Musulmanes de Sevilla, mil ‘familias’ y una división histórica

Los grupos locales presentan una enorme división, incluso tensión, no sólo por las diferencias entre facciones, familias, sunníes y shiíes (estos últimos cada vez peor vistos y arrinconados, como en buena parte del orbe islámico del planeta), sino por su papel público y aglutinador en la ciudad, su representatividad y por cuestiones de índole económica, desde las ayudas y subvenciones hasta, muy especialmente, la gestión del cementerio musulmán . Éste está incrustado en el de San Fernando y, pese a ser de titularidad municipal, mantiene una especie de concesión oficiosa para su funcionamiento, que está en manos de una de las comunidades, la UMMA, ubicada en la calle Valle aunque su dirección oficial está en Conde de Barajas. Forman parte de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas. Esa gestión en exclusiva del camposanto mahometano por parte de UMMA y también las consiguientes repatriaciones de cadáveres a Marruecos, con el beneficio económico que ello conlleva, vienen provocando enormes recelos en los últimos años en el resto de grupos islámicos de Sevilla, muy distanciados y sin la más mínima capacidad de generar actividades coordinadas.

Esta amalgama de colectivos relativamente pequeños que conforman los musulmanes en la ciudad está formado por una docena de comunidades . De ellas, diez sí están inscritas y registradas actualmente como mezquitas en los listados oficiales que maneja la Junta de Andalucía; mientras que otras dos no forman parte de esos registros, la tariqa de los senegaleses y la comunidad Gran Mezquita de Sevilla, la radicada en el local de Ponce de León, si bien esta última sí aparece en los listados de entidades religiosas del Ministerio de Justicia.

Estos últimos, los responsables de la Fundación Gran Mezquita , fueron los promotores del primer plan de construcción de una mezquita sevillana, la que iba a ubicarse en Los Bermejales tras un acuerdo en 2004 con el Ayuntamiento —éste cedía la parcela junto a la SE-30— que luego se quedó en papel mojado a causa de las intensas movilizaciones vecinales en contra de que se levantara allí el templo musulmán y por el revés del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que tumbó el proyecto por los «vicios en el proceso» a raíz de la denuncia ciudadana. Aquella comunidad que quería instalarse en Bermejales —y después, también sin éxito, en San Jerónimo o la Cartuja—, es la que dirige actualmente la citada mezquita de Ponce de León , asentada desde hace varias décadas en la ciudad, y forma parte de la Comunidad Islámica de España, propulsora de la mezquita de Granada. Se trata de una rama más reservada del islamismo, si bien siempre subrayó su posición de un Islam «desarrollador de civilización» que está «absolutamente en contra de posiciones radicales». El exjugador del Sevilla Kanouté, de Mali, ayudó económicamente en su momento a esta organización para dignificar las instalaciones donde realizan los rezos diarios.

Antes, en torno a 2003, cuando sólo había constituidas seis comunidades en la capital hispalense, ese grupo de musulmanes que constituyó la Fundación Mezquita de Sevilla tenía como objetivo lograr la cesión de la iglesia de Santa Lucía (desacralizada y en manos de la Junta de Andalucía) para convertirla en mezquita en pleno casco histórico. Aquel plan inicial se frustró y la Junta de Andalucía construyó rápidamente una biblioteca en esa iglesia para darle uso, pero esta comunidad volvió a la carga con Los Bermejales.

El último intento hasta el momento para impulsar un templo musulmán ha sido el de Mezquita Ishbilia , de corte aperturista y situada en Amate pero que ha ido adquiriendo fuerza en los últimos años. Tanto que ha dado el relevo a Mezquita de Sevilla como comunidad con más presencia pública y participación en actividades que le ofrecen visibilidad. Inscrita en la Comisión Islámica de España, nutrida con personas de capas sociales más humildes y con un mensaje bastante progresista, entre 2016 y 2019 estuvo varios años reclamando la posibilidad de construir una mezquita y un centro cívico en terrenos de Sevilla Este, de los que presentó completas recreaciones y apoyos financieros, si bien el gobierno local del socialista Juan Espadas cerró las puertas hace un par de años —con un informe jurídico como base— archivando la petición de licitación forzosa sobre la parcela que habían realizado los islámicos. Ishbilia presentó un recurso contra la decisión municipal de archivar su petición de licitación, pero no logró resultados. Y eso a pesar de que esta organización hizo un trabajo muy distinto al de ocasiones anteriores de otras comunidades, con un importante esfuerzo de comunicación diferente, abierta, abundante y propositiva, recalcando en paralelo las características «tolerantes e integradoras» de esta comunidad para disipar miedos y estereotipos y planteando usos vecinales de las instalaciones para integrarse en la zona. No logró su objetivo, pero sí liderar, de algún modo, a los musulmanes sevillanos. Al igual que ahora, cuando ha vuelto a poner en la mesa la necesidad de esa mezquita principal pidiendo al Ayuntamiento la cesión del pabellón de Marruecos del 29 .

La principal comunidad musulmana se ha asentado históricamente en el Distrito Macarena, básicamente en El Cerezo, pero el mayor crecimiento poblacional se ha producido de manera más reciente en el distrito Cerro-Amate, en especial en la zona de la Carretera de Su Eminencia, pivotando en pequeños negocios de comestibles, ultramarinos y locutorios. Ambos enclaves dan una idea del nivel socioeconómico de esta población, de estrato normalmente bajo y con escasas posibilidades de asumir pagos o alquileres de viviendas fuera de estas demarcaciones más depauperadas de la ciudad.

Entre esas comunidades, la de mayor presencia de fieles es la del Polígono Norte (Al-Hidaya), que llega a congregar a más de un centenar de personas en cada rezo. A sólo unos metros, en esa zona próxima a El Cerezo, se encuentra la sede social de la comunidad Al-Mobaraka, que celebra allí sus cultos. Mantiene su peso específico, por supuesto, la de Ponce de León. Además, hay una mezquita de cierta importancia en el Polígono Carretera Amarilla (en la avenida Roberto Osborne), otra pequeña en Su Eminencia (Al-Baraka), la de Bellavista, otra más pequeña en Macarena Tres Huertas (Al-Andaluz) y la que está cobrando más fuerza por su intensa actividad y sus iniciativas de la mano de entidades públicas y ONG, la citada Mezquita Ishbilia, junto al Parque Amate.

En paralelo, a pesar de no estar inscrita en esos registros como mezquita en sí, también presenta cierta relevancia la comunidad senegalesa , la tariqa , que ha ido aglutinando fieles al calor de la inmigración y mantiene contactos y actividades comunes con Ishbilia. Esa unión es el germen de un movimiento más novedoso y que vuelve a reclamar una gran mezquita en Sevilla.