Religión
Radiografía de los conventos de Sevilla: ya quedan menos de 200 monjas de clausura
Monasterios como el Espíritu Santo apenas cuentan con siete religiosas y en otros, como San Leandro, la situación del edificio es dramática
La Sevilla exclaustrada: los conventos que perdió la ciudad
La falta de vocaciones está casi condenando a la desaparición a numerosos conventos de Sevilla. Actualmente, el censo que dispone la delegación de Vida Consagrada de la Archidiócesis respecto de los monasterios femeninos tiene registradas menos de 200 religiosas ... de clausura en total en la capital hispalense. De los catorce cenobios que continúan en funcionamiento en la ciudad, ya hay tres con menos de diez personas viviendo. Ni siquiera la llegada de monjas procedentes de países del continente africano o de Sudamérica está logrando sostener la vida de estos monasterios históricos.
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Según el catastro del Marqués de la Ensenada de 1771 -que se hizo en el mismo momento que el plano de Pablo de Olavide-, el clero era incluso mayor que la de la población activa en Sevilla . Una auténtica legión de misioneros mantenían sus grandes casas con las donaciones de las familias más pudientes y que rivalizaban con la propia Iglesia. Hoy, su población es tan escasa que está llevando a su desaparición a cuentagotas y, al mismo tiempo, ocupan un espacio mucho menor al ir abandonando sus grandes edificios, como ha ocurrido últimamente con las religiosas del convento del Socorro , que se marcharon a la casa federal que tienen en Mairena del Aljarafe dejando cerrado el majestuoso monasterio donde residían sin que, de momento, hayan tomado decisión alguna sobre si lo ceden o lo venden.
Encarnación y San Leandro
Las agustinas mantienen en Sevilla capital dos conventos abiertos. El de la Encarnación , en la plaza de la Virgen de los Reyes, cuenta con 17 religiosas que mantienen el edificio como pueden, ya que se dedican sobre todo a la venta de formas.
Por otro lado, en la Pila del Pato se encuentra el convento de San Leandro . Son 18 las monjas de clausura que lo habitan, un número considerable teniendo en cuenta al resto de monasterios de la ciudad, la mayoría de ellas africanas y jóvenes, con una media de edad de 35 años, lo que garantiza un futuro. Sólo hay tres españolas, de edad más avanzada, y se dedican todas a la venta de las conocidas yemas, aunque esa labor ya no les llega para sostener todos los gastos que tiene la casa.
El edificio, según explica el delegado diocesano José Ángel Martín , está en muy mal estado. «Se está tratando de hacer un proyecto integral para restaurar todo el monasterio, como se ha hecho con Madre de Dios», señala. Las agustinas de San Leandro quisieron abrir una hospedería en la casa del capellán pero no han tenido recursos suficientes para llevar a cabo la obra.
Santa Rosalía
Las capuchinas de la calle Cardenal Spínola tienen una situación distinta. Son diez monjas, que han logrado mantener en buen estado el inmueble gracias a la hospedería y los pocos dulces que venden. Aunque no tienen autonomía propia, ya que dependen de la federación, han logrado rehabilitar todas las dependencias en mal estado e incluso disponen de un gran salón donde se encontraban las habitaciones de verano que lo alquilan para celebraciones.
Santa Ana y Las Teresas
Las carmelitas tienen también una situación buena. Las de la calle Santa Ana son 16 y se dedican a la venta de dulces y al trabajo de costura. Además, por el Camino Neocatecumenal han entrado nuevas generaciones que han revitalizado la vida en el interior de un convento que está en un estado óptimo de conservación.
Lo mismo le ocurre al monasterio de Las Teresas , donde también son 16 carmelitas, que han sido capaz de ir arreglando la casa. Actualmente, tienen en proyecto la creación de un museo en la casa anexa a la iglesia, junto al patio, que era la del capellán.
San Clemente y las clarisas
Las monjas cistercienses tienen, probablemente, la mejor situación de cualquier otro convento hispalense. Son 20 y de una media de edad joven, ya que han llegado en buen número desde Sudamérica. En los últimos meses, sufrieron el desplome del obrador y la cocina, por lo que de momento está el horno cerrado. No obstante, el resto del edificio se encuentra en buen estado y se plantean qué hacer con las grandes salas que se le cedieron al Ayuntamiento para la Expo 92 durante 25 años y cuyo contrato no se renovó.
Una situación similar a la de San Clemente tiene el convento de Santa María de Jesús. Son 20 religiosas las que habitan este monasterio que cumplió en 2020 los 500 años desde su fundación. El edificio está en perfecto estado, al igual que a nivel vocacional. La exposición por aquel aniversario les reportó cuantiosos ingresos que, incluso, las han animado a plantear la apertura de un pequeño museo en el futuro.
En una peor situación están las clarisas de Santa Inés . Son once y se les cae la casa encima. Gracias a que la Junta de Andalucía, por fin, ha empezado a restaurar algunas zonas como la casa del portero, ven la luz al final del túnel. Allí tienen la idea de montar una pequeña hospedería, aunque el edificio necesita una rehabilitación integral con la que debe cumplir la Consejería de Cultura, según el convenio de cesión de las salas donde se expondrán las piezas más importantes del Museo Arqueológico mientras duren las obras. La falta de atención por parte del Gobierno andaluz durante más de 20 años ha hecho que el inmueble tenga zonas casi en ruinas. Asimismo, el Ayuntamiento también ha ofrecido su ayuda para arreglar partes del claustro en mal estado.
Espíritu Santo
La situación que viven las comendadoras del Espíritu Santo, junto a San Juan de la Palma , es delicada. Son apenas siete monjas, muy mayores, hasta el punto de que han tenido que cerrar la casa de espiritualidad, que era su principal fuente de ingresos como hospedería. La clausuraron por el Covid y no han podido reabrirla.
Madre de Dios y Santa Paula
Apenas llegan a diez en el convento de Madre de Dios, en la calle San José. Sin embargo, la ayuda del Ayuntamiento ha hecho que se pueda rehabilitar la iglesia, que reabrirá tras las obras en octubre. Aún quedan 250.000 euros para la siguiente fase de este espectacular templo y el mobiliario, cuyo presupuesto total es de más de un millón de euros. Todo ello, sin contar con las dependencias interiores, que están derrumbadas y que, teniendo en cuenta su protección patrimonial y su escaso tamaño, es muy difícil que se puedan convertir en hotel.
En cuanto al número, el monasterio más poblado es el de Santa Paula. Son 21 jerónimas, que mantienen en buen estado el inmueble gracias a los ingresos que obtienen con el museo. Ahora se plantean abrir una hospedería.
Por el contrario, las mercedarias son apenas cinco, aunque la situación no es dramática ya que el convento no es grande y porque se dedican en pleno al colegio. El mismo número de religiosas tienen las Mínimas de Pagés del Corro , que viven de los donativos en una zona donde los vecinos son muy generosos. El edificio, que es impresionante, está abierto durante gran parte del día para orar ante el Santísimo.
Por último están Las Salesas , cuyo edificio está también en buen estado mantenido por 15 religiosas.
«Los grandes problemas que tienen los conventos de clausura es cómo afrontar el pago de la Seguridad Social, ya que no tienen liquidez», explica el delegado de Vida Consagrada.
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