Blue Jeans: «Escribes un libro y te das cuenta de que tú eres el que menos beneficios recibe»
El autor sevillano regresa con una historia que mezcla el mundo editorial, los influencers literarios y un misterio en el corazón de Barcelona
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Sevilla
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Iniciar sesiónFrancisco de Paula Fernández González es el nombre que se esconde tras el pseudónimo Blue Jeans. Tras licenciarse en Periodismo y especializarse en el ámbito deportivo, este sevillano comenzó su andadura literaria en un blog. Sin saberlo, estaba colocando la primera piedra de ... una larga y exitosa trayectoria.
En estos 15 años en la literatura juvenil, Blue Jeans ha cautivando al público con historias que entrelazan amor, misterio y temas contemporáneos. Su publicación más reciente, 'La última vez que pienso en ti', sumerge al lector en elmundo editorial, sin dejar atrás a los 'influencers' literarios, con Barcelona durante los días previos a Sant Jordi como contexto. En esta novela, todo gira en torno a la desaparición de una joven escritora.
- ¿Cómo surgió la idea de mezclar el mundo editorial con influencers literarios y una historia de misterio?
- Todo parte del Crush Fest, al que me invitaron el año pasado en Barcelona, y me pareció que era un muy buen escenario para comenzar una novela. Nunca había tratado el sector del libro, que es un sector que me encanta y que además conozco porque llevo 15 años en esto. Mezclar el sector editorial con algo que llevo tratando también los últimos años, que es el mundo de los influencer, booktalkers, bookfluencers, bookstagramers... Con un misterio, que es el eje de mis últimas novelas, creo que era una idea atractiva. Editorial, Barcelona, influencers y misterio. Me parecía un cóctel guay para mí.
- ¿Qué le gustaría que los lectores se llevaran de este libro?
- Creo que es una novela, sobre todo, para pasarlo bien y para que se puedan sentir identificados con personajes. En alguna situación se habla también de temas complejos, hay personajes que lo pasan mal y hablan de cómo se están sintiendo, pero yo creo que al final es una novela para que la gente se divierta, que deje un buen sabor de boca y para que jueguen a los detectives conmigo. Creo que lo fundamental de mis últimas novelas, aparte de que hay temas más intensos y profundos, es que tiene que primar que el lector se lo pase bien y que le haya merecido la pena dedicarle su tiempo a 528 páginas.
- ¿Hay algo que tenga esta novela que no tengan las anteriores?
- Son historias distintas. Siempre que planteas un libro intentas buscar novedades, buscar historias nuevas. Creo que la principal diferencia es que hay un personaje que narra en primera persona, que es Ángela Fletcher, que es la chica que desaparece y que va contando lo que pasa meses antes hasta el día de su desaparición. Me he divertido mucho escribiendo ese personaje. Creo que es un personaje que va a gustar a los lectores, con el que se van a sentir identificados. También creo que el hecho de hablar del mundo del sector editorial, las cosas que se cuentan, los secretillos que aparecen, el mundo del libro por dentro, es llamativo, además de un tema del que tampoco se habla mucho, que suele ser tabú o se cuenta de otra manera más romántica.
- ¿Cambiaría algo del mundo editorial?
- Me gustaría que más gente viviera de los libros que escriben. Eso no solo es un tema editorial, es un tema de cultura, de cómo está organizado el sector. Hay muy poca gente que vive de los libros, sobre todo que viva exclusivamente de los libros que escribe. A lo mejor son 100, 200 personas o incluso 300 en todo un país. Creo que es algo que debería cambiar. Además cada vez te encuentras con más gente joven a la que le gusta escribir. Muchos quieren ser escritores y a lo mejor no tienen esa oportunidad que he tenido yo o que han tenido otros autores. Creo que eso es fundamental, y luego cambiaría el reparto de los beneficios. No veo bien que el autor sea el que menos cobra de un libro, pero está montado así. Es verdad que hay varias partes: librerías, editoriales, distribuidores, agentes, Hacienda... Pero el que menos se lleva es el autor, viéndolo desde el punto de vista objetivo y también de manera egoísta, porque escribes un libro y te das cuenta de que tú eres el que menos beneficios recibe. Estamos todos igual.
- ¿Qué consejo le daría a las personas que están pensando en escribir?
