La fiscal del crimen de la suegra asegura que al acusado le «molestaba» la madre de su pareja

Rafael inició una relación sentimental con una mujer de nacionalidad rusa . Al año tuviera una hija. Vivían en un piso de 40 metros cuadrados de la calle Santiago de la capital. En junio de 2018, la mujer se trajo desde su país de origen a su madre, que padecía esquizofrenia y tiroides, y a un sobrino pequeño que se había quedado huérfano.

Esto fue el origen de las discusiones continúas entre la pareja. Rafael no quería a su suegra y a su nieto en su casa. Así ha quedado claro durante el juicio. La fiscal ha asegurado este miércoles, durante la exposición de su informe final, que a Rafael «le molestaba la señora, no vivía bien con ella, empezó a darle diazepam, la maltrataba».

Pesaba 39 kilos y dormía en un colchón en el suelo junto a su nieto. Llevaba días que amanecía rodeada de hormigas. Todo ello, más el trabajo policial y forense, lleva a la Fiscalía a concluir que el yerno es el culpable de este asesinato con alevosía , pues la atacó para estrangularla mientras dormía y estaba indefensa, vulnerable.

Según la fiscal, el acusado pensó que era «el crimen perfecto» . Una señora mayor en España con una hija «sometida» a su pareja sentimental y económicamente y un nieto pequeño. «Nadie la echaría de menos». Pero todo se truncó cuando el 112 vio algo raro y avisó a los forenses. Los encargados de la autopsia concluyeron que fue estrangulada .

" No soy infalible . Pero cuando tengo dudas no traigo a una persona a un juicio. Si lo hago es porque tengo pruebas de su culpabilidad", ha concluido la fiscal lanzando un mensaje al abogado de la defensa, Luis Romero, quien el primer día dijo que los fiscales, por aprobar unas oposiciones, no son infalibles ni más inteligentes que los abogados defensores.

Y el letrado no ha dejado pasar su intervención en el informe final para volver a decirle al jurado, ante la atenta mirada de la representante del Ministerio Público, que la fiscal, "por ser funcionaria", no tiene más razón que él y ha desglosado su figura y carrera profesional, otra vez: "abogado penalista durante 31 años, profesor universitario, doctor en Derecho Penal y autor de varios libros", como un manual de interrogatorio.

Mostrando el libro también ha tenido para el magistrado presidente de este tribunal, Carlos Lledó, quien afronta su último juicio antes de jubilarse. Le ha reprochado que no le haya dejado preguntar a los testigos, policías o forenses. "Respeto a su señoría, pero siendo que se ha limitado mi derecho defensa y las leyes están para cumplirlas" , ha asegurado el letrado. El presidente del tribunal no ha respondido. El lunes y el martes ambos protagonizaron tensos debates. Ayer, incluso el magistrado tuvo que apercibir al abogado defensor.

La defensa ha reiterado la inocencia de su cliente: "Es inocente, no la mató, y si le hizo algún daño no fue con esa intención". Mientras la Fiscalía solicita 20 años de cárcel , el abogado defensor pide su libre absolución y subsidiariamente una condena por homicidio imprudente a un año. "Ser bruto o poco cuidadoso no es ser un asesino", dijo para explicar que puede ser que le hiciera daño moviendo a la víctima en sus cuidados.

"Es absurdo pensar que la mató cuando era una persona moribunda, en fase terminal", ha llegado a decir su abogado para defender a su cliente, a quien la Policía convirtió en "enemigo público número uno". Sobre lo afirmado por los agentes con respecto a la relación entre Rafael y su pareja tras la muerte de la madre de ésta, el abogado ha indicado que es lógico que fuera un antes y un después y se terminaran las discusiones. "Una persona con esquizofrenia en un piso chico es una tensión. Si se acaba el problema, la tensión baja" , ha afirmado para explicarlo.

El abogado ha tratado de desacreditar a los forenses que practicaron la autopsia frente al trabajo realizado por el psiquiatra forense presentado por esta parte, el mediático José Cabrera Forneiro , quien apunta que la muerte se produjo por una hemorragia interna provocada por la medicación para la esquizofrenia.

"Su señoría, soy inocente" . Esto ha dicho el acusado cuando el presidente del tribunal le ha dado paso para hacer uso de su derecho a la última palabra.