Antonio Muñoz Molina: «Al escribir tengo que encontrar un camino personal que me lleve a una historia»

El escritor jiennense ha ofrecido una clase magistral sobre el oficio de la escritura en un acto que presentó la periodista Marta Maldonado. A este respecto, ha dicho Muñoz Molina que «eso de clase magistral suena muy solemne», a lo que ha añadido que «el oficio de escribir es lo básico», por eso en ese sentido «quiero que la gente sepa cómo construir una frase de una historia, qué es lo que puede uno escribir». Asimismo, ha asegurado que «para escribir el instrumento fundamental es el dominio de la lengua y la capacidad para contar historias».

Para este narrador «existe un trabajo periodístico y de encargo, que es muy digno, ya que el mejor escritor que hubo en España en los años treinta era periodista, Manuel Chaves Nogales. El periodismo tiene un oficio práctico, pero en la ficción el oficio es muy limitado y es algo que no mejora con el tiempo. Es más una tentativa de construir una historia. Dependes mucho del azar, ya que lo que has aprendido con otro libro por lo general no te va a servir para el siguiente. En mi caso, he aprendido mucho con la incertidumbre. Se me pueden ocurrir historias cocinando o dando un paseo. En la escritura siempre hay una mezcla de tanteo y de control racional. Luego, cuando acabas el manuscrito, ves todas las cosas que te sobran, las que puedes corregir».

Frente a la imagen de aquellos escritores que usan un 'mapa' y que tienen estructuras y esquemas muy elaborados antes de comenzar a narrar, Antonio Muñoz Molina es de los que se guían por una 'brújula'. «Hay escritores que se documentan mucho y que hacen unos esquemas previos, pero en mi caso yo no puedo decidir objetivamente hacer una novela sobre los desahucios. Más bien, tengo que encontrar un camino personal que me lleve a una historia». Asimismo, comenta el autor de 'Plenilunio' que «el escritor ejerce su ciudadanía con su trabajo. Muchas veces el significado profundo de una obra no lo controla el autor. Las ideas en literatura tienen que convertirse en seres humanos. El escritor da testimonio de lo que vive. Es un cronista porque cuenta el mundo que conoce».

Hace unos días, Muñoz Molina ha recibido un galardón literario que le ha hecho especial ilusión: el Premio José Luis Sampedro, que otorga anualmente el festival literario Getafe Negro. «Es un festival muy simpático en el que he participado en alguna ocasión debido a la conexión que tiene con algunas de mis novelas. A José Luis Sampedro lo traté en la Academia. Tenía unas actitudes de rebeldía y de conciencia social y ese don de la denuncia con el que explicaba el mundo. Olga Lucas, su mujer, me entregó el premio. Ella es hija de exiliados republicanos. José Luis era un hombre muy afable y decía las cosas como las veía».

También el autor de 'Como la sombra que se va' ha hablado de su última obra, 'Volver a dónde', una especie de diario que escribió durante la época de la pandemia. «En Madrid no ocurre como en esta ciudad, donde hay una política urbana con carriles para bicicletas, zonas peatonalizadas, etc. Madrid es una ciudad hostil y está entregada al tráfico privado. Además, hay muchas desigualdades y diferencias entre zonas muy pobres y otras más ricas. Los alquileres están disparados. En la pandemia aprendimos el valor de la sanidad pública, que está abandonada. En estos años nos hemos dado cuenta del orden de prioridades. Ha habido grandes avances científicos como la vacuna del Covid, pero también hay muchas carencias en la atención primaria».

Preguntado también por el concepto de fraternidad, Antonio Muñoz Molina asegura que «el valor de la fraternidad lo hemos vivido en estos tiempos. Salir a aplaudir a la calle era muy importante porque se demostró que los seres humanos dependemos de otros. Yo tenía un vecino con tres hijos, uno de ellos recién nacido, y se hizo cargo de una niña de cinco años que era hija de un matrimonio de médicos que estaban aislados. Los éxitos individuales son inseparables del de otras personas».