Alberto Rodríguez: «Las cosas se hicieron en la Transición como se pudieron»

Comenta el realizador sevillano que se trata del proyecto que más tiempo ha tardado en llevar a cabo porque «la cárcel Modelo de Barcelona ha estado en activo hasta el año 2017. Rafa Cobos, mi guionista, y yo la visitamos en 2006 y nos dijeron que se cerraría al año siguiente, pero no fue así. Luego se fueron cruzando otros proyectos por el camino. Hemos tenido en mente siempre esta película, pero no había manera de poderla hacer. Por fin desde hace cinco años la cárcel ya no tenía el uso de prisión y a Movistar le pareció muy bien hacer la película y nos pusimos manos a la obra».

Antes de comenzar el rodaje fueron esenciales los testimonios de los protagonistas reales, muchos de los cuales pertenecieron a la Coordinadora de Presos en Lucha, COPEL, que reivindicaron una amnistía similar a la que se estaba concediendo a los presos políticos. «Ha sido la fase más bonita del proceso y ha durado mucho tiempo. Nos entrevistamos con abogados, presos, periodistas, etc. Se alargó mucho ese periodo porque fueron saliendo libros nuevos que publicaban ellos mismos, como la autobiografía de Manuel Martínez o la tesis de un historiador, César Lorenzo Rubio, que nos ha servido muchísimo y que se titula 'Cárceles en llamas'».

Dice el actor Javier Gutiérrez que lo que más le ha interesado de su personaje, Pino, es «la forma de enfrentarme a alguien que podía ser una cosa pero que al final acaba siendo otra. Está en la prisión, pero no se sabe muy bien ni qué ha hecho ni cómo lo ha hecho. Actúa de una forma muy silenciosa, sin mover casi una ceja. Es un trabajo muy contenido y sobrio que le viene muy bien al personaje. Eso es parte del trabajo de Alberto, cuyo lema es menos es más, y cuando lo ves en pantalla agradeces mucho esa sobriedad en la interpretación».

A esto añade el realizador de 'La isla mínima' que hay que destacar «la sutileza y la madurez increíble que está viviendo Javier, que está atravesando por un momento dulce de su carrera. Lo que ha hecho es muy difícil, porque Pino y Manuel (Miguel Herrán) son los ojos del espectador y los que nos hacen vivir en primera persona las cosas, pero Javier entraba y salía constantemente de le película y mantenerse al nivel que él lo ha hecho es un ejercicio de su profesionalidad».

Es también muy interesante la evolución personal que muestra Pino a lo largo de la película. Eso lo destaca Gutiérrez: «Un personaje que llega a decir que es más fácil cambiar el mundo en siete días que el sistema penitenciario te muestra a las claras que no tiene mucho optimismo en cuanto a salir de allí. Es la irrupción del personaje de Manuel el que le hace que vea las cosas de forma distinta. Nota ese vigor y esas ansias de libertad y de justicia que transmite el personaje que interpreta Miguel Herrán, lo cual hará que encabece ese movimiento para salir de la prisión».

Preguntados por si creen que es posible que en un futuro se establezca una relación tan fructífera entre Alberto Rodríguez y Javier Gutiérrez como la que la que se ha dado entre Martin Scorsese con Robert de Niro y Leonardo DiCaprio, el actor asturiano dice que «creo que sí». «Es curioso porque tenía la idea de que Alberto no repetía con los actores. De hecho, los únicos que han repetido son Jesús Carroza -que ha estado en todas las películas de Rodríguez desde '7 vírgenes'- y Julián Villagrán. Se agradece mucho repetir con él porque vas conociendo a Alberto desde la dirección, y al hablar el mismo idioma, es todo mucho más sencillo. Da mucha envidia cuando ves un trabajo de Alberto y ves los actores porque todos rayan a un nivel excepcional. Él te da mucha tarea antes de cada rodaje: referencias a películas, novelas, documentales, etc. Cuando uno llega al set de rodaje llega muy preparado».

En cuanto al retrato que se hace de la Transición en 'Modelo 77', Alberto Rodríguez comenta que el filme es «una especie de espejismo o de juego óptico, como dice uno de los personajes. Hay dos lecturas: una más superficial y entretenida, que es la que remite a película carcelaria al uso. Uno sigue las historias personales de unos presos que quieren salir de allí. Pero luego si profundizas ves que se refleja la sociedad y un momento histórico concreto de este país. Las cosas se hicieron en la Transición como mejor se pudieron, creo yo. Esa visión idílica de la Transición es bastante compleja o como mínimo engañosa, porque en realidad lo que se hizo fue un pacto para poder seguir hacia delante como fuesey llegar a una democracia. No hay que olvidar que la dictadura se había llevado cuarenta años en el poder. Por eso volver atrás no es malo, pero sin un espíritu crítico. En aquellos años la sensación que había en la calle de libertad no se ha vuelto a vivir en este país».

La cárcel Modelo de Barcelona se asemeja a una gran catedral, algo potenciado por la música que ha compuesto Julio de la Rosa, donde destaca el papel predominante del órgano. «Es una cárcel concebida con esa idea arquitectónica del panóptico, con un sitio central del que parten los demás edificios para controlar a los presos. Sigue el patrón del siglo XIX. Fue construida entre 1881 y 1904. La Modelo es una cárcel mítica porque mucha de la historia de Barcelona y Cataluña pasa por este edificio. La música de Julio te arrastra a une especie de ceremonia litúrgica. Estoy muy contento con la banda sonora. La cárcel es un personaje más en la película», dice Rodríguez.

Sobre el papel de Miguel Herrán en su personaje de Manuel Martínez, el director de 'Grupo siete' subraya que que «es un actor joven que tiene mucho por recorrer. Tiene una personalidad que termina traspasando la pantalla. Hicimos pruebas con algunos actores, pero la suya me pareció fantástica. Tuvimos una conversación muy larga por Skype durante la pandemia y vi que era perfecto y que reunía las condiciones emocionales. Hay que tener mucha energía para soportar una película de dos horas. Miguel está siempre presente todo el tiempo. No descansó ningún día del rodaje, que duró nueve semanas. Tiene muchísima intuición. Es un actor con el que la comunicación ha fluido. Ha estado muy a gusto trabajando».