El Aula de Cultura de ABC abre sus puertas a un libro sobre Alberto Rodríguez

Desde que esta obra salió publicada a finales del año pasado está teniendo una buena repercusión dentro del mundo del cine, ya que fue galardonada como mejor libro de cine en los Premios Asecan (2023), que otorga la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía. Además, ha tenido una buena aceptación en el ámbito académico, pues ya está presente en numerosas facultades de la Universidad de Sevilla.

Luis Álvarez Borrero señala que una de las principales bazas que presenta este trabajo es que «Alberto Rodríguez se ha implicado mucho con nosotros desde el principio y nos ha puesto todo tipo de facilidades. También ha tenido la deferencia de participar en la presentación de este jueves en el Aula de Cultura de ABC, que va a ser la primera que hacemos oficialmente con el libro». Añade este periodista sevillano que «en los Premios Asecan, Alberto nos felicitó tanto a Pedro como a mí. Le había parecido un libro muy dinámico y fácil de leer. Nos dijo que le gustó mucho el enfoque que le habíamos dado y que hubieran participado tantas voces de personas que han estado presentes en su carrera cinematográfica desde los inicios. Casualmente vamos a presentar el libro unos días después de la gala de los Goya. Este mes de febrero Alberto lo tenía un poco más liberado, de ahí que pudiera participar en el acto».

Igualmente el libro está teniendo una buena repercusión dentro de los profesionales de la industria andaluza del cine. «Tanto a Pedro como a mí nos están haciendo comentarios positivos y, sobre todo, lo que más nos destacan es que hayamos recordado a aquella generación que comenzó en los años noventa con muy pocos recursos. Recordar esos primeros años y cómo sortearon los problemas para poder sacar adelante las películas les ha parecido muy interesante, ya que lo han visto como una especie de viaje al pasado. Casi todos han logrado ese asiento profesional en la industria con el paso del tiempo», añade.

Por otra parte, esta publicación está logrando tener una buena repercusión entre el público en general que no está tan metido dentro del cine. «Nos han felicitado por el ritmo que tiene y porque es muy fácil de leer. No pretende ser un libro académico, es más bien divulgativo. Además, el narrador no tiene peso, lo importante es lo que van aportando las distintas voces que participan, entre ellas la de Alberto. Me han llegado a decir que es casi como si fuera un documental de Netflix», indica Álvarez Borrero.

A este respecto, el libro logra ofrecer un retrato poliédrico de Rodríguez, puesto que han participado en la gestación de la obra personajes indispensables dentro de la carrera del realizador sevillano como el también director Santi Amodeo —con el que filmó al alimón su primer largometraje, 'El factor Pilgrim' (2000)—, el director y guionista Paco R. Baños, el técnico de sonido Daniel de Zayas, el guionista Rafael Cobos o los productores José Antonio Félez y Gervasio Iglesias, entre otros.

El escritor sevillano sostiene asimismo que Rodríguez es un personaje público cuya trayectoria es conocida de sobra por los aficionados al cine, «pero lo que más ha interesado es que hayamos resaltado la letra pequeña de las producciones de sus películas. También los lectores destacan cómo este se ha reinventado en cada proyecto, pues pensaban que su carrera estaba consolidada, pero continuamente está reinventándose para buscar la financiación en sus películas».

Como la filmografía de Alberto Rodríguez irá creciendo en un futuro con nuevos proyectos cinematográficos y con series de televisión, tanto Pedro Álvarez Molina como Luis Álvarez Borrero han barajado la idea de que puedan hacer una nueva edición actualizada de este ensayo con todo lo que vaya rodando el realizador en los próximos años.

Una de las bazas de 'Alberto Rodríguez. Director de cine' es que cuenta con un diseño muy atractivo y que incluye igualmente un material gráfico que tiene un enorme valor, sobre todo porque reproduce fotografías de distintas etapas y otros documentos de gran interés. «Esa es otra de las aportaciones de Alberto —asegura Álvarez Borrero—, porque ha sido muy generoso para aportarnos material gráfico, tanto suyo como de otras personas que trabajan con él como Julio Vergne (autor de la foto de cubierta del libro). Julio trabaja mucho con Alberto haciendo la foto fija de sus películas».

Subraya Luis Álvarez Borrero que, como periodista, «este libro me ha aportado mucho. Soy una persona que visiona muchos documentales. He disfrutado viendo todas las cosas sobre Alberto. Este trabajo me ha demostrado que tengo capacidad de hacerlo y también me ha generado el deseo de seguir haciendo cosas dentro de este género. Además, ha sido un placer colaborar con Pedro Álvarez Molina. Pedro y yo nos conocíamos desde hace tiempo. Habíamos hecho actividades culturales juntos y este trabajo en común ha sido fantástico».

En una declaraciones recientes realizadas a ABC por Pedro Álvarez Molina, que es filólogo de formación, indicó que «he tenido la suerte de trabajar como documentalista de Alberto Rodríguez en las dos temporadas de la serie 'La peste' y también como asesor de guion en la primera temporada. Tanto Rafael Cobos como Alberto querían hacer una serie ambientada en la Sevilla del siglo XVI. Ambos conocen mi formación y mi trabajo en la Universidad. Tengo acceso a los fondos y me manejo bien con la gestión de documentación. La experiencia de trabajar con Alberto ha sido fantástica porque es un director muy generoso, escucha mucho e incorpora lo que cree que va a ser bueno para la producción».

En los primeros largometrajes, Alberto Rodríguez fue sorteando una serie de problemas de financiación y técnicos. Sin embargo, conforme se fue profesionalizando, su filmografía recibió la influencia tanto del cine clásico de Hollywood como del español. «Es curioso pero Alberto no fue un niño que viera mucho cine. Para él fue esencial el espaldarazo definitivo que recibió en la Facultad de Comunicación del profesor Baldomero Toscano. Fue a partir de ahí cuando él decidió que quería hacer cine», concluye Luis Álvarez Borrero.