Un sevillano en la corte espacial de Houston
El piloto José Luis de Augusto se puso en «órbita» con AstroAccess, proyecto dedicado a promover la inclusión de personas con discapacidad en el espacio: «Es brutal; dejas de sentir tu peso y te sientes como en una nueva dimensión»
Aún parece estar flotando. Los ojos, mirada al infinito esbozando una sonrisa nada más llegar a Sevilla, dibujan la aventura que vivió el piloto José Luis de Augusto en Houston (Texas, Estados Unidos) con AstroAccess, un proyecto dedicado a promover la inclusión de personas con ... discapacidad en el espacio y en la que el sevillano participó tras ser elegido entre miles de candidatos para el prestigioso programa internacional. Junto a once tripulantes más, José Luis de Augusto pudo finalizar de manera exitosa el primer vuelo de investigación formal en microgravedad 'AA2' a bordo del avión de Zero-G Corporation tras ascender a una altitud de trece kilómetros y hacer hasta 18 maniobras parabólicas con bajadas de unos cuatro kilómetros y experimentando repetidamente, durante varios minutos, la sensación «más fabulosa de mi vida».
«Es como si estuvieras entre algodones. De pronto sientes como si tu cuerpo dejara de pesar y comienzas a flotar. Te chocas con el suelo, y sales volando. Es lo más parecido a ir a una nueva dimensión. Es agradable, sí. Creo que en las fotos y en los vídeos se nota que estoy disfrutando (risas). Después de hacer todos los experimentos que teníamos previstos, pudimos aprovechar para disfrutar de la gravedad cero. Fue una sensación única. Yo, que apenas tengo movilidad en las piernas, llegué a sentir como si volviera a tener el control completo de mi cuerpo con la libertad de moverme libremente», indicó en un primer momento el piloto sevillano a ABC Sevilla, para a posteriori analizar cuáles fueron algunos de sus cometidos durante el vuelo y los momentos previos a las actividades programadas. «Para que todo el mundo lo entienda, es como estar en una montaña rusa de varios kilómetros de altura en un avión de pasajeros modificado al efecto. El objetivo siempre ha sido el de poner en práctica mejoras y dispositivos que ayuden a eliminar ciertas limitaciones que una persona con discapacidad pueda tener en el espacio en un entorno de microgravedad. En mi caso, como parte del equipo de movilidad reducida, probé un dispositivo de anclaje en la cintura para poder trabajar en microgravedad, así como la evaluación de los asientos de las naves actuales. Las personas con deficiencia visual, por ejemplo, probaron la implementación de paneles táctiles para navegar dentro de las naves. Los resultados han sido satisfactorios. Ahora toca analizar todo en detalle y seguir con ello identificando elementos para conseguir el concepto de accesibilidad universal en el espacio».
Para José Luis de Augusto, lo más importante pasa por seguir tratando de demostrar a la sociedad que siempre se podrán superar barreras, sea donde sea, gracias a la tecnología. «El objetivo es poner en dos o tres años a una persona con discapacidad en órbita. Para ello estamos trabajando. ¿Quién será? Eso es lo de menos. Esto no tiene ningún lado competitivo. Queremos que nadie se ponga límites, también en el sector aeroespacial. ¿Por qué no? Siempre ha sido un sector referente, y se ha caracterizado, entre otras cosas, por creer que los astronautas son superhéroes, personas perfectas. Conseguir que una persona con discapacidad se convierta en astronauta significará eliminar barreras y ayudará a dejar de identificar discapacidad con limitaciones. Queremos demostrar que las personas con discapacidad pueden/podemos también ir al espacio. Y aquí no hay diferencias. En el ensayo nos hemos dividido en tres grupos, con deficiencia visual, con deficiencia auditiva y con movilidad reducida. Cada equipo, con su objetivo, ha ido experimentando elementos novedosos que faciliten los futuros viajes al espacio. Somos doce los embajadores seleccionados. La mayoría son de Estados Unidos, de donde surge este proyecto, aunque también hay una alemana, un australiano, y un brasileño, y yo, como español. Para mí, claro, es un orgullo poder ayudar con mi conocimiento y experiencia a seguir derribando barreras».
En esta lucha, una de las personas que más importancia está asumiendo como cofundador de Astroaccess es George T. Whitesides, el que fuera máximo responsable de Virgin Galactic y antiguo Jefe de Gabinete de Nasa. También hay otros colaboradores, como por ejemplo Cady Coleman, astronauta de Nasa en tres misiones (ha estado 180 días en el espacio), y Liz Warren, jefa de Investigación y Desarrollo Espacial de Blue Origin. Los tres forman parte de un proyecto que cuenta con muchos adeptos en Estados Unidos.
«Me gustaría destacar la calidad humana de estas personas. Te hace pensar. Son personas muy influyentes del sector, y están absolutamente convencidos de la importancia que tiene la inclusión de las personas con discapacidad. Han estado con nosotros en todo momento. Nos han ayudado, y han ido compartiendo todos los resultados. Hablamos de profesionales referentes y que han vivido todo tipo de experiencias marcadas por el éxito laboral, pero, sobre todo, hablamos de personas con valores, dispuestos a decirle a la sociedad que no existen barreras, ni en la Tierra, ni en el espacio», subrayó el piloto sevillano a ABC.
José Luis de Augusto sólo tiene buenas palabras tras vivir una experiencia que jamás olvidará: «Fue una semana en Houston bastante intensa, culmen de estos meses de arduo trabajo y donde he podido aportar todo mi conocimiento como ingeniero de ensayos en vuelo. Entre todos hemos conseguido formar un equipo de profesionales multinacional y multidisciplinar, ejemplo de lo que debe ser la colaboración espacial y demostrando una vez más que las personas con discapacidad podemos desempeñar cualquier tipo de actividad».
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