Los vecinos del tiroteo en Sevilla Este: «Si seguimos con esta situación, tendré que vender mi piso»

Anoche, a eso de las cuatro de la mañana, muchos de ellos se despertaron sobresaltados por el escándalo que había en la calle. «Escuché un estruendo que parecía unos disparos, pero pensé que era un coche que viene casi todas las semanas y hace mucho ruido con el tubo de escape», explica este vecino. Sin embargo, «al momento empezaron a gritar el nombre de una persona, pidiéndole que por favor no se durmiera, y ya entendí que había sido un tiroteo». Luego llegó la Policía y los servicios de Emergencia y la situación se resolvió, pero el miedo quedó instalado entre los vecinos.

El testigo, que prefirió mantener su anonimato por temor a represalias, comparte su experiencia con las propietarias de dos locales situados en el callejón peatonal que está frente ala discoteca. «Tengo un hijo de 18 años y me da miedo que salga a la calle», le contaba a sus vecinas. Entre otras cosas, porque «¿qué hubiera pasado si al volver a casa de estar con sus amigos le pilla este incidente? Ahora estaríamos hablando de una desgracia». Por eso, pide a las autoridades que tomen cartas en el asunto y garanticen la seguridad en la zona. «Está claro que no podemos seguir en esta situación», insiste.

Silvia, la propietaria de una tienda de moda en esta zona peatonal, cuenta su experiencia de cada fin de semana. «Cuando abro el local por las mañanas me encuentro toda la puerta llena de vasos de los que vienen a la discoteca por las noches». A ella le toca la tarea de limpiar el entorno de su negocio para recibir a sus clientes en condiciones óptimas. Algo similar a lo que le ocurre al resto de comercios de la zona. «Llamamos a la Policía, vienen un día, dispersan y luego vuelven a aparecer el mismo tipo de gente por la zona». Muchos de ellos, «ni siquiera son vecinos del barrio», relata otro de los comerciantes afectados.

Un vecino que aprovechaba su descanso en el trabajo para ir a desayunar relataba que «el nuevo propietario del negocio llegó después de la pandemia». Antes, el local habría «a horas más normales» y «era habitual que los vecinos bajáramos a tomar un café o una copa». Con la llegada del nuevo dueño, «sólo abre un día a la semana, a partir de las doce de la noche, y cierra casi a la amanecida». En esta nueva etapa del 'Living', «se celebran conciertos para los que creemos que no tienen licencia» y «viene un tipo de clientela que no es la más recomendable». De hecho, «como esto siga así, no nos va a quedar más remedio que vender el piso».

Esta situación la han puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Sevilla en muchas ocasiones. «La última reunión la tuvimos hace un mes y en el distrito son perfectamente conscientes de lo que está ocurriendo» pero, «por ahora, no han hecho nada para evitarlo». Incluso recuerda que «hace como un año, nos comentaron que estaban estudiando una permuta del local con el dueño para que se marchara a una zona más alejada». Mientras tanto, «cada semana hay un incidente nuevo». «La semana pasada, por ejemplo, se escucharon unos ruidos que también parecían unos disparos», relata.

Los vecinos tienen perfectamente localizado al dueño del local. Todos coinciden en señalar que es propiedad de un exconcursante sevillano del programa de televisión 'Gran Hermano', que «ya ha tenido otros locales similares por el barrio y todos los ha tenido que cerrar, aunque ninguno sabemos los motivos». Por ello, confían en que lo sucedido este madrugada sea «la punta del iceberg» y que lleve a las autoridades locales a clausurar una discoteca que «ya ha estado cerrada otras veces por incumplir la licencia que tiene concedida».

Otra vecina que paseaba por la calle junto a su nieto asegura que no se enteró de nada de lo ocurrido. «Me ha avisado mi nuera esta mañana y por eso he bajado a ver qué ha pasado». Ella misma nos conduce hasta un bazar situado en la acera de enfrente del 'Living', donde «me han contado que se pueden ver los restos de los disparos». Efectivamente, allí están las señales. Dos disparos sobre la luna del escaparate y otro sobre la cancela de metal que cierra la puerta de entrada al comercio.

Junto a los restos del incidente se encontraba Juanito, como cariñosamente llaman en el barrio al propietario de origen oriental de este comercio. «Nosotros cerramos a las diez de la noche y no vimos nada», explica. Lo hace mientras su mujer, móvil en mano, hace fotos a todos los desperfectos para enviarlos a la empresa de seguros. «Las vecinas sí nos han dicho que se ha escuchado mucho escándalo esta noche y que se había producido un tiroteo. Dicen que es muy frecuente aquí», explicaba.

La conversación finaliza cuando un cliente entra en la tienda para llevarse algunos de sus productos. Sus primeras palabras nada más entrar en el local fueron: «¿Os habéis enterado de tiroteo de esta noche?». No se hablaba de otra cosa en esta zona de Sevilla Este que, a pesar de todo, se empeñaba en recuperar su rutina habitual. El 'Living' seguía cerrado, ni rastro de sus dueños. Los curiosos no se apartaban del entorno. Y los vecinos, cansados, claman una solución para que la avenida Emilio Lemos deje de ser noticia por las peleas, los gritos y las molestias de una discoteca que no encaja entre la amabilidad y el buen hacer de un barrio que pide justicia.