Urbanismo
Sevilla reutilizará el adoquín de Gerena pese a ser un 80% más caro
El Ayuntamiento licita un contrato para «aserrar y flamear» el pavimento clásico que se instalará en las zonas peatonales
Los dos tipos de adoquín en la confluencia de Mateos Gago con Mesón del Moro
El Ayuntamiento ha sacado a licitación un contrato para el tratamiento de aserrado y flameado del adoquín de Gerena para su reutilización como pavimento en las calles de Sevilla. La polémica suscitada en la ciudad acerca del tipo de ... pavimento que se estaba instalando en las reurbanizaciones llevadas a cabo por la Gerencia de Urbanismo y por Emasesa en los últimos años ha terminado por convencer al gobierno municipal de que, para no perder la imagen más tradicional que históricamente ha tenido el suelo de Sevilla, se reutilizarán los adoquines procedentes de las canteras de Gerena, que ya se explotaban desde la época romana.
El Consistorio había optado por retirar el pavimento clásico para sustituirlo por el adoquín gris de Quintana de la Serena , que además de cumplir con las normas urbanísticas era mucho más económico. Por ello, desde que se retiró el de la calle Trastámara al inicio del primer mandato del exalcalde Juan Espadas, comenzó la desaparición paulatina del pavimento tradicional: Carlos Cañal, Baños, Mateos Gago... algo que fue denunciado por los conservacionistas, que al mismo tiempo criticaban la ausencia de un libro de estilo que marcase la hoja de ruta a seguir en las obras.
Así, hasta que la Comisión de Patrimonio tomó partido y tumbó hasta en dos ocasiones el proyecto que la Gerencia le puso sobre la mesa para reurbanizar la calle Zaragoza. El Ayuntamiento claudicó y decidió reutilizar el adoquín de Gerena en una calle que llevaba asfaltada desde hacía décadas, en una obra que comenzará tras la Semana Santa.
Ahora, para poder llevar a cabo esta nueva política en zonas peatonales y que no suponga un problema de accesibilidad, se contratará por 72.000 euros a una empresa que lleve a cabo los trabajos de aserrado y flameado de la cara vista de los adoquines, ofreciendo una terminación similar a la que se pueda conseguir con material procedente de canteras de piedra natural actualmente en funcionamiento.
El contrato tiene como objetivo el tratamiento en taller de los materiales acopiados en los almacenes municipales o que se retiren en obras de reurbanización a ejecutar en los próximos años. Cuenta con tres únicos precios , dos que detallan los traslados y trabajos propios de tratamiento del adoquín a reutilizar en función de las dimensiones de la cara vista a tratar y el otro que contempla el suministro de contenedores metálicos apilables de 3.000 kilogramos a los almacenes municipales para poder acopiarlos de manera adecuada. Los precios del tratamiento fluctuarán entre los 2 y los 1,15 euros por unidad en función del tamaño y 700 euros los contenedores metálicos. El contrato puede ser prorrogado un año más de común acuerdo entre las partes.
Diferencia de costes
ABC se ha puesto en contacto con una empresa suministradora de este tipo de materiales, que confirma que el coste del tratamiento del adoquín de Gerena para su reutilización es un 80% caro que la implantación del de Quintana de la Serena, que no requiere un procesado manual y que todo está industrializado.
José María Martín, gerente de la empresa Grupinex -que ha colocado los pavimentos de la Plaza de España, los Jardines del Cristina o las calles Asunción y San Jacinto-, señala que este tipo de operación para recolocar el pavimento tradicional es común en otros países, donde también existe este debate. «La mano de obra sale el doble de cara que fabricarlo nuevo» , explica. De esta forma, el metro cuadrado de adoquín de Gerena alisado (25 unidades) tiene un coste de 55 euros, mientras que el de Quintana de la Serenasale por 31.
«No es rentable, pero en algunas zonas, por su simbolismo, sí es lógico que se reutilicen . En Bélgica, por ejemplo, existe un pavimento histórico de color azul que es mucho más caro del que fabricamos nosotros, pero quieren mantener el tradicional por una cuestión cultural», señala Martín.
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