entrevista
Stefan Mathesius, analista financiero: «Me robaron el primer día que llegué a Sevilla pero me enamoré de la ciudad y me quedé»
Este ingeniero y economista alemán, que trabajó durante cinco años en bancos de inversión de Reino Unido y Alemania, canaliza fondos europeos e inversiones en sectores estratégicos desde la Agencia para la Transformación y el Desarrollo de Andalucía (TRADE)
«Cuando llegué a Sevilla hace 20 años, casi todos los andaluces querían ser funcionarios»
«En España veo a mucho principito que se queda en casa de sus padres hasta los 40 años«
El analista financiero alemán Stefan Mathesius vino a Sevilla por primera vez hace 25 años con una beca Erasmus y durante esta estancia universitaria conoció a una sevillana con la que acabaría casándose y formando una familia numerosa en la localidad de Valencina de la ... Concepción. Aunque tuvo oportunidades de trabajar en Madrid, Barcelona y otras grandes capitales europeas donde podría haber elevado su carrera profesional como analista financiero al máximo nivel (logró como inversor ángel desde Alemania y Reino Unido colocar a una startup biotecnológica en el Nasdaq tras revalorizarse hasta los 500 millones de dólares), decidió quedarse en Sevilla y trabajar aquí canalizando fondos europeos e inversiones en sectores estratégicos desde la Agencia para la Transformación y el Desarrollo de Andalucía, dependiente de la Junta. Y no se arrepiente.
-¿Cómo recuerda su primera visita a Sevilla?
-Yo era estudiante de ingeniería industrial en Alemania, en el Instituto Tecnológico de la Universidad de Karlsruhe y decidí hacer un año de Erasmus. Busqué el sitio más lejano geográficamente de mi ciudad y ese era Sevilla, aunque no sabía entonces nada de español. Vine en coche y entré por la Avenida de la Palmera, que me pareció impresionante con esas casas señoriales. Me impresionó muchísimo la ciudad pero ese primer día me robaron mis maletas porque no aparqué el coche en la calle adecuada (sonríe).
-¡Vaya estreno!
-Sí. Era la primera vez que me robaban en mi vida. Y luego me robaron dos veces la bicicleta y me la encontré en un mercadillo de la Alameda.
-¿La que le habían robado?
-Sí, la misma. Y la compré de nuevo aunque el vendedor, que no era el que me la robó, me hizo un descuento cuando le dije que era mía. Pero tengo que decir que ya no me volvieron a robar nunca más en Sevilla y llevo aquí más de 20 años viviendo aquí. Me encantó la ciudad, la vida en la calle, la luz. Se siente la vida. Era una imagen muy viva.
-Supongo que diferente a la de las ciudades alemanas.
-Sí, todo es diferente, allí se hace mucha vida dentro de las casas. En Sevilla todo el mundo está en la calle porque aquí tenéis 300 días de sol al año.
-¿Qué pasó cuando acabó su beca Erasmus?
-Era muy difícil quedarme a trabajar en Sevilla pero me dije que tenía que volver de alguna forma. Estuve unos cinco años en banca de inversión en Alemania y Reino Unido y ya en 2004, con toda esa experiencia acumulada, pude volver a Sevilla con un trabajo digno y formar mi familia con mi mujer y mis tres hijos.
-Durante esos cinco años en Alemania y Reino Unido ejerció también de «business angel».
-Captaba dinero de inversores y trabajé en una banca de inversión boutique en Alemania. Era una «family office» de una de las familias más ricas de Alemania con muy buenas conexiones con con otros «family offices». Elegíamos operaciones muy atractivas, buscábamos otros inversores privados e incluso invertíamos nuestro propio dinero en algunas «startup». En una «biotech» (empresa de biotecnología) invertí unos 10.000 euros y la empresa prosperó tanto que llegó a cotizar en el Nasdaq tras alcanzar una valoración bursátil de 500 millones de dólares.
-Bajo su responsabilidad y desde distintas agencias públicas de la Junta de Andalucía se han movilizado más de 500 millones de euros y respaldado a más de 1.200 empresas.
