Setenta y cinco años de República Argentina: la «Avenida de las Empresas» que nació entre algodones

En los ochenta se anunciaba en ABC como «La Avenida de las Empresas». Aquella publicidad -donde se detallaba la nómina completa de inquilinos que ocupaban sus oficinas y locales comerciales- era la culminación de uno de los desarrollos inmobiliarios más ambiciosos de Sevilla. Nació en 1946 con las obras de su primer gran edificio, que se alzaba en solitario en una explanada en la que aún sobrevivían algunas huertas, y dotó de empaque y carácter al naciente barrio de Los Remedios.Tal es la historia de República Argentina, que se debe al impulso del abogado Prudencio Pumar, el industrial Luis Cobián y el arquitecto José Galnares. Los tres promovieron una sociedad con un capital de 10 millones de pesetas para participar en la subasta municipal de solares en El Prado de San Sebastián. No cumplieron su objetivo, ya que al abrir las ofertas fueron superados -por una cantidad irrisoria- por la propuesta de una empresa vinculada a la familia Benjumea. Malograda la ocasión de El Prado, buscan otra oportunidad. Y la encuentran al otro lado del río, cuando adquieren el suelo que discurre entre Plaza de Cuba y la actual avenida de Blas Infante. Estos solares (que sumaban 61.000 metros cuadrados) pertenecían desde 1920 a Los Remedios SA, vinculada a la familia Taub. El largo proceso de promoción de la nueva avenida ayudó a configurar, a su vez, a Inmobiliaria del Sur (Insur), el único grupo de capital mayoritariamente andaluz que cotiza actualmente en la Bolsa española.Aunque los orígenes no fueron fáciles, República Argentina se gestó literalmente entre algodones. Cuando en 1946 se inicia la construcción del primer edificio (que ocupa el número 14), Pumar y Cobián tenían entre manos una preocupación mayor: la consolidación de Hytasa, el principal proyecto agroindustrial de la España de la posguerra. Sin las circunstancias que rodean a Hytasa no se entiende el origen de Insur.1946: Cuando se inicia el primer edificio, el número 14, lo único que estaba construido eran Los Remedios Viejo, las manzanas de viviendas sociales que Queipo de Llano promovió en tras las calles Miño, Turia y Arcos - ABCPrudencio Pumar, nacido en Trujillo, se había formado como abogado en el madrileño bufete Ossorio. Tras aprobar la oposición de interventor del Estado se traslada a Manresa (cuna de la industria textil española) y después a Sevilla, donde abrió su despacho en la calle Carlos Cañal. Trabó una estrecha amistad con uno de sus clientes, Luis Cobián, dueño de una empresa dedicada a fabricar camas (que evolucionó posteriormente a actividades más sofisticadas como la fundición y la laminación de metal).En plena Guerra Civil ambos idean un proyecto tan osado como ambicioso: promover un complejo fabril capaz de integrar todos los eslabones de la cadena textil, desde el cultivo y el desmotado del algodón hasta la elaboración final del tejido, y todo ello con capital exclusivamente privado. Recaban para ello la opinión y el apoyo de los empresarios que ya se dedicaban a este sector, como la familia Carrillo Montoro (que poseían hilaturas de algodón) o Faustino Martínez Amores (que fabricaba cintas de hilos de coser); contactan con los grandes linajes agrarios de la campiña sevillana, pues a ellos le correspondería cultivar algodón (y así enrolan a los Solís, Guardiola, Montero Espinosa o Pérez de Vargas); planean la adquisición de la maquinaria en el mercado internacional con la ayuda del director general de Sevillana (que se apoya, a suvez, en los accionistas suizos de la firma)... GALERÍAVea la galería completa (21 imágenes)En base a su primer plan de negocio (que preveía la instalación de 20.000 husos y más de 400 telares) captan 10 millones de pesetas, cantidad que amplían en años sucesivos con el desembarco de las familias industriales de la ciudad, como los Isern ( tapones de corcho), los Lissen-Hidalgo (yute), los Porras (de la Sociedad Industrial y Comercial Española), los Luca de Tena, los Pickman… A inicios de 1938, al fin, inician la construcción de las primeras naves.Pero la mayor dificultad estaba aún por vencer. Pumar contó con el rechazo frontal del entonces ministro de industria Juan Antonio Suanzes, y tuvo algún acérrimo detractor en Sevilla que con falsas denuncias consiguió que le arrestaran durante una noche (junto a otros promotores de Hytasa). Pero el nombramiento en 1938 de Luis Alarcón de la Lastra como ministro de Industria y de Joaquín Benjumea Burín como titular de Agricultura, ambos sevillanos, acaba con esta oposición. El nuevo Gobierno promovió una ley de fomento de las fibras textiles que garantizaba la extensión del cultivo del algodón otorgando la exclusividad a entidades concesionarias que operaban en un sistema de precios regulados, que proveerían a la futura gran fábrica. El primer edificio que se levanta es el que se ubica en el número 14 - ABCEl paisaje actual de las instalaciones de Hytasa, en el Cerro del Águila, todavía sorprende por el número y la dimensión de sus naves industriales, que albergaron más de 100.000 usos y 2.000 telares, desmotadoras, fábricas de tejidos de lana y hasta su propia subestación eléctrica. Se instauró desde el principio un innovador sistema de protección para sus miles de trabajadores, con comedores, economatos, pagas extras y subsidios para la adquisición de vivienda. En la construcción de estas instalaciones jugó un papel relevante José Galnares, el tercer socio de Insur. Andalucía se convirtió en una potencia en la producción de algodón, que generaban anualmente más de 2.000 millones de pesetas en jornales.Pumar escribió sus vivencias profesionales en unas memorias publicadas por Prensa Española en 1974 (en las que se basan una parte de este