En las entrañas de la Puerta de Córdoba: la cárcel del martirio de San Hermenegildo

Un paseo por la última entrada original de la muralla de SevillaJavier MacíasCuando se abre la Puerta de Córdoba, algo que sucede muy pocas veces, un sinfín de curiosos se acercan asombrados a conocer qué secretos guarda este tesoro oculto de Sevilla. Se trata del último acceso original que queda en pie de la muralla almohade, y que esconde no sólo la historia de las defensas de la ciudad sino que conserva una cárcel en la que se piensa que pudo ser encerrado el rey visigodo que da nombre al oratorio mudéjar y a la iglesia barroca que se levantaron en su honor. Hoy, esta torre-puerta sólo se puede visitar de forma privada. Sin embargo, la propietaria de todo este espacio, la hermandad de San Hermenegildo, va a afrontar un proyecto para rehabilitarla de forma integral. Además, la Gerencia de Urbanismo va a aportar 70.000 euros para la restauración del exterior como una fase más de la recuperación de la muralla de la Macarena. ABC ha tenido acceso a la Puerta de Córdoba, a la cárcel y oratorio de San Hermenegildo y a las almenas de la torre. En la placita exterior que da a la Ronda de Capuchinos aún se conservan en el suelo los restos de la barbacana, la muralla y la primera puerta, que fueron derribadas en 1868. El urbanismo de la ciudad ha mantenido la configuración imaginaria de cómo era originalmente esta zona que daba a las huertas de Sevilla y al convento extramuros de los franciscanos capuchinos. Según se aprecia, y gracias a la recreación virtual que recoge el proyecto de restauración de la muralla, la Puerta de Córdoba hacía un recodo que lo hacía prácticamente infranqueable. GALERÍAVea la galería completa (36 imágenes)Un foso con agua que venía del río era el primer obstáculo que había que superar antes de llegar a la barbacana -el lienzo almenado más avanzado a la muralla-. De ésta salía una gran puerta a la que se accedía por un puente sobre el foso. Una vez dentro de la liza, había que superar otras dos puertas de control y para cobrar impuestos antes de alcanzar las calles de la ciudad. Recreación de la Puerta de Córdoba tal y como era originalmente - ABCSin embargo, con el tiempo su función militar dejó de tener importancia. En el siglo XVI, se reformó este sector de las defensas de Sevilla y se derribó la gran puerta, sustituyéndose por un gran arco ornamental que se mantuvo en pie hasta que en 1868 la piqueta acabó con la mayoría de los lienzos y accesos que tenía la antigua ciudad. Sólo se conservaron esos dos últimos accesos en forma de recodo que le fueron donados a una hermandad que desde la Reconquista rendía culto al primer rey cristiano que tuvo Sevilla, justo en el sitio donde fue encarcelado y martirizado por su propio padre. Los restos de la puerta y la barbacana que precedían a esta torre de acceso a la ciudad - Juan FloresLa historia y el oratorioCuentan que Hermenegildo fue un príncipe visigodo, hijo del rey Leovigildo y hermano de Recaredo. Ambos fueron educados en el arrianismo, que era la religión que imperaba en la Península en el siglo VI, a diferencia de los hispanorromanos, que eran en su mayoría católicos. Su conversión al catolicismo lo enfrentó a su padre y provocó una guerra. La última batalla la libró en el castillo de Osset en San Juan de Aznalfarache. Asediado durante más de un año, acabó huyendo hacia Córdoba, donde pidió refugio en una iglesia. Su hermano Recaredo, en nombre de su padre, le ofreció conservar la vida a cambio de su entrega. Accedió y fue llevado a Sevilla, y la tradición asegura que fue encarcelado y ejecutado en el 586. El lugar donde ocurrieron los hechos fue el antiguo puesto de guardia, que el propio Rey San Fernando aseguraba que estuvo en la Puerta de Córdoba. El acceso a la torre almenada donde se encontraba la celda de San Hermenegildo y su oratorio - Juan FloresPasaron mil años de aquel martirio. Fray Ambrosio de Morales era el cronista y arqueólogo de Felipe II, a quien le fue encargado la búsqueda de reliquias y de los lugares donde levantar oratorios por su pasado histórico. En 1585, convenció al Rey para que aquel príncipe ejecutado por su propio padre por no renunciar a su fe fuese canonizado, ya que fue el primer rey cristiano que tuvo España. Felipe II accedió y medió con el Papa para que le declararan santo justo un milenio después de su muerte. La hermandad, entonces, ya tenía en propiedad la Puerta de Córdoba en el siglo XVI y había levantado un oratorio justo en el hueco donde pudo estar preso San Hermenegildo, sobre el que se instaló el ara. Se trata de un habitáculo minúsculo, decorado con pinturas murales y un magnífico artesonado mudéjar, al que se accede por una