Los narcos usan un solar de Sevilla de punto limpio para los restos de plantaciones de marihuana

En todas las ocasiones, las bolsas las dejan de madrugada y a primera hora, cuando por la zona llegan los primeros vecinos para pasear a sus mascotas o hacer ejercicio, se encuentran con ellas, colocadas siempre entorno a algunos de los árboles, como si fuera una suerte de punto limpio. Las mismas fuentes consultadas señalan que no siempre aparecen en el mismo sitio y que los traficantes, al parecer, estarían usando distintos lugares de descarga en ese mismo solar. Se da la circunstancia que a unos pocos metros de distancia se ubica un punto de recogida selectiva del Lipasam.

Desde el Ayuntamiento confirman esta práctica de los traficantes y que siempre que reciben el aviso de que han aparecido nuevas bolsas, acuden a retirarlas ese mismo día y después lo comunican a las autoridades. «La Policía Nacional tiene conocimiento de lo que está pasando y lo ha incorporado a sus líneas de investigación», destacan fuentes municipales.

Algunos vecinos advierten que este espacio que están usando los traficantes es una zona por la que transitan familias, niños pequeños y lamentan que en varias ocasiones las bolsas han amanecido abiertas y el contenido se encontraba al alcance de cualquiera. En algunas de las fotografías que tiene en su poder ABC se ven restos de raíces y de cepellones con la forma características de las macetas cuadradas que suelen usarse en los cultivos intensivos de interior para ganar espacio. Los traficantes aprovechan cada metro disponible de una habitación para colocar plantas. Por eso recurren a macetas que se unen entre sí como si fuera una inmensa cuadrícula.

A muy poca distancia de este punto se encuentran las Tres Mil Viviendas donde los cultivos de interior de cannabis han proliferado de tal manera que han obligado a la compañía Endesa a instalar nuevos transformadores en zonas como la barriada Martínez Montañés por los reiterados problemas de suministro derivados de los enganches ilegales . Según cálculos de la compañía, una plantación indoor, que necesita de luz artificial y aparatos de aire funcionando durante 24 horas, puede llegar a consumir lo mismo que 80 viviendas.

Además de los cortes de luz y las averías que generan una factura muy costosa; esta actividad ilegal también está provocando un incremento de los incendios en cuartos de contadores y en el interior de las viviendas que se emplean como invernaderos con el consiguiente riesgo para los vecinos de esta zona del Distrito Sur. Y a esta lista de problemas hay que añadir ahora el destino final de los desechos que generan estos cultivos. Los narcos buscan un sitio donde abandonar los restos que no esté junto a la vivienda donde se ubica la plantación para no guiar a la Policía hasta el lugar donde esconden la droga. Y parece ser que lo han encontrado.