El Vacie, un triunfo de Espadas

Urbanismo ha hecho pública la licitación del contrato para demoler el asentamiento, una medida que pone fin a una larga estrategia con la que el alcalde socialista ha conseguido llevarse el gato al agua y que demuestra que la política de consenso es mucho más útil que la de la crispación . Espadas se sentó a mediados del pasado mandato con el resto de partidos políticos y les expuso su plan, que estaba avalado por los agentes sociales que trabajan sobre el terreno desde hace años. La idea consistía en convencer a las familias una a una para su realojo en otra zona de Sevilla . Mientras se llevaba a cabo este proceso, Emvisesa se encargaba de escoger una vivienda de su parque público para estas personas, que serían reubicadas de manera dispersa por distintos distritos. Y una vez que aceptaran dejar la chabola, al día siguiente llegaría Urbanismo con una grúa para destruirla, evitando así que se produjera una nueva ocupación . La iniciativa ha funcionado y desde 2016 la piqueta ha ido achicando el poblado paulatinamente. Pero había otro requisito clave: el silencio. Todos los partidos pactaron no hacer política con este asunto y mantenerse callados, ya que así se conseguiría ejecutar el plan sin control mediático ni efectos llamada. El cumplimiento ha sido unánime . Y ya sólo queda por eliminar la parte más delicada, la peligrosa. A los delincuentes fichados por la Policía que habitan en el Vacie no se les ha ofrecido la opción del realojo. Lo que se ha hecho es que a medida que han ido siendo detenidos, también se ha eliminado esa chabola. Por lo tanto, lo que queda ya es un grupo muy reducido. El asentamiento está a punto de pasar a la historia gracias a una fórmula perfecta: discreción, realojos, más discreción y, de repente, la piqueta. Quedan sólo dos pasos para que Juan Espadas lo logre: ejecutar la demolición y planificar un proyecto urbanístico que entierre este vergüenza en lo más hondo del olvido.

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