Sevilla pierde otro año para cambiar el entorno del estadio de la Cartuja

El conocido como estadio olímpico, construido por Cruz y Ortiz, está catalogado como 'Estadio de Élite' por la UEFA (máxima distinción), lo que lo convierte en uno de los recintos deportivos más atractivos para albergar grandes citas futbolísticas.

Ha sido sede de una final de la UEFA, de varios encuentros de la última Eurocopa y estadio para la selección nacional. Precisamente, el partido entre España y Suecia de noviembre de 2021, clasificatorio para el Mundial de Catar 2022, fue el primer aviso serio de que el entorno del estadio se había convertido en una 'ratonera' por su falta de accesos y difícil circulación por el interior de la isla de la Cartuja.

Meses después, en abril de 2022, llegó la final de la Copa del Rey entre el Real Betis y el Valencia CF, lo que no hizo otra cosa que corroborar lo las administraciones, principalmente el Ayuntamiento, sabe pero demora.

El estadio de la Cartuja y su entorno requieren de una reordenación urbanística de forma urgente para que esta zona de la ciudad deje de ser metros y metros cuadrados abandonados, con malas hierbas, socavones, mal señalizados, un basurero sin límites, donde se acumulan kilos y kilos de naranjas sin recoger, litronas o hasta neumáticos.

Es la imagen que deja un paseo por los aledaños del estadio a escasos días de que miles de madrileños y navarros vengan a la ciudad. A lo que hay añadir vallados derribados o mohosos. En definitiva, una sensación de abandono. A estos eventos deportivos hay que sumar grandes citas musicales como el concierto récord de Manuel Carrasco o actuaciones de estrellas internacionales, que dejan al descubierto los defectos de esta zona de la ciudad.

Su ubicación, en una esquina de la isla de la Cartuja, entre la SE-20 y la SE-30, y la ordenación urbanística deja al estadio sin los accesos necesarios. La isla de la Cartuja se convierte en un laberinto. El transporte público es escaso, como las bolsas de aparcamientos. Muchas de las zonas de estacionamiento cercano pertenecen al Parque Tecnológico de la Cartuja, con la que hay que llegar a acuerdos puntuales para grandes eventos.

La flota de taxis y VTC es limitada. Y esto lo reconocen desde la organización. Fuentes de la misma han indicado a este periódico que quitarle este «sambenito» al estadio es «muy complicado».

Si bien, ponen sobre la mesa la Feria de Abril como ejemplo para comparar los problemas de movilidad que se genera en torno a un partido de alta competición que mueve a una masa de entre 70.000 y 80.000 personas en algo más de dos horas. En la Feria de Sevilla si vas a coger un taxi vas a tardar media hora o más.

La reordenación urbanística del entorno, con un aforo de casi 60.000 personas, es necesaria. «Faltan muchísimos aparcamientos», que se podría solucionar con un proyecto para la dársena de la banqueta de la Cartuja.

«Pero son acuerdos de gran magnitud que no se arreglan en cinco minutos, cuando no se han hecho en veinte años», subrayan las citadas fuentes, sobre todo si hay que poner de acuerdo a administraciones de distintos signos políticos y con competencias sobre el estadio y su entorno. Sí admiten estas fuentes cambios para la final de este sábado con respecto a eventos deportivos y musicales anteriores y que derivaron en caos para la ciudad.

La final de 2023 es la cuarta consecutiva que acoge la Cartuja y la quinta en la ciudad (la primera fue en el Benito Villamarín) tras el impulso que el equipo que encabezó el difunto Javier Imbroda en la Consejería de Deportes dio a este estadio. «Ahora que está despegando, merece la pena invertir en su ordenación urbanística», insisten.