Sevilla
La calle Alfonso XII, una milla de oro abandonada a su suerte
Al excesivo tráfico se le suma la desidia de las administraciones en recuperar los edificios donde sólo habita el olvido
El solar del CSIC, la biblioteca y otros del entorno como Monsalves o la Gavidia reflejan su estado de deterioro
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Iniciar sesiónCuenta la leyenda que por la actual calle Alfonso XII , pasando por la puerta de Goles, entró en la ciudad Fernando III el Santo. Las crónicas recogen que en 1570 el Rey Felipe II utilizó este acceso a Sevilla. Siempre, en toda su ... historia, esta vía que sirve de arteria de escape del tráfico del Centro y de acceso peatonal de los viajeros que llegan a Plaza de Armas ha sido una de las principales calles de Sevilla. Allí estaban algunas de las casas señoriales más importantes . Ya lo escribió Richard Ford en 1830, cuando aconsejaba a los turistas ingleses que se alojaran «en la calle de las Armas o en algún otro lugar de la parroquia de San Vicente, que es el barrio aristocrático de Sevilla ».
Hoy, esta milla de oro de la nobleza es, en realidad, la del abandono. Desde hace décadas, el solar que el Ayuntamiento tiene junto a la Escuela de Estudios Hispanoamericanos es un vertedero que no sólo afea el entorno, sino que lo degrada hacia lo insalubre. Lo mismo ocurre con la biblioteca de Alfonso XII, que no sólo está olvidada sino que sirve de albergue callejero más o menos estable para los indigentes. Al e xcesivo tráfico se le suma la desidia de las administraciones en recuperar los edificios históricos como los citados o los que se encuentran en el entorno más próximo, como la vieja comisaría de la Gavidia o el palacio de Monsalves.
La degeneración de Alfonso XII ya está acarreando consecuencias para los propietarios de los locales, que no remontan el vuelo. Sobreviven bazares chinos, supermercados enfocados a los turistas y tiendas familiares que van y vienen. No hay ninguna gran marca y hasta la hamburguesería Peggy Sue's , que hace una década trajo a Sevilla el concepto yanqui sesentero, con colas en la puerta y peleas por reservar, ahora luce un cartel de 'Se alquila' en el escaparate. El más clásico de la zona, Mesones El Serranito , se vio obligado a cerrar sus puertas en 2020 al no poder aguantar el hachazo económico que provocó el confinamiento, pero volvió a abrir a finales de ese año y sobrevive actualmente, pero hay cinco establecimientos vacíos , la mayoría en el tramo más cercano al Duque.
Llama la atención que una de las calles más transitadas de la ciudad esté languideciendo de esta manera. Es la que conecta directamente con el corazón de Sevilla, el paso de cebra que conecta la puerta de El Corte Inglés con la puerta de San Antonio Abad puede ser el más útil del Centro. Allí está uno de los principales centros devocionales, con miles de personas que a diario acuden a encenderle una vela a San Judas Tadeo. Une la Campana con el Museo de Bellas Artes, una plaza que en los últimos años se han visto notablemente afectada por la indigencia, que han denunciado comerciantes como los propietarios del quiosco o de la heladería.
Las claves del problema
Cuando el Ayuntamiento, en el mandato de Sánchez Monteseirín, instauró el Plan Centro, reconfiguró el tráfico en la zona de forma que la única salida del casco histórico para los autobuses de Tussam y los turísticos, los taxis y los coches que van al aparcamiento de la plaza de la Concordia es Alfonso XII. Es una calle excesivamente saturada e incómoda. Tampoco ayuda su urbanización, que no tiene ningún tipo de espacio para el descanso y la imagen es la de una carretera dentro del Centro.
La otra clave es el abandono de los edificios singulares y la degradación general. En el libro 'Diccionario de las calles de Sevilla', se hace un repaso por el caserío de esta vía, destacando tres edificios de Aníbal González que mezclan el modernismo con el regionalismo, el neoplateresco y el neoclasicismo. La Casa Galindo , en el número 48, la Escuela de Estudios Hispanoamericanos, la iglesia de San Gregorio o la de la hermandad del Silencio son otros hitos arquitectónicos de esta calle.
Sin embargo, la Junta de Andalucía sigue sin resolver el asunto de la biblioteca , que lleva ya 24 años cerrada, al igual que el palacio de Monsalves , que desde que dejó de ser la sede de la Presidencia del Gobierno andaluz apenas ha servido como plató de rodaje de la serie 'Allí abajo'. La intención es que ambos edificios acojan la ampliación del Bellas Artes , que depende del Gobierno central, que no está ni se le espera.
Por otro lado, desluce el solar en la confluencia de Alfonso XII con Santa Vicenta María. El Ayuntamiento anunció hace dos años la cesión de esta parcela abandonada al CSIC para que este organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación la convirtiera en un jardín iberoamericano. La burocracia ha frenado el proyecto, que ni siquiera está terminado de tramitar.
En el otro extremo, la Puerta Real sí ha tenido dos actuaciones que invitan a pensar en que habrá un futuro mejor: la rehabilitación del trozo de muralla islámica y la de la iglesia de San Laureano, que el Ayuntamiento quiere convertir en un laboratorio urbano y espacio expositivo y cultural.
Mientras las administraciones se deciden, la calle se muere. En la citada publicación, que se editó en los años 80, se definía como una vía con «abundancia de comercios, de carácter muy variado: muebles, antigüedades, bazares, farmacias, plantas, almacenes y bares)». Ya se apuntaba entonces a que el tráfico rodado «es muy agobiante pues canaliza los vehículos desde el centro comercial hacia la ronda y la zona de Chapina».
Esa vida ha ido agotándose y ahora espera una reurbanización que reduzca la circulación y que por fin se desbloqueen los edificios cuyo abandono la han deteriorado. En algunas zonas, su estampa es tan desoladora que ni las cofradías quieren pasar por allí en Semana Santa. Es el caso del Calvario , que no la quería ni por asomo en el itinerario de ida; ni el Silencio , que se ha visto obligada a regresar por Santa Vicenta María en la Madrugada. Otras, como las Penas de San Vicente y las Siete Palabras , la cruzan sin apenas público ya que no es un escenario que acompañe en Semana Santa. De hecho, hasta el Museo prescindió de ella en el mítico regreso en la noche del Lunes Santo.
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