Así fue la última noche de Queipo de Llano en la Macarena: de la exhumación a la incineración
Casi diez horas pasaron desde que los familiares del auditor de guerra Francisco Bohórquez llegaron a San Gil hasta que se incineraron los restos de ambos generales en un crematorio de Alcalá de Guadaíra
Los restos de Queipo de Llano, su mujer y Bohórquez se incineraron en el tanatorio de Alcalá de Guadaíra
Exhuman los restos de Queipo de Llano y Francisco Bohórquez en la basílica de la Macarena
Sevilla
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Iniciar sesiónA las seis de la mañana de este jueves entregó la hermandad de la Macarena las cenizas de Gonzalo Queipo de Llano, Genoveva Martí y Francisco Bohórquez a sus familiares tras incinerarlos en un crematorio de Alcalá de Guadaíra, momento en el que rubricaba ... un fedatario público el acta que había levantado a primera hora de la noche para confirmar tanto el correcto proceso de las exhumaciones como las nuevas inhumaciones. Un acta notarial que, una vez se entregue este viernes al Gobierno de España, dará por finalizada la intervención de la corporación cofrade para cumplir con la nueva Ley de Memoria Democrática.
Una vez concertada la fecha, escogida por ambas familias en función a sus respectivas disponibilidades, la hermandad lo calculó —y controló— todo: no se filtraron imágenes del interior del templo, sólo accedieron familiares de los generales, los restos pudieron ser desenterrados del modo esperado y se encontró la manera legal de esquivar la presencia de un miembro del Gobierno. Era esta última una petición expresa de los familiares, hostiles por la posición del Ejecutivo central acerca de la Ley de Memoria Democrática. La solución ofrecida por los servicios jurídicos de la Macarena fue la contratación de un fedatario público que reflejara con escrupulosidad todos los acontecimientos.
El Gobierno de Pedro Sánchez intuía que la exhumación se haría a sus espaldas. Circunstancia por la que una pareja de agentes de paisano de la Policía Nacional llevaban dos noches vigilando el entorno de la Basílica de la Macarena. El hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, les había puesto sobre alerta al confirmar que cumpliría con la obligación de sacar los cuerpos del templo «cuando la Esperanza vistiese el luto». Es decir, a partir del día 1 de noviembre.
Los agentes y ABC de Sevilla eran los únicos testigos de la llegada de los familiares de Francisco Bohórquez a la Basílica de la Macarena. La hermandad los había convocado por turnos. Primero se exhumaría al auditor de guerra; después, al matrimonio. Los descendientes de Bohórquez habían sido citados minutos después de las 21 horas. Como se trata de una familia especialmente conocida en la corporación, se le pidió que aguardase en la Plaza de San Gil hasta que la Basílica «estuviera despejada» para no alarmar a los hermanos por el entorno del Arco.
Llegado el momento oportuno, la puerta del museo se entreabrió para que los familiares de Francisco Bohórquez —siete personas— accedieran con discreción. Una de las escasas normas impuestas por la hermandad era que los asistentes dejasen a su entrada los teléfonos móviles para evitar posibles filmaciones de la exhumación, llegando a contratar un importante refuerzo de vigilancia en su interior. Justo en ese momento daban los agentes de la Policía Nacional el parte de confirmación: la noche del Día de los Difuntos sería la última de los generales en la Basílica de la Macarena.
Para respetar la intimidad de ambas familias, además de haberlos citado por tramos, la hermandad dividió la Basílica por su nave central. Una considerable cortina oscura servía de separador, así como de resguardo para la Macarena ante posibles fotografías a la entrada o salida de los vehículos funerarios. Los primeros se situaron en el lado del altar, donde yacían los restos de Francisco Bohórquez; los Queipo de Llano, citados a las once de la noche, entraron por el acceso de la Casa Hermandad y permanecieron las tres horas de su estancia junto a la tumba de sus familiares, en la zona más próxima al atrio. Fue el momento escogido por ABC de Sevilla para lanzar en su página web la primicia de la noticia. Media hora más tarde, el entorno del Arco de la Macarena rebosaba de periodistas.
No fue casual que se escogieran primero los restos de Francisco Bohórquez para su exhumación: hace seis años se produjo un accidente durante unas obras en el interior de la Basílica que provocó la rotura de la lápida, lo que permitió conocer el interior de la tumba e intuir el tiempo necesario para su extracción. El diseño del espacio dedicado al matrimonio resulto ser exactamente el mismo que el de Bohórquez.
A las dos y veinte de la madrugada salían todos los presentes —excepto los operarios y vigilantes de seguridad— en la Basílica. Los familiares del matrimonio Queipo-Martí se situaron bajo el monumento a Juan Manuel Rodríguez Ojeda. A diez metros de la efigie del bordador, Paqui Maqueda, familiar del otro 'bando' de la Guerra y presidenta de la Asociación Nuestra Memoria. Llegó tras conocer la primicia de ABC de Sevilla. Fue la primera, y también única, 'memorialista' en presenciar la histórica cita. Terminó protagonizando la única escena imprevista de la noche: el mito de las dos Españas, frente a frente. Una situación que se incomodó a la salida de los restos recién exhumados: mientras que los familiares del teniente general aplaudían y gritaban «¡Viva Queipo!», Maqueda les recriminaba «¡Honor y gloria a las víctimas del franquismo!».
A la salida de los dos últimos féretros se inicio un cortejo de siete vehículos, todos ellos de familiares, que los acompañó hasta el crematorio de Alcalá de Guadaíra, donde la hermandad de la Macarena había contratado un servicio para incinerar los restos de Francisco Bohórquez, Gonzalo Queipo de Llano y Genoveva Martí. A las seis de la mañana de este jueves les entregaron las cenizas a los familiares, cerrando de esta manera el procedimiento de exhumación recogido en la Ley de Memoria Democrática que obligaba a la hermandad a informar al Gobierno sobre la nueva inhumación.
Tan sólo cinco horas después de aquellas exhumaciones abría sus puertas la Basílica de la Macarena. Por primera vez en más de sesenta y cinco años, sin los generales. En el espacio que acogía las tumbas de Gonzalo Queipo de Llano y Genoveva Martí se había colocado una enorme alfombra que cubría su suelo. Según ha podido conocer ABC de Sevilla, bajo ésta sigue estando 'levantado' el suelo, a la espera de un mármol «idéntico» del que lindaba con las tumbas.
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