La vuelta de vacaciones más cara de la historia para los sevillanos

«La bestialidad con la que han subido los precios no la he visto nunca», dice Francisco Javier Ojeda, del puesto Recova del mercado de Triana que es consciente de que los clientes que llegan a comprar «se lo van a encontrar todo más caro» que hace un año.

Uno de los primeros indicios de ese subidón es que la bolsa que ofrecen la mayoría de los placeros ya no es gratis como antes. «Ahora tenemos que cobrarla a 10 céntimos», admite Juan Vázquez, placero de la Encarnación.

Y el ejemplo de esa subida que ilustra cómo los precios se han disparado es el de los huevos, que han subido un 30 por ciento en Sevilla. En la plaza de abastos de Triana ahora tienen la docena a 3,20 euros cuando hace un año estaba a 2,80. Lo mismo pasa con el pollo, otro de los alimentos que se han disparado y que en ese mismo puesto se ha elevado pasando de 3,60 a 4,50 euros el kilo.

Con el pescado ha ocurrido algo muy parecido y en algunos casos la subida ha sido casi brutal. En la pescadería Carmelita de Triana Enrique Romero y su madre Gema Pérez, admiten que casi todos los productos que ellos venden han subido dos o tres euros. En algunos se nota mucho más que en otros. El salmón noruego que ellos venden a 22 euros valía hace un año 16,80 euros. «Con el tema de los combustibles es normal que suba todo. Si antes el saco de veinte kilos de hielo lo comprábamos a 2,80 ahora pago cinco euros por él», confiesan estos pescaderos que también ponen como ejemplo el calamar. Lo vendían a 22 euros y ahora lo tienen a 29,80.

Con las frutas y verduras ha pasado algo parecido. Hay algunas que se han disparado. Juan Antonio Ramos del puesto de frutas Cristóbal de Triana pone como ejemplo la sandía, cuya cosecha de este año «se ha achicharrado» por las extremas temperaturas del mes de julio. ¿La consecuencia? era casi imposible encontrarla y había que traerla de Castilla-La Mancha. Con el kilo a 1,75 euros cuando hace un año costaba 75 céntimos.

Es una subida generalizada que ha tenido además consecuencia en los hábitos de compra de los sevillanos que ya llevan meses pensándoselo mucho antes de gastarse el dinero y que ahora prefieren comprar menos cantidades y más a menudo. «Antes pedían por kilos, ahora compran por unidad», dice otra frutera de la Encarnación. Juan Manuel Uncala, propietario de una pescadería en la Encarnación lo corrobora: «El dinero cunde menos y compran menos cantidad», explica.

Álvaro González Zafra, director de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería, CAEA, afirma que los alimentos que se están viendo más afectados por la crisis de precios son los relacionados con los cereales, que son los más afectados por las importaciones y la guerra de Ucrania.

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En este sentido, CAEA maneja un dato preocupante: hay un porcentaje de consumidores, en torno al 25 por ciento de la población, que lo está pasando mal debido a la grave crisis que se está atravesando.

Sin embargo, González Zafra asegura que el sector está intentando contener los precios para evitar «el riesgo de pérdida de cuota de mercado si el precio es elevado» y que la distribución comercial trata de subir los precios «siempre lo menos y lo más tarde posible, a costa de sus propios márgenes». Porque, según recuerda, la mayor garantía de ello es la máxima competitividad que existe ya que «quien sube precios pierde cuota de mercado». Por ello los empresarios también detectan cambios en el comportamiento del consumidor similares a los que se produjeron en la crisis de 2008. Entre ellos el aumento de la frecuencia de compra para controlar el gasto; una disminución del ticket medio de compra y un trasvase hacia la compra de productos de menor valor.

Ante ese escenario tan complejo, CAEA ve urgente la toma de medidas como el descenso del IVA en productos de alimentación, acceso de la distribución comercial a las subastas de energía como gran usuario, flexibilización del acceso a las materias primas más afectadas por la guerra de Ucrania, garantía de un transporte seguro, y que sean considerados como sector esencial.