Un alumno universitario con 39 matrículas de honor: «No he estudiado todos los días»

«A ver si me confirman que en el Trabajo fin de Grado, el TFG también tengo matrícula», presume anunciando que, de ser así, serían 40 . El trabajo por el que, según su relato, los profesores le también le han felicitado, se titulaba «Disrupción energética: aproximación jurídico financiera a los power purchase agreements», versa sobre las posibilidades de las energías renovables.

En cualquier caso, Villodres, sevillano de 23 años que hizo toda su etapa escolar en el colegio San Francisco de Paula y que sacó un 12,9 en Selectividad, asegura que nunca se planteó como objetivo sacar tantas matrículas de honor, sino que su expediente académico es consecuencia de otro objetivo. «Es el fruto del trabajo bien hecho», dice .

Este joven que hizo el bachillerato tecnológico porque, segun dice, se le daban mejor las matemáticas y la física , se decantó finalmente por la doble titulación de Derecho y FyCO porque consideró que esa titulación tenía «más salidas». Por eso eligió una carrera de finanzas que decidió completar con el Derecho.

Además, según dice, en su familia es algo «normal» tener varias carreras ya que su padre es médico con tres especialidades y su madre empresaria. «Estoy muy contento porque al final se ve que el esfuerzo tiene recompensa», explica.

Pese a ello, este egresado universitario proclama que su secreto no ha sido estudiar todos los días. «No estudio cada día, sino que cuando lo hago me concentro lo máximo» , explica, admitiendo que lo fundamental para él era ir todos los días a clase y que ahí está el ochenta por ciento del trabajo. Y, según recalca, el 20 por ciento restante era el día a día en casa.

En cualquier caso, el joven es consciente de pertenecer a una generación a la que desde los 18 años, con el acceso a la universidad, les imponen procesos selectivos, que les exigen mucho nivel. Por eso cada vez hay más competitividad y más estudiantes con buenas notas. «Hay muchos estudiantes brillantes», admite.

En su caso, Villodres dice haber compaginado sus buenas notas en los estudios con muchas actividades extra académicas y con la práctica de deportes como piragüismo o padel. También tiene el título C1 de ingles, el «Advanced» y dice hablar francés y saber algo de alemán y chino.

Durante este último año universitario comenzó las prácticas en el despacho de Garrigues que tuvo que seguir en casa ya que le pilló el confinamiento por la alerta sanitaria. Ahora sus planes pasan por intentar compaginar dos master a la vez: uno de finanzas y otro de acceso a la abogacía. Espera poder hacer el primero en Madrid y el otro pretende compatibilizarlo on line.

De hecho, la idea de Villodres es marcharse un año a Madrid aunque, según comenta, está abierto a otras opciones y a otras ofertas que le surjan. «El mundo laboral debe pasar por estar un tiempo fuera» , explica.