- Mi último libro empieza con un capítulo de Ángela Fletcher en el prólogo diciendo que la timaron, que era muy joven y con toda su ilusión firmó un contrato con una editorial y luego se dio cuenta de que todo lo que le prometieron no era cierto. Es difícil que una editorial importante o una editorial tradicional te ofrezca un contrato bueno si eres novel, por lo general suelen ser editoriales que van por condición o que tienes que pagar para publicar, ellas se llevan un porcentaje y cuando alcanzas un número de ventas sí empiezas a ganar dinero. Entonces, aconsejo a los nóveles que no se obsesionen con publicar, que escriban para divertirse y que, si algún día tiene la opción de publicar, lean bien la letra pequeña y sepan qué es lo que están haciendo.
- ¿Le gustaría abordar algún tema concreto en novelas futuras?
- El otro día se me ocurrió uno: los chicos con altas capacidades. Es algo que todavía no he dicho, ¡esto es una exclusiva total! Tengo una prima que tiene un hijo con altas capacidades, de hecho salió el otro día en Antena 3. Cuando me pasaron el vídeo, me quedé asombrado, porque no sabía que el muchacho tenía altas capacidades. Es un tema del que tampoco se habla mucho, y me gustaría visibilizarlo. No quiero llevarlo por que el personaje sea muy inteligente, porque yo incluso creé a Julia, que era superdotada, tenía memoria fotográfica y todo lo resolvía, aparte de por su intuición, por su capacidad. Quiero enfocarlo por esos chicos que son incomprendidos precisamente por ser muy inteligentes, por tener una capacidad que no comprenden los demás, por ser tratados de manera distinta simplemente porque son diferentes en ese aspecto. Tengo que pensarlo, pero a lo mejor es un tema interesante para tratar y profundizar, buscar personajes y contar cómo se sienten las personas que lo están viviendo y la evolución que pueden tener. No sé si trataré el tema en el próximo libro, pero espero que tarde o temprano salga.
- ¿Cómo ha vivido su evolución desde que sacó 'Canciones para Paula' hasta este 'La última vez que pienso en ti'?
- Con pasión, entrega y esfuerzo. Estoy muy orgulloso de los 18 libros, ¡quién me iba a decir a mí cuando empecé en internet con 'Canciones para Paula' que viviría de los libros que escribo! Quiero creer que he mejorado con el paso del tiempo, por lo menos ya sé escribir libros. Es una tontería, pero me sé organizar, sé distribuir mi tiempo, sé cómo van los tiempos en los libros, dónde tengo que subir, cuándo tengo que bajar, cuándo tengo que dejar descansar al lector. Que luego a ti te pueden gustar más uno u otro, porque eso ya varía en función del gusto del lector, que es sagrado e individual, pero yo estoy contento con lo que voy haciendo. Tengo que dar lo mejor de mí en cada libro, incorporar cosas nuevas, tanto a las historias como al proceso, y es algo que he ido mejorando y ampliando conforme han ido pasando los libros.
- Algunas de sus novelas han sido adaptadas a la gran pantalla. ¿Qué se siente al ver su historias en formatos audiovisuales?
- Por un lado, alegría y satisfacción, sabes que eso le va a dar una vida extra al libro. A lo mejor hay gente que no lee o que no te conoce, y puede que al ver la serie o la peli le entre curiosidad por leer algo de Blue Jeans. Eso es muy bueno porque permite alargar la vida de los libros y permite hacerte promoción a ti, a tu historia o a tu carrera. Por otro lado, nervios. Siempre se dice que el libro es mejor que la peli o la serie, y a mí eso no me gusta que me lo digan. Me habría gustado que a todos los que han visto la serie o la película les hubiera gustado igual que el libro, pero al final la productora hace cambios, los guionistas también, Y siempre estás con la cosa de: ¿Por qué han cambiado esto? ¿Qué pensarán los lectores? Y claro, luego, ¿a quién le toca dar las explicaciones de los cambios? Al autor. Yo he defendido a muerte todos los proyectos que se han hecho que no dependen de mí porque me interesa, y porque al final hablas con los guionistas, directores e incluso con los actores y te explican por qué han hecho cada cosa, pero sé que hay cosas que el lector no va a entender. No va a entender por qué han matado a un personaje que no muere, por qué han incluido una escena que no está o por qué se han saltado otras, y eso para los que son muy lectores es algo sagrado. Por eso se vive con ese sabor agridulce.
- ¿Usted es más de ver primero la película o leerse el libro?
- Yo no soy de los que dicen que primero hay que leer el libro y luego la película, lo que sí que lo digo es que, en mi caso, recomiendo leer primero el libro y luego ver la adaptación. Hay momentos inevitables donde, por lo que sea, no he leído el libro, pero sí he visto la serie o la película en Netflix o en HBO, al igual que ha habido veces que ha ocurrido lo contrario. Me pasó, por ejemplo, con 'La Caza', de Agustín Martínez. No había leído el libro, vi la serie y me gustó tanto que no vi el último capítulo y me leí el libro para ver cómo se había resuelto, para así también diferenciar cuál había sido el desenlace en cada caso.
