Reloj de arena
Paco Aguilar Reina: La vida es bella
Es un personaje tan abrumador que gastar una sola línea en adornase con el estilo sería un pecado imperdonable
Paco Aguilar Reina y Josele Moreno
Su vida necesita abordarse en corto y por derecho, con estilo directo, sin concesiones a la letra de vivero y floripondio en la que a veces la tentación te hace caer. La yerbabuena de su puchero vital le dio menta para una existencia para paladares ... valientes. Porque Paco fue cantante, actor, humorista, productor de radio y televisión, presentador, articulista, escritor, bohemio y buscavidas.
Fue amigo de la jarana y de la metafísica de vaso largo de José Luis Siete Revueltas , un grande de la escuela local del desahogo. Y en su local tocó la guitarra, cantó muy bien y participó en el nacimiento de los Amigos de Gines . Cuando los Payos acabaron su carrera por exceso de colocación, se unió con Josele Moreno para formar aquel grupo llamado Yerbabuena , que en manos de Toni Caravaca se hizo oír en toda España. En su primer disco incluyeron un tema de un señor desconocido llamado Perales, que todavía no sabía nada de un velero llamado libertad. Yerbabuena navegaba a toda vela aunque hizo naufragar un mil quinientos del padre de Josele.
Fueron a Bélgica a cantar en casa de unos aristócratas cercanos a la reina Fabiola . Lo bordaron. Eran jóvenes, guapos y valientes. Y debieron comerse más de una bandeja de carne… mechada. El caso es que, de regreso, se les gripó el mil quinientos. Y le colocaron en un cementerio de coches un motor gasoil de una furgoneta porque encajaba divinamente.
Hasta la Galicia verde de las hortensias llevaron la frescura de la Yerbabuena de las macetas trianeras. Hicieron aquella gira con las potentes niñas de «Arena caliente» . Y Paco, que siempre fue ligón, atractivo, simpatiquísimo y de lengua fácil, amaneció con una galleguiña en el capó del coche donde viajaron. Es un misterio por resolver la cantidad de rayaduras que dejó la ocasional pareja en el coche. Pero parecía que le había caído un chaparrón de tornillos de punta…
Paco fue artista fijo en la red de pubs de aquella Sevilla que llenaba los chiringuitos para foguear los años más nuevos con las voces más frescas del momento. Junto con el grandísimo Ray Palma , productor de categoría de Canal Sur, hoy en feliz estado de jubilación, llegaron al acuerdo de hablar bien el uno del otro allá donde tocarán. Y la propaganda de la amistad funcionó muy bien. En el pub melillense de «La Bolera», lugar de reunión de autoridades locales, militares y otras fuerzas más vivas, encajó tan divinamente que se llevó hasta el altar a un bombón y a su corazón el cariño de los autóctonos tan deseosos siempre de sentirse muy españoles.
Tras aquella etapa sin meta final, de horarios sin relojes y carreteras muy largas, que podrían haber inspirado a Miguel Ríos el «Blues del autobús», Paco encontró en Televisión Española una ocasión magnífica para alcanzar el éxito más absoluto de la mano de José María Mainat . El hombre de la Trinca que hoy sufre los rigores de ser multimillonario y tener como esposa a una señora que parece que escribió para Agatha Christie «Cianuro espumoso», le abrió un hueco en la nómina de humoristas que hacían «No te rías que es peor» . Llegó a intervenir en mil doscientas emisiones. Intentó convencer a Ray Palma de que se fuera para Madrid, entonces una máquina de hacer billetes donde te pagaban cada semana medio millón de pelas. Intervino en mil doscientas emisiones. Todo un récord de aceptación.
Quizás cuando más arriba estaba, cuando más cielo tenía su triunfal carrera, cuando había colaborado con Luis del Olmo y Esperanza Sánchez , cuando había producido programas taurinos y firmados trabajos periodísticos como aquel de los curas del carnaval del Palmar de Troya para la revista Man, una enfermedad lo sorprendió. Pero no se dejó tumbar. Porque Paco, guerrero de bandera blanca, ha estado combatiendo contra una esclerosis múltiple más de treinta años, aguantándole el tirón con su «amotillo» y su «tinto terapia». Si el carácter es el destino de una persona, en Paco se manifiesta la frase como una verdad absoluta. No ha dejado de trabajar. Tiene su despacho en un velador del bar de Marcelo por el Pozo Santo, cuando se cae dice que lo hace como los buenos futbolistas y siempre hay un cuerpo de bomberos o un asiduo del bar Los Dardos que lo ayuda a levantase. Bueno, a ponerse en pie. Porque Paco siempre se levanta, las veces que sean precisas para seguir su camino. Tiene un colega también con problemas severos de movilidad. Y Paco asegura que es su «pareja de deshecho» y que cuando el amigo se agarra a su «amotillo» para disfrutar de la «velocidad», dice que «apatrullan la ciudad».
Sigue disfrutando de la vida, del pasado y del presente y de los milagros que lo bendicen. Miñarro , que frecuenta mucho el bar Los Dardos y la amistad con Paco, lo elevó a golpe de gubia a patrón de Aracena. Sí, Paco en Aracena es San Blas y lo pasean en andas. Su vida, como la yerbabuena, huele a frescura y a compromiso, como el que derrama en su programa de radio «Andalucía sin barreras». El más veterano de Canal Sur según su buena compañera Mercedes Vega . Paco sigue brindado por la vida con su tinto terapia…
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