Urbanismo modificará el plan de protección de la Encarnación que permitió construir las Setas en Sevilla

La primera medida llega tras numerosas demandas y recursos presentados ante la justicia con el paso de los años por Adepa, la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía. No es otra que la modificación del plan especial de protección de la Encarnación, el único subsector del Centro cuyo plan especial se encontraba actualmente aprobado de forma definitiva. Sin embargo, no estaba exento de polémica por su incumplimiento de la legislación vigente, motivo por el cual Adepa lo rechazaba frontalmente y solicitaba su actualización.

La modificación de este plan, según el portavoz de esta asociación, Joaquín Egea, supone «un primer gran paso» con el que «se abre un camino importantísimo». De hecho, con ella sobre la mesa no se habrían podido construir las Setas con la remodelación urbanística proyectada en el solar del antiguo mercado de la Encarnación, uno de los proyectos más controvertidos del mandato de Sánchez Monteseirín, que alteró notablemente el paisaje urbano de este enclave del Casco Antiguo situado entre edificios históricos como la iglesia de la Anunciación y la de San Pedro. El por entonces Metropol Parasol se levantó, como lamenta Egea, sin tener en cuenta el entorno en que se encontraba y en contra de la Ley de Patrimonio.

Desde Adepa se presentaron diversos recursos ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y el Tribunal Supremo por los incumplimientos de dicha legislación en los que incurría por completo el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) aprobado en 2006. Sin embargo, y pese a tener el respaldo judicial, todo ello entró en una espiral burocrática a la que ni Zoido ni Espadas ni Muñoz dieron solución. Ahora se da un paso importante con la actualización del plan específico de la Encarnación, abriéndose un proceso público de participación ciudadana en el que los sevillanos pueden presentar sugerencias y propuestas para el mismo hasta el próximo 2 de octubre.

Entre los principales cambios y novedades que incluye el renovado plan protector está, por un lado, el reconocimiento del contexto y los valores del conjunto urbano de las edificaciones, no sólo de su valor individual, evaluándose tanto las que están catalogadas como las no catalogadas, sin permitir los derribos salvo casos excepcionales. También se establece la documentación mínima que deberá existir sobre las edificaciones catalogadas, así como un inventario para las no catalogadas que permita conocer pormenorizadamente los elementos constructivos y ornamentales de interés y con valor ambiental para que se respeten y conserven.

Uno de los aspectos de mayor interés es que, en el mencionado entorno de la Encarnación, no se podrá superar la altura reguladora máxima, de tal forma que los edificios no podrán crecer en altura respecto a la que ya tienen actualmente. Del mismo modo, se elimina cualquier cambio en la alineación interior o exterior de los mismos, estableciéndose además una ordenanza que regula los elementos arquitectónicos que afecten al paisaje urbano de la ciudad (cableado, antenas de televisión, colores y estilos de las fachadas...), como ocurre en otras ciudades.

La aprobación del nuevo plan de protección de la Encarnación, aplaudida por Adepa, «redundará en una mayor seguridad jurídica a la hora de actuar, así como en una mejor conservación del patrimonio edificado al clarificar la normativa de aplicación en cada caso». Esto, además, abre la puerta a que se aborden los de otros sectores como Santa Catalina, el Duque o el propio entorno de la Catedral, cuyos planes protectores sólo se llegaron a aprobar de forma provisional hace años. En este sentido, existe, incluso, una advertencia de la Unesco, ya que la ausencia de esta protección en sectores situados dentro de la zona de amortiguamiento de la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias, provocó la construcción de edificios polémicos como el de González Cordón en la calle Santander o el aparcamiento junto a la Torre de la Plata.

Todo en aras de conservar el paisaje urbano característico de Sevilla y que no continúe degradándose como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos.