El centro de Sevilla, tomado por las estrellas de la música de los Grammy Latinos

Sólo hay que salir a la calle para comprobarlo. Se nota en el tráfico, en el aparcamiento, en la seguridad, los hoteles, en los bares y restaurantes o incluso en las caras de la gente que pasea por la ciudad. Tanto los sevillanos como los visitantes parecen estar a la expectativa, con el móvil en la mano para inmortalizar a algún cantante si se lo cruzan por la calle.

Y es que el hecho de que se hayan diversificado los actos (ayer los había en el Real Alcázar de Sevilla y en la Fábrica de Artillería) también provocó que la huella se dispersase por distintos barrios. Por ejemplo en la zona de Nervión había carteles advirtiendo, en la avenida de Eduardo Dato de que estaba prohibido aparcar. En el cartel se aclaraba que era por la celebración de los Grammy Latino y se amenazaba con la retirada de la grúa a los que no respetaran las prohibiciones.

Pero, sin duda, los lugares constituidos en el mayor foco de atracción eran los hoteles. Sobre todo los de lujo. En la puerta del Alfonso XIII, en la calle San Fernando, el hotel Querencia, en la calle Fernández y González haciendo esquina con la avenida de la Constitución o en la del hotel Colón Gran Meliá en la calle Canalejas, había grupos de curiosos, la mayoría jóvenes, a la caza del famoso.

Además de algunos paparazzi, que en el caso del Alfonso XIII fueron invitados a salir del recinto por los miembros de los equipos de seguridad, sobre todo había estudiantes y general grupos de jóvenes esperando inmortalizar la salida de alguno de ellos. Como además el tiempo acompañó, con temperaturas por encima de los 20 grados y un sol radiante, las calles estaban llenas.

Y algunos tuvieron suerte. Pasadas las once de la mañana se pudo ver saliendo del hotel Colón a Niña Pastori, que se prestó a hacerse fotos con varios grupos de personas que se lo pidieron y a los que atendió amablemente. También se mostró encantada de tener público en la puerta Vanesa Martín que, antes de montarse en el autobús saludó amablemente a los que la esperaban en la calle San Fernando. Luego la cantante malagueña se marchó sin más.

«Dicen que va a salir Rosalía y que Alejandro Sanz también ha dormido aquí», comentaba un grupo de chicas que aguardaban pacientemente frente a la verja del histórico hotel que se estrenó para la Exposición de 1929 La mayoría tuvo que marcharse sin conseguir la foto.

Más suerte tuvieron en algunos de los bares más emblemáticos de Sevilla, donde algunos famosos se han dejado ver en las últimas horas. En Casa Moreno, en la calle Gamazo, por ejemplo, tuvieron a más de uno. Estuvo el grupo Morat, que coincidió con el alcalde. Según revelaba el propio José Luis Sanz en su cuenta de Twitter la banda de música colombiana le había confesado que Sevilla le enamora. Lo mismo que su gastronomía. Porque en Casa Moreno los cantantes tomaron cerveza, manzanilla, jamón y queso, sardinas ahumadas... Por allí también pasó Carlos Jean.

También se vio en Casa Morales a Danny Occean. El cantante venezolano estuvo en la conocida bodega de la calle García de Vinuesa, donde firmó uno de sus barriles y se dejó fotografiar con los camareros. Fueron sólo algunos de los nombres que sonaron ya que, según cálculos de la academia, el festival trae a Sevilla a unas 12.000 personas que comen, beben y duermen en la ciudad.

Seguramente por eso la seguridad se ha notado más que nunca estos días en Sevilla. Había coches patrulla por las principales calles del centro. Por la avenida de la Constitución o la calle Tetuán se vieron a lo largo del día. En la Campana había hasta policía montada. Todo para que la fiesta sea un éxito y además de dejar un impacto económico de 50 millones de euros, según el análisis que ha hecho el Ayuntamiento, siga poniendo a Sevilla en el mapa de los grandes eventos.