La opinión de adriano
Torre fortísima
El campanario está más fuerte y lozano que nunca, y así lo van a apreciar los millones de personas que suben sus 35 rampas para contemplar las segundas mejores vistas de la ciudad
La Catedral blinda los miradores de la Giralda con rejas 'invisibles'
La Giralda es como el Panteón y el Coliseo romano. Nuestro alminar es una maravilla del mundo que vamos a legar a las generaciones futuras en todo su esplendor. Y todo ello gracias a que su propietario, el Cabildo Catedral, ha sabido cuidarlo con el mimo que necesita el gran símbolo de Sevilla, la torre fortísima que nos marca el camino de la fe.
Eduardo Martínez Moya se llama su médico, que es algo así como el Salvador Morales que obra milagros para extirpar los males que la llevan afectando 850 años sin que nada ni nadie pueda con ella.
El campanario está más fuerte y lozano que nunca, y así lo van a apreciar los millones de personas que suben sus 35 rampas para contemplar las segundas mejores vistas de la ciudad. Porque a este mirador le falta lo más importante: la propia Giralda.
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