Ainhoa Arteta: «Yo nací en Tolosa, pero en Sevilla renací hace un año»
La cantante ofrece un concierto en el Cartuja Center al que ha invitado al personal sanitario del hospital Virgen del Rocío donde estuvo ingresada
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Sevilla
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Iniciar sesiónAinhoa Arteta tiene ese tono de voz optimista que nunca le abandona, a pesar de que el año 2021 casi termina en tragedia. El sábado día 10 de diciembre ofrece un concierto en el teatro Cartuja Center, un hecho que significa su vuelta a ... la ciudad con la que se siente muy ligada, pero que ahora ha tomado un protagonismo muy importante en su vida.
— ¿Es la primera vez que regresa a Sevilla desde 2021?
— Si, después de haberme pasado todo lo que me pasó. Me salvaron en el hospital Virgen Rocío. Yo no supe dónde estaba, ni siquiera que me habían traído a Sevilla. Todo esto me enteré después. Me trajeron en un helicóptero desde Puerto Sherry. Me encontraba en coma. Fué después cuando pregunté me costó entender que estaba en Sevilla.
— Tuvo una septicemia generalizada a consecuencia de una infección por la bacteria E-Coli por la que los médicos tuvieron que amputarle dos falanges, se salvó de milagro.
— Me salvaron en el hospital Virgen del Rocío y yo creo que sí, fue algo milagroso. Me habían puesto en coma inducido, tenía una septicemia y todo lo que me ponían no servía, no reaccionaba a nada. Los médicos casi lo daban todo por perdido. Avisaron a mi familia que como mucho me quedaban tres horas de vida porque mis órganos habían ido cayendo.
— Pero se salvó por una decisión médica que tenía su riesgo...
— Es que yo de pequeña era alérgica a la penicilina y en el último minuto veían que me iba porque el corazón me estaba fallando y dijeron, bueno, se nos muere igual, y fueron muy valientes, me pusieron la penicilina y me salvaron. Por eso ahora estoy metida en una asociación que induce a que los que dábamos alergia a la penicilina de pequeños, se vuelvan a hacer los test, porque a veces éramos alérgicos a los envases de esa penicilina.
— ¿Recuerda los nombres de los médicos que la salvaron en Sevilla?
— No recuerdo los nombres y me gustaría volverlos a ver, la verdad. Eran tres médicos del Virgen del Rocío, la doctora se llamaba Carmen. Los tres lucharon muchísimo por sacarme adelante. Eran las once de la mañana, mi padre estaba tocando el órgano en la iglesia de Ispárter, y todos estaban rezando por mí. Los médicos querían hablar con él y preguntarle qué me pasaba si me ponían la penicilina. Los médicos tuvieron que tomar la decisión sin hablar con él. Al final lo que yo hacía era una reacción cutánea. Fue el último recurso.
— ¿Qué va a ofrecer a Sevilla en el concierto del día 10?
— He decidido que sea un concierto de jazz que hago con músicos cubanos maravillosos, Pepe Rivero, Michael Olivera y Jarel Hernández, que no tiene nada que ver con el lírico. He estado haciendo conciertos de lírico en Jaén y León, pero en Sevilla pensé que ya que iba a ser microfonado, prefería un concierto de boleros y jazz con temas de los cuatro discos que he grabado. Y decidí también que mi caché lo iba a dedicar a pagar las entradas para invitar a los sanitarios del Virgen del Rocío, tanto los que me atendieron como los que no, sólo que sean sanitarios de este hospital. Todos aquellos que quieran ir que se apunten en la gerencia del Virgen del Rocío. hasta que se acaben las entradas. Hay unas doscientas, para los que me atendieron y para el resto del hospital. Y si pudiera, invitaría a todos los sanitarios de España lo haría también, porque creo, respetando el trabajo de las Fuerzas Armadas pilares de nuestro país, en esta «guerra biológica», los guerreros han sido los sanitarios. No pueden caer en el olvido después de lo que hemos pasado.
— ¿Le gustaría abrazar a esos médicos y enfermeras que le atendieron?
— No se puede imaginar. Los recuerdo con enorme cariño. Viví en una UCI de Covid y ví cómo trabajaban. No se me olvidará en la vida cómo volaban esas batas verdes. Era tremendo verles trabajar. Y cómo, cuando perdían alguno, desaparecían dos minutos, y volvían en seguida. O ver cómo aplaudíamos a los que salían de la UCI, como hicieron conmigo. Hablo de aquello y me emociono.
— Imagino que su forma de vivir ha cambiado...
— Estuve a punto de morir y estoy viva. Se me han ido muchas tonterías. La vida hay que compartirla y decir muchas más veces te quiero. Estamos de paso y es un préstamo. Pero esto no se acaba con la muerte física, el alma sigue viva.
— Su regreso a la normalidad fue duro, porque la intubación afectó a su voz...
— Hace un año por estas fechas no tenía voz. No ha sido fácil. La intubación me cerró una de las glándulas de las cuerdas vocales. Me operaron en Alemania dos veces en noviembre y luego en mayo, y ahora ya estoy en activo, volviendo a empezar otra vez, con mucha ilusión y ganas, porque he tenido la suerte de que, con la edad que tengo, me han dado otra oportunidad y no voy a desaprovecharla.
— ¿Tiene proyectos operísticos?
— Sí, la agenda del año pasado la tuve que cancelar, pero una vez reabierta, tengo ya compromisos cerrados hasta 2024, y el primero será 'La vida breve' de Falla en el teatro de la Maestranza el 18 y 19 de marzo próximo. Me hace una ilusión tremenda.
— ¿Cómo está su voz?
— Mi voz está muy bien, parece que me han hecho un lifting en las cuerdas vocales, está fresca. Nunca pensé que iba a pasar por un quirófano por la voz, algo habitual en mi oficio y muchos cantantes lo hacen, pero yo he tenido una salud vocal muy buena. Hay compañeros que han tenido que aprender a frasear de nuevo tras haber pasado el Covid. Tenga en cuenta que afectaba al aparato respiratorio, y para nosotros los pulmones son nuestro motor.
— ¿Cuántos años le quedan en el escenario, se lo ha planteado?
— No pienso en retirarme, ahora menos que nunca. Me quedan diez años al menos de profesión. He salido reforzada de toda esta experiencia. Eso sí, he decidido que voy a cantar ópera y también a enseñar. Pero he aprendido bien la lección y desde ahora voy a cantar lo que yo quiera y en los teatros que quiera. Quiero una carrera más ad hoc. Además, no voy a hacer más de dos óperas al año y el resto serán recitales.
— Me dicen que lleva en su móvil una imagen de la Macarena...
— Si, es verdad. Es importante para mí, y desde que le canté el Ave María, me siento muy unida a Ella. Mi relación con Sevilla es de hace años. Empezó en Turquía haciendo un concierto con Plácido Domingo. Era muy joven y conocí allí a la familia Cobo. Las oí hablar en castellano y me acerqué, les dije que estaba sola, y me dijeron de eso nada..., sola no. Y ya desde entonces seguimos la amistad, vine a Sevilla me presentaron a mucha gente, y luego claro, me rendí a la ciudad.
— Imagino que el nombre de Sevilla estará ya siempre en su vida.
— Para siempre. Yo nací en Tolosa, pero ahora digo que renací en Sevilla ¡Cómo no voy a querer yo a Sevilla! Mi amor ya es eterno, estoy viva y reviví aquí.
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