Así se ha vivido el momento de la detención de Ángel Boza por hurto y atropello en Sevilla

Los hechos se iniciaron cuando uno de los vigilantes de seguridad de El Corte Inglés del Duque reconoció a Ángel Boza «porque meses atrás ya tuvo con él otro episodio de intento de sustracción de efectos en otra tienda», apuntan fuentes cercanas de la investigación.

Esta circunstancia, así como su conducta sospechosa, provocó que todo el área de ventas pusieran sus ojos sobre él. « Se pudo ver cómo quito la alarma electrónica anti-hurto de una gafas de primera marca», indican las citadas fuentes.

Como es habitual en este tipo de actos, l os vigilantes de seguridad intentaron interceptarlo en la puerta de salida de la plaza del Duque , «pero se dirigió hacia el parking por las escaleras del centro comercial». Allí mismo lo esperaron y «fue tan rápido que logró eludir los dos».

Uno de los vigilantes se puso delante y otro detrás del vehículo de Ángel Boza. Al verse acorralado se fue por el carril de la entrada del centro comercial «después de intentar atropellar a ambos agentes que quisieron detenerlo».

Los vigilantes observaron que el coche se dirigió hacia La Campana en dirección a la Plaza de la Encarnación. Finalmente, el vehículo fue interceptado en la avenidad Menéndez y Pelayo .

No es la primera vez que la Manada ha estado implicada en un hurto . Sucedió en San Sebastián en 2016, un día antes de los Sanfermines .

El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, que investigó la implicación de este grupo con el abuso sexual a una joven durante las fiestas en la capital navarra, remitió en noviembre de ese año a los juzgados de instrucción de San Sebastián las investigaciones realizadas por parte de la Policía Foral sobre el robo de nueve pares de gafas en un comercio donostiarra .

El juez vio entonces «indicios» de que los cinco acusados, los miembros de 'La Manada' por la agresión sexual en Sanfermines pudieron participar en el robo. La Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral le remitió un atestado en el que se informaba de varios mensajes enviados por uno de los acusados, A.B.F., en el que se hacía referencia a la sustracción el 5 de julio de 2016 de nueve pares de gafas en un comercio de San Sebastián.

Además, el mismo atestado hacía referencia a que el robo se realizó «por parte de i ndividuos coincidentes con las características físicas » de los cinco acusados, «sin que haya sido posible obtener información adicional de la Ertzaintza».

Dadas las fechas, el robo se pudo producir en el camino de los acusados hacia la capital navarra , ya que la agresión sexual de Sanfermines se produjo la noche del día 6 al 7 de julio, poco más de 24 horas después de producirse el robo en San Sebastián.