ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA
«Tener que elegir entre el cáncer y mi hija, tan deseada, hubiera sido durísimo. Pero que me prendan fuego si con eso ella sale adelante»
A Isabel, madre de dos niños y embarazada de seis meses, le van a adelantar el parto en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para iniciar cuanto antes la terapia dirigida (la que le puede curar) contra el tumor que padece y que los médicos están conteniendo con tratamientos que sí son compatibles con la gestación
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Sevilla
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Iniciar sesiónIsabel, una sevillana de 33 años. se encontró un bulto en el pecho hace algunos meses mientras le daba el pecho a su hijo pequeño. Lo atribuyó inicialmente a la lactancia pero se lo comentó a su médica de cabecera y tuvo la suerte de ... que le mandara una ecografía. Allí salió algo que inquietó a los radiólogos y que confirmó la mamografía posterior, que no suele hacerse en mujeres menores de 35 años. «Antes de hacérmela me preguntaron si estaba embarazada y yo no lo sabía, de modo que me pusieron el plomo por si acaso; y, cuando llegué a casa, me hice el predictor».
El test dio positivo (embarazada de nueve semanas y media) e Isabel se llevó una gran alegría. Era su tercer hijo y en el hospital le confirmaron su sexo. «¡La niña, por fin!», exclamaron ella y su marido cuando se lo comunicaron, pues era una hija muy deseada, tanto o más que los dos anteriores, varones, que ahora han cumplido 3 años y medio y 1 año y medio, respectivamente.
Ahí se acabaron las buenas noticias. El bulto era un cáncer infiltrante HER-2. «Cuando me lo comunicaron, fue un shock pero me preocupé más por mi hija que por mí. No quería que le pasara nada malo por mi enfermedad y mi gran miedo era que tuviera que elegir entre seguir adelante con el embarazo o tratarme el cáncer con garantías de éxito. Verme en esa encrucijada hubiera sido durísimo y pensé en muchas cosas, una de ellas que mi marido se quedara solo con tres niños tan pequeños«, cuenta.
Los médicos del Virgen del Rocío se hicieron cargo de esas preocupaciones que sólo una madre puede sentir y explicar, y le dieron la opción de realizar un tratamiento de contención de su cáncer hasta que naciera la niña. «Que me dieran esa posibilidad me cambió totalmente el ánimo a pesar de que sabía que tenía un cáncer grave y que me iban a tener que quitar el pecho. Y doy gracias a Dios por no haber estado en esa encrucijada de tener que decidir si el cáncer o mi niña, porque para mí lo más importante era salvar a la niña que llevaba dentro, aunque fuera a costa de que perder yo la mía«.
Isabel, que está sentada en un banco del patio del hospital sevillano acariciándose la barriga (de seis meses y medio) en un receso de unas jornadas de puertas abiertas sobre oncología radioterápica, lo explica de esta manera: «Todo lo que pienso ahora es que a mí que me prendan fuego, que me duela lo que me duele, que me dejen como dejen, pero mi niña que esté bien«.
Cuando se sentó con el oncólogo por primera vez, Isabel estaba embarazada de doce semanas, y el médico le explicó que no le podían dar radioterapia ni el tratamiento hormonal adecuado a ese tipo de cáncer por los riesgos de frustrar el embarazo. Sólo le podían dar quimio para contenerlo y esperar al parto para darle los tratamientos más eficaces. «Ya estoy calva (ríe) pero me apaño con la peluca. Mi mayor preocupación era y es la niña», insiste.
Hoy está muy animada («me vengo arriba y me vengo abajo como una montaña rusa») porque la ginecóloga le ha dicho que su niña está engordando y que su embarazo va viento en popa. «Que ella esté bien me ha subido mucho la moral». Saldrá de cuentas en octubre pero los médicos le van a adelantar el parto para iniciar el tratamiento específico contra su HER-2 cuanto antes. «Nacerá en septiembre», cuenta Isabel, que ya ha pasado por una mastectomía radical (ese tipo de cáncer avanza rápido en personas jóvenes) y tiene una idea muy aproximada de todo lo que le espera tras el alumbramiento. «Me darán radioterapia y doce ciclos de taxano, que es el tipo de quimioterapia más apropiado para mi tipo de cáncer. Es una terapia dirigida y la que me puede curar», dice.
Por ser una terapia hormonal y podría comprometer la vida o estado de salud de su hija si se aplicara ahora. «Me darán dos vacunas que bloquean el cáncer y harán que me cure. Hace menos de un mes, el pasado 30 de mayo, se aprobó que esas vacunas se puedan administrar por vía intramuscular, lo cual me va a ahorrar un año de estar viniendo al hospital y estar enchufada varias horas«, cuenta con alegría. Isabel confía en poder hacer una vida normal y en poder coger en brazos a sus hijos, algo que no puede hacer ahora, por la mastectomía (tenía afectados unos ganglios) y por el catéter de la quimio. »Estoy confiada en que voy a salir de ésta. Los médicos me han transmitido mucha confianza y mucha esperanza«.
«El miedo va a a acompañar a todos los pacientes oncológicos y lo importante es que no acabe en una psicopatología, ansiedad o depresión»
Raquel Calero
Psicooncóloga del Infanta Luisa Quirónsalud
Raquel Calero, psicooncóloga del Infanta Luisa QuirónSalud de Sevilla, que participó en las jornadas de puertas abiertas del servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Virgen del Rocío, asegura que «durante el proceso oncológico es muy importante cuidar la salud mental. Yo siempre lanzo una pregunta: «Si me aparece un bultito o lo tiene alguien muy cercano a mí, ¿cómo duermes esta noche?«. Y ahí empieza el desajuste emocional. Porque los diagnósticos no son inmediatos y ese desgaste se alarga y suele aparecer la psicopatología, ansiedad o depresión».
El miedo es una emoción que va a acompañar a cualquier paciente como Isabel durante todo el proceso de su enfermedad «y por eso lo valiente es pedir ayuda profesional para aprender a gestionarlo y no se convierta en ansiedad. Es verdad que la Administración todavía no lo cubre, a pesar de ser una necesidad. Todas las asociaciones que luchan contra el cáncer hacen un esfuerzo por ofrecer esta ayuda psicológica«.
El consejo que da esta experta a todos los pacientes oncológicos es que «se permitan sentir, que comuniquen en todo momento, que busquen aliados para compartir sus pensamientos en alto. Todos pensamos cosas díscolas y es complicado que no tengamos una confrontación. Las ideaciones negativas son legítimas pero no nos van a ayudar. La supervivencia existe y la esperanza de curación es real y a eso nos tenemos que enganchar«, asegura.
«Es muy importante la salud emocional y que podamos hablar de forma distendida como en estas jornadas de puertas abiertas»
José Luis López Guerra
Jefe de servicio de Oncología Radioterápica del Virgen del Rocío
José Luis López Guerra, jefe de servicio de Oncología Radioterápica, y organizador de las jornadas, explica que «realizamos este encuentro para hacer más comprensible todo el lenguaje a veces frío que rodea al cáncer con palabras como recidivas o biomarcadores. Y hablamos tomándonos un café de cosas como rehabilitación o nutrición que a veces no nos da tiempo de tratar de forma exhaustiva en las consultas. Y también de salud emocional, que es muy importante«, asegura este experto. que a la vista del éxito de este encuentro promete que se hará otro después de verano.
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