Andrés González-Barba: «Escribir poesía es una buena terapia para el alma»

—El título sugiere amor y desamor, desarraigo, pérdida, ¿refleja tu vida?

—Refleja la vida que llevamos hoy. Estamos con ese sentimiento de desarraigo, de no saber hacia dónde vamos porque la vida nos exige mucho. Y a veces no tenemos tiempo para estar con las personas que queremos. Es como sentirte desasistido ante la vida, con la sensación de no tener dónde agarrarte. Estos versos reflejan esos sentimientos.

—Parece mentira que un hombre tranquilo como tú tenga ese sentimiento de desarraigo...

—Es que llevar una vida estable en el día a día no quiere decir que no tengas esas sensaciones. Yo puedo dar sensación de tranquilidad, pero mi alrededor es diferente. La pandemia, gente que lo pasa mal... Esas situaciones me hacen padecer.

—¿Escribir poesía, alivia?

—En mi caso sí. Desde pequeño he escrito poemas, incluso antes que la prosa. Creo que escribir poesía es una terapia muy buena para el alma porque es algo tan intangible que te puede hacer expresar lo que llevas dentro, y dar a tus sentimientos un cierto orden.

—¿Estarías de acuerdo con eso de que el oficio de escribir es artesanía y la poesía es el arte de la escritura?

—Si, la verdad es que sí. Se trata de tener voz propia, lo contrario a lo que hago en mi oficio de periodista. Además, escribir poesía te saca lo más profundo de ti mismo. En una novela te puedes esconder en muchas voces, pero la poesía te desnuda y te muestras a ti mismo. En un poema no debe haber nada impostado, es un sentimiento, una confesión hacia el lector sin pudor alguno.

—La poesía pasa siempre por altibajos, ¿en qué momento nos encontramos ahora?

—Ahora hay una eclosión de poetas. Y si te fijas, en los últimos años incluso muchos cantautores han sacado libros de poemas. Empezó todo con el libro de sonetos de Sabina, que se hizo betseller, algo que ya había logrado José Hierro con 'Cuaderno de Nueva York'. Además, las redes sociales también influyen, hay mucha gente difundiendo su obra por las redes.

—¿Concibes leer poesía en el Kindle?

—Soy del libro físico, he crecido con esa necesidad de tocar y oler, y emocionarte en una librería de viejo encontrando maravillosas ediciones. Tengo un 'Platero y yo' que perteneció al compositor Manuel Castillo. El mismo libro tiene su historia. No quiero demonizar lo digital, que se lea como se pueda.

—¿Qué poemario meterías en la maleta?

—Me marcó mucho 'La voz a ti debida' de Pedro Salinas. Refleja muy bien el gran poeta del amor que fue.

—¿Es un mito eso de que hay que sufrir para escribir poesía?

—A mí en situaciones en las que he sufrido me ha ayudado el hecho de escribir. Y en situaciones complicadas mis poemas reflejaban esos momentos.

—Sabiendo una de tus pasiones, ¿hay poesía en las canciones de The Beatles?

—Sí, claro que sí, sobre todo John Lennon fue el gran poeta: de una noticia sacaba una canción como en 'A day in the life'. Al contrario de lo que cree la gente, también Paul McCartney tiene algunas letras muy trabajadas.

—¿Has visto poesía en algún debate parlamentario?

—Eso es muy difícil porque se pierden los modos. Descalificar lo hacía muy bien Quevedo, que descalificaba a Góngora con genialidad. Comparar a algún político de hoy con Quevedo sería una temeridad por mi parte.

—¿Eres un periodista que escribe poesía o un poeta periodista?

—Esa frontera es difícil, pero ante todo soy periodista. Eso sí, mi profesión me ha ayudado en este poemario, porque te da la capacidad de mirar a tu alrededor y observar. Un poeta nunca puede estar en una burbuja, debe mirar y estar muy atento.