Los arquitectos piden proteger el entorno urbano de la Palmera

En una conferencia celebrada ayer en la Real Academia de Buenas Letras y organizada por Adepa, Murillo explicó que «se ha hecho una interpretación cogida con alfileres de dos artículos para aprovechar que aquellas parcelas tienen un uso dotacional para especular en terrenos con una edificabilidad bajísima». Así, cree que «hemos llegado tarde» y que al menos, «gracias a la presión ciudadana, Urbanismo entendió que era un problema de primer orden». No obstante el Colegio no es partidario de que se vuelva atrás y se demuelan las edificaciones ya existentes, porque eso «sería contraproducente y son legales». Por ello, «me conformo con que esas modificaciones terminen y que se proteja toda la Palmera, al menos a nivel paisajístico y urbanístico, y luego que cada inmueble tenga su propia ficha y catalogación».

De esta forma, Cristina Murillo expuso que la actuación en la Palmera pasa por «definir perfectamente qué usos dotacionales se van a permitir manteniendo las condiciones de la zona. Este paseo fue un proyecto de Juan Talavera que tuvo un enorme éxito que se ha perpetuado desde hace más de un siglo».

En este sentido, el abogado Ángel Cabral , socio de Génova Abogados que representa a varios afectados por las nuevas construcciones, dejó claro que la actual norma es «ilegal» por cuanto atenta, a su juicio, contra dos principios constitucionales: «la Administración no debe especular y, cuando haya plusvalías que se genere de los entes públicos, la comunidad participa».

Para entender lo que ha ocurrido, puso un ejemplo: «Si yo, a una vivienda que está calificada de unifamiliar aislada con una edificabilidad que no llega a los 2.000 metros cuadrados, por el uso compatible le doy la gracia para que pongan una residencia de 14.000, ¿cómo le puedo regalar 12.000? ¿Eso no es una plusvalía? ¿Dónde se ha equidistribuido?». Cabral considera que se ha dotado a estos fondos de inversión, a través de un uso compatible, de un aprovechamiento urbanístico que se multiplica por cinco. «Cuando te otorgan un 10% más, deja de ser suelo urbano consolidado y pasa a ser no consolidado».

Además del interés especulativo que se ha generado con la aprobación de estas tres licencias para las residencias con la anuencia de la Gerencia de Urbanismo, y del daño patrimonial y urbanístico en la zona, hay otra razón por la que varias asociaciones conservacionistas han denunciado la transformación de la avenida de la Palmera: la pérdida evidente de la masa arbórea. Antonio Fajardo, el presidente de la asociación Parque Vivo del Guadaíra, explicó que han hecho un informe para analizar tanto el arbolado público como el privado en los últimos quince años.

«Entre 2004 y 2019 , las ortofotografías de alta resolución confirman que, en una superficie de 41.000 metros cuadrados, se ha pasado de 18.700 metros cuadrados de árboles a 13.460 y de los 599 ejemplares a 472 en el interior de las parcelas», indicó Fajardo. Esto supone que se haya perdido el 28% de la superficie de arbolado y 127 árboles, que representa un 20,8% del total de los que había en 2004. «Siete fincas han ganado, 20 lo han mantenido y 37 han reducido la masa arbórea», añadió. Entre estas parcelas se encuentran fundamentalmente las tres donde el Ayuntamiento ha dado licencia para las residencias, aunque hay otras donde, al perder la función de vivienda unifamiliar y pasar a ser oficinas o bancos, los jardines se han eliminado y se han utilizado como aparcamientos.

En cuanto a la vía pública, no se ha respuesto ni un árbol en los últimos 15 años. «Hemos constatado un enorme empobrecimiento del paseo: faltan 233 árboles, casi el 30%».