- ¿Se ha retratado en algún personaje?
- Intento evitarlo, pero evidentemente no puedes sacar tu cerebro y ponerlo a un lado mientras estás escribiendo. Tú tienes vivencias, tienes experiencias, tienes forma de ser. Yo intento que cada personaje sea individual e independiente de mí. De hecho, he creado personajes que piensan totalmente lo opuesto a lo que pienso yo o actúan diferente a como actuaría yo. Esa es también la suerte que tenemos los escritores, que podemos crear cosas que no tienen nada que ver con nosotros. Pero, por ejemplo, en el primer libro de 'Canciones para Paula', hay un chico que es escritor, Ángel, hay un chico que es periodista, que es Alex, y hay un chico tímido, como yo. La mezcla de los tres, era yo. En este libro, Ángela tiene cosas de mí. Siempre van a haber situaciones en las que tú reaccionarías parecido, o formas de ser, de carácter, que también se ven reflejadas en los personajes, pero nace de manera inconsciente.
- ¿Cómo gestiona los bloqueos creativos? ¿Alguna vez ha experimentado el famoso síndrome del impostor?
- Creo que todos en la vida lo hemos experimentado. Antes se llamaba el miedo al folio en blanco, y sentías que no eras válido o que no eras capaz de rellenar un folio. Igual que hay bloqueos lectores, hay bloqueos para los que escribimos. Yo intento tener tranquilidad, aunque también influye la experiencia. Si no sale hoy, saldrá mañana. Al final es cuestión de trabajo, de esfuerzo, de dedicación. El libro no se escribe en dos días, ni en dos semanas. Hay que picar mucha piedra, es una carrera de fondo y no todos los días vas a sentirte igual porque un día has discutido con tu mujer, otro día se ha puesto mala tu madre, otro día has tenido que hacer un viaje improvisado, otro día tienes fiebre... Lo importante es saber que cuando llegues a la meta, que es el día de la entrega, vas a haber vivido muchos más días en los que las cosas han ido bien. Lo importante es marcarse pequeñas metas. Yo, por ejemplo, me propongo llegar a diez mil palabras semanales, que es una tontería, pero a mí me sirve para saber cuándo voy a terminar la novela, más o menos.
- Antes de enviar el primer borrador a la editorial, ¿se lo manda a alguien de confianza para que le aconseje?
- No, en mi caso ni siquiera hablo del libro. Solamente con mi mujer, Esther, que es a la que le voy contando lo que voy haciendo, y ella no tiene ningún problema en decirme si hay algo que no le cuadra. Al principio te fastidia, pero al final entiendes que todos queremos lo mejor para el libro, tanto la editorial como la gente que te quiere, y cuando alguien te dice algo, tienes que escuchar.
- Como lector, ¿hay algún libro que le haya marcado?
- Creo que no. Se habla mucho de que a la gente le marca un libro, le marca una película o una serie. A mí me gustan los escritores de novelas de misterio que utilizan la fórmula clásica. Aunque haya libros muy actuales, para mí la mejor es Agatha Christie. Con doce años me bebía sus libros, es mi escritora favorita. He visto todas las series, he ido al teatro, he visto las películas, he leído todos sus libros... Y creo que es la mejor. Aparte, por mucho que intentemos parecernos a ella, nadie le va a llegar jamás a los tacones. Es la dama del crimen, y quizá ella sea mi mayor y mi único referente, aunque admiro a muchísimos escritores que, a día de hoy, incluso son amigos.
- ¿Cree que las redes sociales están ayudando a consolidar hábitos de lectura entre los jóvenes, o simplemente es una moda pasajera?
- Esto empezó con los blogueros. Todavía no había TikTok, tampoco Instagram. Los blogueros hacían un gran trabajo con sus reseñas cuando yo empecé. Luego llegó YouTube, y la gente empezó a hacer vídeos. Luego llegó Instagram con los bookstagramers, y ahora está Booktok. Es increíble la cantidad de chavales, gente joven más que adulta, que habla de libros en internet. A mí me encanta, y estoy aprendiendo de ellos. Sigo a muchas cuentas y estoy a nada buscar también mi hueco en las redes sociales, en TikTok sobre todo. A los que dicen que los jóvenes no leen, aconsejaría que escribieran 'booktok' en el buscador de TikTok. Creo que es algo muy positivo, tanto para los que escribimos juvenil, como para el mundo editorial.
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