Por qué se celebra el Día de los Franciscos el 4 de octubre

El hecho de que a notorios bienhechores como San Francisco Javier, de Borja, de Paula o de Sales, se les conmemore su vida en distintas fechas (3 de diciembre, 3 de octubre, 2 de abril y 24 de enero, respectivamente) hace que exista cierta confusión general sobre cuándo se debe felicitar a una persona que responda a este nombre.

Sin embargo, de manera genérica podría establecerse el Día de los Franciscos en el 4 de octubre, por varias razones que pasan, todas ellas, por la figura de San Francisco de Asís.

El primer criterio sería el cronológico. Giovanni di Pietro Bernardone, -su nombre original- nace en el municipio italiano de Assisi en torno al 1181/1182 y es canonizado en julio de 1228, apenas un par de años después de su muerte. Este dato es llamativo pues se trata de uno de los procesos más breves de este tipo de la historia cristiana.

Otro sería el del propio legado, y es que San Francisco de Asís fue el impulsor de la Orden Franciscana, amén de una segunda orden de Clarisas y de la Venerable Orden Tercera. La comunidad franciscana es una de las que tiene mayor presencia en el mundo, sólo por detrás de los Jesuitas y de los Salesianos, y sigue sobrecogiendo su profesión de obediencia, pobreza y castidad.

Y un tercero iría por la senda del ecumenismo que practicó sin ambages, en su máxima vital de que todas las iglesias cristianas caminasen de la mano.

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Sobre porqué es el 4 de octubre cuando se celebra la onomástica de San Francisco de Asís hay una respuesta que entronca con el fallecimiento del santo. No es del todo clara, puesto que consta que murió en la noche del 3 al 4 de octubre de 1226, sin embargo sirvió para que la Iglesia determinase esta fecha para redir tributo al 'Poverello di Assisi'.

En este punto de octubre se celebra, además, el Día Mundial de los Animales. Así viene ocurriendo desde 1929-1931, cuando la Organización Mundial de Protección Animal (OMPA) decidió optar por este día tras un Congreso desarrollado en Viena. Hablamos de un evento que trascendía lo simbólico, puesto que la primera vez que tuvo lugar el Día de los Animales fue en el Palacio de Deportes de Berlín, a través de un acto que congregó a 5.000 personas (fue en 1925 y, curiosamente, tuvo que organizarse en otra fecha por falta de disponibilidad del espacio).

La fijación por el día 4 de octubre no fue una coincidencia, pues la intención del primer gran organizador de aquel evento, Heinrich Zimmerman, era honrar también la figura de San Francisco de Asís, considerado patrón de los animales desde mucho antes de ser consagrado como tal por el Papa Juan Pablo II en 1980. Los ecologistas y los veterinarios también encuentran en el piadoso italiano su patrón desde hace décadas.

Y es que las escrituras recogen el vínculo casi divino que se daba entre el santo y los animales. Desde un obedecimiento por parte de todas las especies a un poder que generó situaciones muy especiales. Tanto es así que se cuenta que las golondrinas le seguían por el cielo a su caminar, conformando bandadas en forma de cruz; y que incluso llegó a hacer dócil a un lobo salvaje al que temían un grupo de pastores por atacarles continuamente y comerse a sus ovejas.

La cantidad de curiosidades que envuelven la figura de San Francisco de Asís es inagotable. Por ejemplo, es patrón de otro gremio, el de los belenistas, por elección propia del colectivo ante el conocido gusto del santo por la escena del Nacimiento de Jesús; y su nombre denomina un intenso fenómeno meteorológico, 'el cordonazo de San Francisco', de potentes lluvias, tormentas y oleaje, que suele encajarse en el tiempo de la onomástica. Este año 2023, por razones evidentes, no ha llegado a producirse.

Todos estos detalles refrendan la importancia de este 4 de octubre como día de los Franciscos. Obviamente, cada persona ha sido bautizada según una simbología o intención paterna, por lo que la mejor de las actitudes pasaría por interesarse acerca de la historia que envuelve su nombre y que sería, tal vez, la mejor felicitación posible.