Los que no vuelven por Navidad: «Llevo dos años sin comer jamón»

A Fernando Barquín (27 años) no le da demasiada pena tener que quedarse a pasar las Navidades en Australia. Porque, según dice, todo lo que le gusta, como hacer una celebración en su casa con 40 miembros de su familia, no se puede hacer por las situación sanitaria. Por eso este ingeniero de la energía que trabaja en una empresa que construye plantas solares en Queensland no lleva mal no poder regresar a casa ya que además si lo hiciera no está garantizado que luego le dejaran volver a entrar en Australia. Para huir de los 40 grados que hay estos días en esa ciudad se marcha con unos amigos en una furgoneta a recorrer Tasmania, una zona más fría en busca de «un poco de ambiente navideño»

Lo lleva muy bien. Sobre todo porque allí apenas hay casos de covid y pueden hacer vida normal, sin mascarilla y dice que allí «han gestionado muy bien» la pandemia. Pero admite que echa de menos a sus padres y a sus dos hermanos y que se le va a «encoger el pecho» cuando los vea después de tanto tiempo. ¿La comida?

Barquín dice que en Australia no tienen «cultura culinaria», que las gambas no tienen sabor y el pescado no está bueno. «Llevo dos años sin probar el jamón pues aquí no te puedes traer comida», dice.

Ana Quiroga (28 años) lleva cuatro viviendo en Dublin, ciudad a la que se marchó para buscarse la vida tras estudiar Derecho. Ahora hace un máster y a la vez trabaja como dependienta en Zara. No puede volver por dos motivos: primero porque no le dieron vacaciones ni el 24 ni el 31 ya que son días de muchas ventas. Y a ello se ha unido que hace unos días dio positivo al Covid. Por ello se ha pasado la Navidad en su casa irlandesa sola ya que los compañeros de piso se marcharon a casa. Se pasó la Nochebuena en su cuarto. Pero con turrones, polvorones, jamón y fuet que le mandaron sus padres y su hermana. Y la compra necesaria se la hicieron sus amigos irlandeses. A sus padres, a su abuela, sus tíos y hasta a su perro los ha echado de menos. Porque solían reunirse todos hasta el pasado año. En cualquier caso ya el pasado año la reunión no pudo ser tan amplia por el Covid. Y este año tampoco. «Se ha echado de menos el calor familiar, contarnos la vida, ver a mis amigos». Nada de eso ha podido ser. La próxima seguro que puede.

Anselmo Domínguez: «Intenté distraerme, hacer videollamadas y no llevarlo mal»·

Anselmo Domínguez (33 años) es controler financiero y trabaja en Madrid. Pero el pasado jueves dio positivo al Covid. Por eso aunque está asintomático y no ha desarrollado la enfermedad ha tenido que quedarse en Madrid. Se ha perdido volver a su casa con sus padres, su hermana y su abuela y ha tenido que pasar el sólo la Nochebuena en su casa.

El no poder volver ha hecho que echara de menos a los suyos pero ha preferido ser responsable para no llevar el riesgo a sus mayores. «Me quedo aquí hasta nuevo aviso. Igual para fin de año puedo volver a Sevilla», confiesa

.¿Cómo pasó la Nochebuena? Sólo en casa con una comida especial. Se compró unas gambas y se buscó la manera de celebrarlo. « Ha sido diferente pero no podía tener una actitud negativa . Intenté distraerme, hacer una videollamada y no lo llevé tan mal», afirma. Aunque puso su árbol de Navidad y tiene en su casa un cuadro de la Giralda, ha extrañado no poder compartir esos momentos con la familia. Y el ambiente del sur.