurre es muchas veces se confunde porque se piensa en una antológica o retrospectiva en que hay que poner todo lo que se ha hecho, y no es así. Lo que está en la exposición de Santa Clara explica muy bien mi recorrido», asegura el artista. Además -añade-, «he procurado, en la medida de lo posible, que las piezas que estuvieran fueran, o bien inéditas, porque algunas nunca se han expuesto en otro sitio, u otras que si bien se han expuesto no se han visto en Sevilla. Yo creo que el 80 por ciento de la exposición es inédita, y otras, por la lógica del recorrido de la exposición, hacía falta que estuvieran».
Sin embargo, hay también en la exposición de Curro González algunos atisbos de rebeldía contra lo que se llevaba en los momentos iniciales de su carrera, como un cuadro rabiosamente abstracto. «Para quien no me conocieran de entonces, puede ser un descubrimiento, pero también algunos amigos que sí nos conocemos de aquellos años han perdido la memoria, que es corta, tanto que hay piezas que incluso se han visto en Sevilla y la gente no las recuerda. Vamos demasiado rápido con las imágenes y llega un momento en que se fijan en la memoria pocas cosas. Por eso está bien sacar estas obras y que se pongan en diálogo unas con otras de momentos diferentes, pero coincidiendo en el espíritu».
Uno de los problemas del pintor es almacenar piezas de gran tamaño, por eso ha aprovechado la oportunidad para presentar una pieza que ha estado años guardada, mejor dicho, enrollada en su estudio tras haber llegado de una exposición de Lisboa, «y de eso hace cuarenta años», informa el pintor, que asegura que nunca había habido una ocasión para sacarla y exponerla.
El tema de jazz que inspira esta exposición es 'Sigue el camino torcido aunque sea el más largo'. «Yo me veo muy retratado en ello, además la palabra torcido me gusta tiene una connotación maligna, y yo creo que tenía cierta coherencia recuperarla».
Confiesa que nunca ha estado 'peleado' con ningún cuadro suyo, incluso cuando los ha perdido de vista y los vuelve a ver al cabo del tiempo. «Hay etapas en las que puedo darme cuenta de que había como ciertos errores y precipitaciones, y obviamente cuando empiezas tienes muchos errores, pero en el caso concreto de mi primer período lo recuerdo como algo feliz. Tenía 22 años y ahora desde los 65 puedo disculpar muchas cosas, aunque sí envidio cierta osadía de entonces, y de repente pienso, ¿por qué no voy a pintar como me de la gana? Llega un momento que eso es lo mejor. Entonces teníamos muchas pretensiones y siempre ha habido numerosas estrategias, los artistas tenían sus criterios basándose en lo que iba surgiendo, en cuáles eran las exposiciones que iban a ser más contempladas y cómo iba incluso hasta el mercado, pero la ignorancia en un momento determinado puede ser una cierta felicidad y te permite ser más libre. Y en ese momento de los 22 años, aunque no conocía muchas cosas, tenía impulso, y no está mal recuperar ahora algunas de esas sensaciones, porque hay que continuar y tener ese empuje que solamente viene de dentro».
Dice que ha sido y es un pintor libre. «Yo creo que hay un equilibrio entre el éxito y el fracaso como artista. Cuando tienes un fracaso muy grande, tú a lo mejor te desanimas y no haces las cosas que tienes que hacer. Yo en mi caso he tenido reconocimiento y éxito y he podido ir haciendo cosas, pero no he tenido esa especie de reconocimiento apabullante del mercado que te presiona a continuar en una determinada línea, y esto es algo que sucede, la presión más grande que tiene el artista no es tanto externa como la que uno mismo se somete. Si haces una cosa que es lo que te demandan y no tienes opción de hacer cambios..., eres menos libre. Sin embargo, yo he podido hacerlo, porque al final las elecciones son mías, y luego lo que opine el público y el comprador, es otra cosa».
Alejado del marketing
Pero el mercado es el mercado, un aspecto éste en el que Curro González no se mueve bien. «El marketing no es mi fuerte, pero en realidad tampoco me he preocupado mucho. Yo procuro disfrutar con lo que hago, y eso es siempre en mi estudio, porque la parte social y las relaciones públicas nunca me han interesado particularmente. Lo hago en ocasiones y a veces la gente se sorprende en las distancias cortas porque creían que yo era de otra forma, quizás más distante, pero no. Transmitir las ideas en masa no se puede, primero porque eso tiene que hacerse de una manera tan simple que probablemente sea falsa, o al menos esa es la sensación que me da, lo que yo veo que ocurre en el terreno de las relaciones públicas».
Para dedicarse sin distracciones sólo a su creación hasta se ha retirado de las redes sociales. «Es que no se pueden tener tantos amigos, ni la gente cuando ve una cosa lo ve segundos y no sabes con qué intención. A mí había en todo esto cosas que me molestaban y me hacía perder el tiempo. La pintura es una máquina de devorar tiempo, y yo necesito mucho tiempo para trabajar y si me tengo que entretener en todas estas cosas... Al final, nos han vendido una idea falsa y es que como artistas podríamos promovernos e íbamos a llegar en cuatro pasos a quien fuera más importante y darte a conocer, pero al final es meterte en un trabajo que deberían hacer otros por ti, sería eso lo lógico, si no, si te pones a perder el tiempo, no estás en lo que tienes que estar, en mi caso, en la pintura»,concluye el pintor.
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