La Expo de Sevilla celebra 30 años sin la inversión prometida por Espadas

La administración competente en las infraestructuras del viario de la Cartuja es el Ayuntamiento . Salvo una serie de asfaltados que dio fin a algunos baches, nada se ha hecho por parte del Consistorio en mejorar esta tremenda degradación que sufre el recinto de la Expo. En 2017 , Juan Espadas informó de que se invertiría un millón de euros, de los que 648.000 los aportaría la Gerencia de Urbanismo para arreglar las calles y el resto procedería de empresas municipales como Lipasam, Tussam o Emasesa. El ya exalcalde anunció así un zafarrancho después de que, como indicó, en el anterior mandato, en la oposición, visitó a pie el recinto para ir detectando las necesidades más perentorias que tenía la zona, y que hoy en día siguen siendo las mismas. «Creo que este 25 aniversario -comentó en 2017- es una oportunidad para empezar a saldar asignaturas pendientes con la Cartuja y este gobierno asume el reto de integrar el parque en la ciudad de una forma mucho más solvente, porque la envergadura del mismo no ha sido objeto de un tratamiento adecuado».

Realmente, la única intervención concreta que se ha hecho en la Cartuja en los últimos años por parte del Ayuntamiento es la obra de los Jardines de Magallanes junto a Torre Sevilla, junto con el paseo fluvial que se ejecutó hasta el Pabellón de la Navegación. Sin embargo, ambas obras fueron pagadas por La Caixa, tal y como se recogió en el convenio urbanístico que se firmó para el rascacielos.

El paradigma de la desidia administrativa con lo que fue el esplendor de la Expo son las farolas que en su día la iluminaron. Hoy siguen siendo las mismas, rotas, sin luces y descoloridas por el sol. La vegetación ha crecido de forma descontrolada; las losetas de la gran mayoría de las calles están levantadas, suponiendo un serio peligro para los viandantes; hasta a la verja de tubos blancos que hacen de cierre al parque le faltan dientes. Todo ello, sin contar las infraestructuras oxidadas , como la estación del telecabina, las pasarelas y pérgolas metálicas... hasta la propia Esfera Bioclimática, que sigue un día tras otro sin agua.

Ayer, el Estadio de la Cartuja acogió la final de la Copa del Rey, un evento de primer nivel que ha supuesto un impacto económico para la ciudad de 45 millones. Para que los aficionados del Valencia y el Real Betis pudieran llegar al coliseo, no se puso en marcha ni siquiera el Cercanías , que lleva sin funcionar en este ramal que conecta con Santa Justa desde que comenzó la pandemia. Prueba de ello es que el apeadero de la Cartuja está cerrado y vandalizado. Por ello, y ante la falta de transporte público y de aparcamiento, decenas de miles de personas, entre ellas aficionados visitantes , tuvieron que cruzar lo que en su día fue la Expo, llevándose una penosa imagen de la capital hispalense.

Las viejas taquillas del monorraíl , situadas paradójicamente justo detrás de la sede del PCT Cartuja, continúan cerradas con una cadena para impedir su ocupación, aunque con los cristales rotos, en una escena digna de una película apocalíptica. Al jado, un grafiti es la mejor definición del estado de deterioro de la recordada Expo: «Nos hemos estancado».

Sin duda, la avenida más transitada de la Cartuja por los peatones es el Camino de los Descubrimientos , que sigue teniendo un carril bici defectuoso y lleno de baches, mientras que el solar contiguo a la cerca del Monasterio de la Cartuja sirve de aparcamiento improvisado sobre todo para los marroquíes que visitan cada mañana su consulado, situado junto al también abandonado Jardín Americano. Por su parte, los bajos de la estación del telecabinas son un refugio de mendigos cada noche, además de un aparcamiento y botellódromo habitual de cada fin de semana en Sevilla.

Sólo la Junta de Andalucía ha sido capaz de invertir en el cuidado del parque, con la rehabilitación del propio estadio o en el P abellón del Futuro , hoy sede del Archivo General de Andalucía. Sin embargo, también se echa en falta una mayor inversión para arreglar el Canal de los Descubrimientos, que se desbrozó y limpió hace dos años y que de nuevo se ha llenado de jaramagos, basura y óxido en su vallado. Tampoco se le ha dado solución al estado de abandono de ' Andalucía de los niños'.