Los polígonos industriales de Sevilla, objetivo de una banda violenta de ladrones

La preocupación es importante. Por eso, desde la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) van a remitir una carta a sus asociados para que en caso de sufrir un asalto lo denuncien siempre, aunque los daños sean mínimos o se haya quedado en una simple tentativa. «Es fundamental la denuncia porque sin esa comunicación a la autoridad, ellos no pueden intervenir. Pero además, no podemos reclamar a las administraciones más policías sin cifras. Y esos datos no los aportan las denuncias», señalan fuentes de la Asociación de Parques Empresariales de Sevilla (Apes) .

A día de hoy, Apes tiene contabilizada una veintena de asaltos . La mayoría se comete fuera del horario comercial y se ejecuta mediante el sistema del alunizaje, que consiste en empotrar un vehículo -normalmente sustraído- contra el escaparate del negocio. Es el procedimiento de moda en la delincuencia sevillana, como vienen padeciendo por temporadas comerciantes de sectores de la telefonía o las perfumerías. Los polígonos cuentan con vigilancia privada, pero los empresarios reconocen que es una medida insuficiente porque no tienen capacidad para llegar a todos los rincones de un recinto. «Los ladrones suelen vigilarlos y cometen los robos cuando los vigilantes se encuentran en la otra punta del parque».

La oleada de asaltos se está sufriendo especialmente en los polígonos de la zona norte de la ciudad -Calonge, Store y Aeropuerto- donde esta actuando una banda que pone en práctica unos métodos muy violentos y ha conseguido instalar el miedo entre los trabajadores de estos recintos. A diferencia de los ladrones que buscan colarse en las naves de noche y evitar así el enfrentamiento, estos atracadores actúan con los negocios abiertos, van armados y dejando a su paso heridos . Todos los asaltos siguen un mismo patrón. Por eso, la Policía trabaja sobre la pista de una banda especializada.

«Siempre actúan cuando los negocios están a punto de cerrar, entre las siete y media y las ocho y media de la tarde. Buscan el dinero, no quieren otra cosa. Son cuatro hombres, que van encapuchados y con escopetas recortadas y palos de béisbol. No dudan en golpear a los trabajadores para hacerse con la caja registradora. A una de las víctimas le abrieron la cabeza hace unos días. Son muy violentos y van siempre en un coche negro sin matrícula», detalla el presidente del polígono Store, Francisco Gómez , quien subraya el miedo que hay entre los empresarios que operan en este recinto.

El diagnóstico del representante de este parque es el mismo que dibujan desde la asociación que aglutina a los recintos industriales. «Faltan policías. No hay agentes suficientes y los ladrones lo aprovechan». En Store han decidido aumentar el servicio de vigilancia privada , incrementando las horas de patrulla. Pero son conscientes de que «ésa no es la solución». A pesar de todo, han decidido asumir más gasto en esta partida, que supone ya el 80% del dinero que se dedica a la comunidad del polígono. La seguridad es el concepto que más quebraderos de cabeza les da a los empresarios y el más costoso.

Las demandas de estos empresarios no pasan sólo por el aumento de la presencia de agentes de la Policía Nacional y de la Local sino también por la instalación de cámaras de vigilancia que miren a las calles y el cerramiento de algunos recintos cuando concluye la actividad diaria con el fin de complicar la entrada de los delincuente. Sobre estos cierres, fuentes municipales confirman que están en estudio la instalación de una barrera en el polígono Chaparrilla y de vallados perimetrales en varios parques. Pero recuerdan que estas instalaciones requieren del visto bueno de varias delegaciones como Urbanismo y Seguridad y de todos los titulares de empresas a los que les afecte esa medida.

Desde el Ayuntamiento señalan que son conscientes de esta preocupación en materia de seguridad y ponen como ejemplo la mejora de la coordinación para dar una respuesta más rápida a través del Cecop y que en este mes se va a producir una nueva reunión para seguir «ahondando en estos temas».

En Apes admiten que ha habido avances. Ponen como ejemplo que este año, por primera vez, se ha incorporado a los polígonos dentro del plan navideño comercio seguro, que dedica más agentes de la Policía Nacional para vigilar las zonas comerciales . «El perfil de los parques se está transformando. Cada vez más cerca de los cascos urbanos, con comercios que abren al público en general y que tienen vida como otros centros». Por eso, estos empresarios reclaman el mismo trato para quien abre y cierra su baraja en el polígono Calonge o hace lo propio en una vía comercial de la capital.