Peligra el brindis con Moët & Chandon y los gin tonics de Navidad

Varios propietarios de restaurantes y locales de copas reconocen que y que también parecen estar agotándose las existencias de ginebras como la canadiense Seagram's, la británica Beefeater o el whisky escocés Johnnie Walker. «Para Navidades no vamos a tener esas marcas casi seguro», admitía a ABC el propietario de varios locales de copas de Sevilla. En parecidos términos se expresaba otro empresario del sector que afirmaba que la ginebra escocesa les está llegando «a cuentagotas» mientras que desde un conocido restaurante sevillano también lo admitían. No podían servirle el pedido de champán premiun que había hecho.

Los hosteleros además recibían hace sólo algunos días un comunicado de uno de los distribuidores más fuertes en el que les advertían de que el suministro de algunas bebidas alcohólicas podían verse afectado en los próximos meses.

Un desabastecimiento que, según decían, ha confirmado el director ejecutivo de la patronal de Espirituosos de España, Bosco Torremocha, que apuntó a un «cóctel» de varios factores entre los que se encuentran el aumento de los costes de transporte marítimo, materias primas y un atasco en aduanas como efecto del Brexit.

Por ello les advirtieron que hay marcas de importación de ron, whisky, ginebra o vodka que peligran ya que no se producen en España en tanta abundancia como ocurre con el vino. «La situación se agravará y habrá roturas de stock» , decía el comunicado

Es algo que han confirmado varios proveedores que operan en Sevilla y que reconocen que están teniendo ya menos cantidad de determinadas marcas e incluso algunas que ya no hay. José Luis Hernández, gerente de Multibrand Spirit , que distribuye bebidas espirituosas en Sevilla confirma que se está produciendo escasez de determinados productos y que se está produciendo «un cuello de botella» con algunas marcas importadas de Inglaterra, Escocia o Norteamerica.

Con lo que más se está notando es con el champán más caro. De hecho, según dice, llevan tres meses sin poderles suministrar Moët & Chandon. Como ejemplo da una cifra. Si antes vendían 200 cajas de esa marca en Sevilla al mes, ahora sólo pueden servir veinte puesto que les cuesta trabajo encontrarlo. Y lo mismo les está ocurriendo con Seagram's, que según dicen, llevan un mes sin poder vender.

El proveedor achaca esta situación a varios factores. En primer lugar las consecuencias del Covid que obligó a paralizar la producción y que produjo que se vaciaran los almacenes que estaban llenos. Además se han producido también problemas con las producciones de vidrio o de tapones, imprescindibles para este sector . Y a ellos se suma un mayor aumento de la demanda porque después de la pandemia han aumentado las ventas. Por ello advierten de que esas bebidas están llegando con cuentagotas y que en Navidad las cosas se van a poner más complicadas.

En parecidos términos se expresa Curro Berrocal, de la distribuidora Bebidas Sur, una empresa multiproducto que vende espirituosos y vinos en general y que admite esos problemas de desabastecimiento en determinadas marcas. Sobre todo, según dice, se achacan a la escasez del cristal, el cartón o las consecuencias del Brexit. Pero también lo relaciona con el exceso de demanda que se ha producido tras la pandemia y a la «mala planificación» de la oferta. Porque, según dice, nadie se esperaba el «boom» que se ha producido tras la vuelta a la normalidad y que cada vez haya más gente con ganas de salir a celebrar y tomar copas.

«Se han disparado las salidas a cenar», dice Berrocal recordando que los restaurantes y los bares de copas se llenan cada fin de semana, algo que puede estar influyendo en la carencia de determinadas marcas. Ellos lo han notado además de con Seagram's con otras como Beefeater o Johnnie Walker.

En cualquier caso el proveedor prefiere ser optimista y recuerda que si faltan algunas marcas, los consumidores elegirán otras.«En Navidades aunque haya rotura de stock de mercancía de algunas marcas, beberemos otras» , dice advirtiendo que esa carencia también puede ser una «buena publicidad» para determinados productos a los que les «viene bien» que se hable tanto de ellos. «Van a faltar algunas marcas, pero la gente pedirá otra ginebra», afirma.