-Sí. Y hemos consolidado a Andalucía como referente europeo en la implementación de instrumentos financieros. Hemos captado fondos de la Unión Europea y también hemos invertido fondos autonómicos del propio presupuesto de la Junta de Andalucía. Tenemos un consejo de inversión que decide sobre la estrategia pero no podemos hacer competencia desleal a los inversores privados con dinero público. Nosotros buscamos sectores o nichos de mercado donde existe lo que se llama una disfunción del mercado, es decir, donde no funciona bien el mercado en fases primarias. En definitiva, las que tienen dificultad para financiarse. Nosotros diseñamos los instrumentos y buscamos especialistas intermediarios que junto con el dinero público y el dinero privado inviertan en startups o en las empresas de expansión temprana. Al final, nuestro objetivo no es maximizar económicamente la inversión sino crear impacto en Andalucía, creación de empleo y creación de inversión inducida con pequeños ecosistemas alrededor de esos esas startups.
-¿Podría poner algún ejemplo?
-Prefiero no hablar de empresas concretas pero hemos apoyado a compañías de inteligencia artificial, automatización, aeronáutica e innovación turística para mejorar la gestión. El producto financiero estrella de la innovación no es la entrada en capital, sino los préstamos participativos que aumentan la solvencia de la empresa pero no diluyen el capital del promotor. Estos préstamos se devuelven con un interés alto y variable, pero que va sin garantías, a diferencia de los préstamos bancarios que no llegan a este tipo de empresas. Nosotros prestamos dinero a un tipo de interés que va del 0 al 15 por ciento. Si la empresa va mal, el interés será del 0 por ciento; si va bien y la empresa prospera, podemos cobrar hasta el 15.
-Andalucía ha brillado históricamente en cultura y arte; ¿lo hace también en tecnología, aunque se conozca mucho menos?
-Totalmente. Cuando yo llegué aquí hace más de 20 años, existía un cierto complejo y muchos andaluces no querían salir de aquí. También se exportaba poco. Ahora eso ha cambiado. La mentalidad está cambiando y el andaluz -y el español- ve una oportunidad importante en los mercados extranjeros. Y se está poniendo las pilas y está funcionando. Y ahí hablamos de sectores tecnológicos. Hay que tener en cuenta que el mercado local doméstico tiene sobre todo enproductos tecnológicos una demanda limitada porque aquí no hay multinacionales y la mayoría de empresas son medianas o pequeñas. Actualmente todos las empresas pequeñas tecnológicas andaluzas y españolas buscan su vida fuera y exportar sus productos al mercado internacional. Pero eso es difícil y hay que capacitarlas.
-¿Andalucía es un lugar atractivo para la inversión internacional?
-Yo creo que sí y cada vez más, especialmente en el sector tecnológico e informático. Las grandes empresas del centro de Europa están teniendo problemas para encontrar personal adecuado porque vivir en Berlín, en Londres, en Múnich o en París resulta muy caro. Hay una rotación brutal con un 30 o un 40 por ciento de la plantilla que no dura ni un año. Y para sacar rendimiento a un trabajador hace falta como mínimo seis meses o un año. En Andalucía, la rotación es mínima comparado con otros mercados laborales. Y todo es bastante más barato con una calidad de vida altísima. Para un informático de 28 ó 30 años vivir en Málaga o en alguna ciudad de costa es muy atractivo.
-¿Cuáles son, a su juicio, las mayores fortalezas y debilidades de Andalucía a los ojos de un inversor o profesional extranjero?
-El clima, la cultura y la calidad de vida, que es excepcionalmente alta. Respecto al clima, conozco gente de fuera que dice que el invierno más frío de su vida lo han pasado en Sevilla. Yo esto no lo comparto. Y lo que me gusta mucho de Sevilla es que tiene un centro muy grande, más allá de las dificultades para aparcar. Respecto a las debilidades, a nivel laboral la falta de grandes empresas es un problema para la gente que quiere desarrollarse profesionalmente y llegar más alto. En eso Sevilla y, en general Andalucía, puede quedarse un poco pequeña. Entiendo que muchos talentos se vayan de Andalucía por falta de proyección profesional a medio y largo plazo. Pero esto no quiere decir que Andalucía no sea atractivo. Yo conozco a muchos andaluces que trabajan fuera y tienen muchísimo éxito. Cualquier andaluz que trabaja fuera se adapta fuera. Se integran perfectamente.
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