En las tripas de la gran esclusa del Guadalquivir en Sevilla

ABC ha bajado hasta el fondo de esta enorme obra de ingeniería para la que se emplearon treinta millones de kilos de acero y el esfuerzo de 300 operarios de Astilleros de Sevilla que le dieron forma. Entre fortísimas medidas de seguridad, el descenso por la construcción de metal permite hacerse una idea de la envergadura.

La gran esclusa, la única de estas características que existe en España, se planteó con miras a la entrada de barcos de más calado tras el dragado de profundización que estaba en proyecto. La iniciativa ha quedado en suspenso, pero la costosa obra es una garantía de protección contra las inundaciones. «Esa es una de sus principales funciones», mencionan responsables de su supervisión. Sevilla está protegida por un muro de defensa que la rodea en el que la esclusa actúa como cierre del lado sur. Las enormes compuertas están coronadas a la cota de nueve metros , que es la máxima avenida del río, según los estudios, para un periodo de retorno de 500 años. En el caso de que se diera una subida, las puertas exteriores se cerrarían, quedando así la ciudad a salvo. La otra función es facilitar la entrada de barcos, que llegan a la ciudad aprovechando las mareas y que acceden como si de un ascensor se tratara, pues con el juego de puertas se sube y se baja el nivel del agua para facilitar el tránsito.

La actuación que ha llevado a cabo el Puerto de Sevilla consiste en la sustitución del carro inferior de una de las compuertas, que ha sido fabricado por Metalúrgica del Guadalquivir (Megusa) y ha contado con el apoyo de Astilleros para la coordinación de toda la maniobra de colocación y extracción del antiguo.

La principal dificultad de este trabajo de mantenimiento es el complejo manejo de la compuerta, de unas 1.000 toneladas y más de veinte metros de altura. Para el cambio fue necesario desplazarla de su ubicación, elevándola mediante tanques de flotación para poder realizar los trabajos en la parte inferior. El hueco que quedó durante las labores dio cabida para la entrada de una persona, permitiendo así la movilidad.

Se trata de la primera vez que la Autoridad Portuaria realiza una actuación similar en la esclusa. De hecho, para programar su ejecución los técnicos viajaron a Amberes, en Bélgica , que posee uno de los puertos marítimos de interior más relevantes de Europa. Además del funcionamiento de sus esclusas, les pidieron consejo para acompasar la entrada y salida de buques con las labores de mantenimiento. Con la experiencia de esta primera actuación, se irán reponiendo los carros de las tres puertas restantes más adelante.