Los sevillanos reaccionan al adelanto de la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2025: «¿Los niños recibirán los regalos la mañana del día 5?»

ABC de Sevilla adelantaba la noticia a media tarde y el Ateneo de Sevilla lo confirmaba unos minutos después a través de un comunicado. Finalmente, la Cabalgata de Reyes Magos 2025, por primera vez en sus 107 años de historia, no saldría en la víspera de la Epifanía, sino en la tarde del 4 de enero. La decisión obligaba, además, a adelantar también el desfile del Heraldo al 3 de enero.

Las redes sociales llevan todo el día echando humo. Al igual que sucediera en el año 2018, el debate estaba servido. En X, lo que antes se hacía llamar Twitter, se cruzaban los comentarios y las respuestas entre quienes pensaban que era oportuno adelantar la Cabalgata y quienes pensaban que lo mejor era mantenerla en su día tradicional.

A las 17:18 horas ABC de Sevilla rompía la baraja. Ya estaba todo decidido y las redes comenzaban a dar buena cuenta de ello. Rápidamente, partidarios y detractores del adelanto comenzaron a disparar su verborrea.

La vida del sevillano viene marcada por los ritos; gestos que se repiten cada año y, sin embargo, ningún año es igual. El primer rito que se aprende, quizá, sea el de la Cabalgata de Reyes Magos. Los niños aprenden desde chicos que la Cabalgata es el preludio más fidedigno y real de una noche en la que los nervios no te dejan dormir y cualquier ruido rápidamente lo asocias con las pezuñas de los camellos o con los sigilosos pasos de Sus Majestades. No hace falta echar mano al reloj para comprender que la espalda a Baltasar es la señal inequívoca de que ya es hora de ir a casa y preparar los vasos de leche, agua y el lingotazo de anís, que la noche es fría y larga. A la mañana siguiente, el salón de tu casa amanecía, como por arte de magia, a rebosar de regalos.

Este es precisamente uno de los comentarios más repetidos en redes al saberse que la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2025 se celebraría la tarde del 4 de enero. «¿Recibirán los regalos los más pequeños la mañana del día 5?», se preguntaba David Niebla. Muchos usuarios en redes se han expresado en estos términos. «La tradición manda que los Reyes pasan el día 5 y, a la mañana siguiente, ya han dejado sus regalos», afirma otro tuitero.

En este sentido, otros expresan su preocupación. «Esto no es serio. Los Reyes Magos vienen la noche del 5 al 6, a ver qué cara se les queda a los chiquillos cuando vean que Sus Majestades han pasado de ellos», escribía un usuario anónimo. «Niños con regalos el 5 y otros el 6, a ver cómo se lo explicáis», manifestaba otro perfil en X.

También hay quien prefiere tomárselo con humor. «Se confirma que hay gente del Cristo de Burgos en la directiva del Ateneo», comentan algunos usuarios en X. Una clara referencia a la anécdota que protagonizó la corporación de San Pedro el pasado Miércoles Santo, cuando suspendió la Estación de Penitencia con seis horas de antelación. Otros recuperan el clásico «Yo creo que... ¡yo creo que salimos!» que popularizó Antonio Garrido en El Palermasso.

Por supuesto, también están quienes defienden que el Ateneo de Sevilla ha tomado la decisión correcta. «La seguridad de los ciudadanos es esencial», escribía en su perfil Antonio Fernández Moyano. Por su parte, María Triguero también prefiere el adelanto: «Ya les contarán a los niños por qué se adelanta, mejor así a que los pobres no disfruten un día tan especial». «Tanto marear para al final rendirse ante la evidencia...», escribía en su muro Adrián Yánez, profesor de la UPO.

La periodista Míriam Bocanegra opina que «hay que dejarse ya de decir rotundamente que no a las cosas antes de tiempo», en relación a la negativa del Ateneo a cambiar la fecha de la Cabalgata de Reyes Magos. Para ella, «¡la ilusión se mantiene!». «Cordura», «decisión más que acertada» y «coherencia» son otras de las palabras más repetidas.

Al final, pasó lo que nadie imaginaba que pasaría: la Cabalgata de Reyes Magos fuera de su día natural y tradicional por la lluvia. Nunca antes el mal tiempo había provocado esta situación; ni siquiera la Guerra Civil o la pandemia del coronavirus. Lo que es una sensatez para algunos, es un grave sacrilegio para otros. Sea como fuere, los Reyes Magos volverán a Sevilla un año más a repartir paz, esperanza e ilusión, mucha ilusión. Y de esto hace falta, mucha falta, todos los días del año.