artículo). A Insur le dedica muy pocas líneas. «Compramos a la sociedad de Los Remedios todos los solares de República Argentina, donde se ha hecho la mejor avenida que tiene hoy Sevilla», recuerda. «Una parte de la Gran Vía la edificamos nosotros, fuimos los primeros que hicimos una casa de gran altura, y la otra se fue cediendo a distintas sociedades, ya que era materialmente imposible el haber hecho nosotros toda la edificación». En Insur, como en Hytasa, el inicio no fue fácil. La empresa trató de acogerse a los beneficios fiscales que ofrecía el Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, al que le presentó un megaproyecto de 2.100 viviendas en edificios de nueve plantas. Los planos ya preveían que todos los inmuebles tuvieran soportales que alcanzarían el entresuelo (que a la postre será una de las características más genuinas de la avenida). El Ministerio de Hacienda rechazó el proyecto porque con tal altura «los edificios se comerían a la Giralda».Prudencio Pumar y Luis Cobián impulsaron en 1937 la creación de Hytasa, el mayor grupo textil de España, y junto al arquitecto José Galnares fundaron en 1945 la sociedad Inmobiliaria del Sur con un capital de 10 millones de pesetas - ABCSin subvenciones ni exenciones fiscales, Insur inicia la construcción del primer edificio en 1946, con un bajo para locales comerciales, entresuelo para oficinas y ocho plantas para viviendas, que se concluye en 1951, pero su comercialización posterior fue lenta. No existían aún los colegios Santa Ana, San José o Maristas, y la única zona construida era «Los Remedios Viejo», las viviendas sociales que había promovido Queipo de Llano entre las calles Miño, Turia y Arcos. Al vecino de Sevilla aún le costaba cruzar el puente, así que este primer bloque se le vende íntegramente a un socio catalán de Insur, que pagó una parte con acciones de la propia compañía. A partir de ese momento la situación cambia. Desembarcan las grandes promotoras al barrio, que inician el desarrollo de Plaza de Cuba, Asunción y Virgen de Luján (el papel de Gabriel Rojas en el nuevo impulso a los Remedios fue destacable). Se acercan los sesenta, los años del desarrollismo y de la aparición de una nueva clase media. Con este nuevo impulso la Diputación y diversas comunidades de propietarios inician la adquisición de parcelas y la compañía toma una decisión que marcará su devenir en el futuro: aporta el suelo y una parte del pago es a cambio de los bajos comerciales, oficinas y aparcamientos de los futuros edificios. Así comenzó su vocación patrimonialista, que la convierte en el principal tenedor de metros de oficinas de Sevilla.Uno de los históricos directores generales de la compañía, Joaquín González (que procedía de la asesoría jurídica de Hytasa), rememora algunas de las anécdotas. «La Diputación, que edificó los números 16, 18 y 20, promovió la torre de Los Remedios, pero el cambio en la presidencia de esta institución dejó parada la obra y anidaron estorninos que llegaron a estar protegidos».A mediados de los setenta todo estaba ya vendido o construido, salvo la manzana entre el 21 y el 25, donde inicia el edificio Buenos Aires. «Tenía que ser emblemático, con uno de los mayores parking de la ciudad; se adquirió el mejor ladrillo rojo en Almansa tras someterlo a análisis para asegurarnos de que no tenía sílice, el alistado del mismo está inspirado en las obras de Aníbal González, para la carpintería utilizamos el mejor aluminio del mercado… era el broche de lujo para la gran avenida que habíamos construido».Y precisamente en esta manzana se culmina la configuración de República Argentina como una avenida con un marcado toque financiero y administrativo. «A inicios de los ochenta nos visita Francisco Javier del Río, consejero de Hacienda con Escuredo». La Junta estaba en el Pabellón Real de la Plaza de América y «necesitaba oficinas en Sevilla para crecer, de lo contrario se ubicarían en Antequera». Exigían 5.000 metros «sin lujos de ningún tipo». Insur transformó a marchas forzadas el número 23 y 25 del Buenos Aires para crear un gran centro administrativo.Eran los años de la transición familiar en la compañía, cuando tras el fallecimiento del fundador asume las riendas su hijo José Manuel Pumar. Con la unidad de gestión en la mayoría de oficinas y locales comerciales, sumado al nuevo edificio administrativo para la Junta y la reconversión en oficinas de la Torre de Los Remedios, se había forjado la Avenida de las Empresas. «Creamos un distrito financiero, con las principales entidades, despachos de abogados, consultores, notarios... es la prolongación natural de la Avenida de la Constitución».Insur había realizado otros proyectos en Sevilla, como las torres gemelas Helio-Parque junto al Benito Villamarín o los números 21 y 23 de Reina Mercedes. Como relata el primer «caso de negocio» que elaboró San Telmo sobre esta compañía, en 1983 decide salir a Bolsa. Ahora cumple 75 años República Argentina, la huella más visible en la ciudad de unos emprendedores que crearon de la nada el mayor grupo textil de España y, entre algodones, pusieron los mimbres de la única firma cotizada de Sevilla. En las oficinas de Insur se conservaba uno de los proyectos de su fundador que no vio la luz, el Banco del Guadalquivir, del que redactó los estatutos y encontró a los socios. El nuevo hotel que abre en septiembre en el edificio Buenos Aires tendrá el nombre del río andaluz, y se sumará a la nueva etapa de la gran vía de los Remedios.

Setenta y cinco años de República Argentina: la «Avenida de las Empresas» que nació entre algodones

Prudencio Pumar, Luis Cobián y José Galnares compran los 61.000 metros cuadrados de la gran vía de Los Remedios e inician el primer edificio en 1946

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