escalera que parte del espacio que hay entre las dos puertas y que llega hasta las almenas. El oratorio de San Hermenegildo, dentro de la Puerta de Córdoba, y que está levantado sobre el lugar donde fue encarcelado el primer rey cristiano de España - Juan FloresAllí se ubicó una imagen de San Hermenegildo sedente, atribuido a Juan Bautista Vázquez «El Viejo». Esta imagen se encuentra en estos momentos en proceso de restauración, a cargo de Carlos Peñuela y gracias a la financiación del museo de Bellas Artes. La talla regresará antes de Navidad y, posteriormente, volverá a la pinacoteca de Sevilla para una exposición. Una vez que esté restaurado el oratorio, la hermandad espera exponerlo de forma temporal dentro de una urna de metacrilato. La iglesia y la imagen de MontañésEn el siglo XVII, anexo a la torre-puerta de Córdoba, se edificó una iglesia como continuación de ese oratorio para mayor esplendor de su devoción. Se le encargó a Juan Martínez Montañés la realización de una nueva imagen del santo que presidiera el altar mayor del templo. Así, y aunque no está documentada, la corporación rinde culto desde entonces a la talla del «dios de la madera» que, ahora, pretende sacar en procesión. San Hermenegildo es una corporación de gloria que forma parte del Consejo de Cofradías. El Arzobispado está pendiente de aprobar las nuevas reglas que permiten la procesión, por lo que además de extender el culto público de este santo histórico de la ciudad, también recibirá más dinero proveniente de la Carrera Oficial para poder afrontar los proyectos. La imagen de San Hermenegildo, atribuida a Martínez Montañés - Juan FloresActualmente, la hermandad tiene apenas 150 hermanos que pagan 15 euros de cuota anual. Eso no llega para afrontar todo lo que la corporación tiene previsto llevar a cabo. Pese al inmenso patrimonio que posee, es imposible que con sus propios recursos afronte los 37.000 euros necesarios para rehabilitar lo principal de la parte interior de la Puerta de Córdoba y hacerla visitable. El hermano mayor, Juan Antonio Pérez Tarascó, explica a ABC que «para poder dgnificar el espacio antes de hacerlo visitable al público en general con horarios establecidos, es necesario que se restaure el oratorio -el ara, los frescos y el artesonado-, las puertas de madera, los ventanales, las rejas y limpiar el interior de la torre». Dentro de la Puerta de Córdoba aparecieron frescos en las paredes y en las jambas y dinteles, que si bien no se podrían recuperar al completo, al menos sí descubrirlos más de lo que están. Para todos estos trabajos presentaron una solicitud a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de cara a acceder a las ayudas que dan para rehabilitar bienes muebles, pero les fue rechazada ya que consideró la Administración que se trata más bien de un inmueble. Así, la corporación trata de encontrar otras vías de financiación, que podría llegar a los 100.000 euros para llevar a cabo una intervención integral. Los frescos que representan el cielo estrellado que aparecieron en las jambas de la Puerta de Córdoba - Juan FloresLa Comisión Provincial de Patrimonio vio con buenos ojos la propuesta, aunque no dará luz verde hasta que el proyecto que le presente la hermandad se adapte a las características ténicas requeridas. Por otro lado, lo que sí se va a llevar a cabo entre 2021 y 2022 será la restauración de la parte exterior. El Ayuntamiento, aprovechando que recuperará el esplendor perdido de la muralla para aproximarlo lo máximo posible a su concepción original, rehabilitará también el arco de la Macarena y financiará con 70.000 euros la fachada de la Puerta de Córdoba, de forma que todo el lienzo desde un acceso hasta el otro presente el mismo aspecto. A Sevilla le queda la huella almohade y almorávide de la Puerta de Córdoba, el último vestigio de cómo se accedía a la Isbiliya musulmana. Un lugar de martirio, donde estuvo encerrado y le cortaron la cabeza al primer rey cristiano a manos de su propio padre. Hoy, y desde hace ochocientos años, una hermandad sigue manteniendo viva la devoción a este mártir converso cuya prisión se podrá visitar cuando Dios y Sevilla quiera. «En el nombre del Señor, en el felizmente segundo año del reino de nuestro señor el rey [H]Ermenegildo (año 582), a quien persigue su padre y señor el rey Leovigildo en la ciudad de Sevilla»Dintel de San Hermenegildo, Museo Arqueológico

En las entrañas de la Puerta de Córdoba: la cárcel del martirio de San Hermenegildo

El Ayuntamiento va a restaurar la parte exterior al mismo tiempo que la muralla pero la hermandad busca más financiación para hacer visitable el interior, el oratorio y las almenas

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