Muere Juan Robles: la hostelería sevillana pierde a su gran maestro

A pesar de su avanzada edad no ha dejado de estar al pie del cañón ni un solo día y, aunque ya era su hijo Pedro quien llevaba las riendas del negocio desde hacía años, cada mañana se le veía por el entorno de Álvarez Quintero y Conteros, donde aglutibana una buena parte de sus establecimientos y tenía la residencia familiar.

Juan Robles estaba considerado uno de los maestros de la hostelería sevillana después de más de siete décadas entregado al sector . Presidió la Asociación de Hostelería de Sevilla y ha recibido numerosos homenajes a lo largo de su trayectoria, el último de ellos de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla hace menos de un mes.

El empresario, como tantos otros de su gremio, procedía de una familia de Villalba del Alcor , localidad que ha dado ilustres restauradores a la capital andaluza. Comenzó con su padre a vender vinos del Condado de Huelva en un pequeño establecimiento de Puerta Osario allá por los años 50 y poco después abrió una pequeña bodega en la calle Álvarez Quintero, germen de una empresa que en la actualidad tiene casi una decena de establecimientos y ha llevado su cocina por más de 20 países, puesto que gestiona el catering oficial del Sevilla Fútbol Club.

Juan Robles ha sabido, junto a su viuda Francisca Cruzado , mantener unida a una familia que vive la hostelería con la misma intensidad. Sus hijos, Pedro y Laura, así como sus hijos políticos, Carmen Pérez y Antonio Jesús Calero, están inmersos en la dinámica diaria de Grupo Robles, así como varios de los hijos de éstos, que conforman la cuarta generación de Robles en la hostelería hispalense.