Suscríbete a
ABC Premium

El misterio de La Argónida, refugio de los mayores forajidos de España

La marisma del Guadalquivir es un laberinto con cientos de brazos del río, varios miles de veredas y muchas zonas aún en estado virgen. Un lugar edénico para los criminales y un reto histórico para la Guardia Civil

La marisma es un su mayor parte una zona virgen con muchas aves migratorias J.M. Serrano
Alberto García Reyes

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Sólo las agujas colinegras han podido conocer el escondite de los forajidos de la marisma del Guadalquivir durante los últimos dos siglos. El laberinto de canales, brazos del río, veredas, tablas de arroz, cañaverales que ejercen de murallas defensivas, antiguas casas de apero ... en ruinas y meandros hacen de este lugar conocido desde la Antigüedad como La Argónida un paraje idóneo para los fugitivos. A veces el humo de una escopeta, a veces el rastro de una lancha, a veces el extraño trasiego de una presunta choza de mala muerte comida por los mosquitos, que pueden alcanzar el tamaño de un helicóptero, permite a los pájaros descubrir el crimen. La Guardia Civil lleva décadas buscando prófugos en el caos del estuario que va de Sevilla a Sanlúcar de Barrameda, refugio de toda clase de fugados de la Justicia desde el siglo XIX. Este humedal es una trampa sin salida en la que bandoleros, contrabandistas de tabaco, asesinos a sueldo, republicanos durante la dictadura y narcotraficantes han sabido escabullirse como dédalos de la persecución del minotauro policial. Sólo los lugareños saben moverse por estos poblados en ruinas sin caer al agua y sólo las aves pueden controlar la guarida exacta en la que han podido eludir la Justicia fugitivos históricos como el bandolero Ramón Fernández , el quincallero mayor de España, el Lute, o el mítico narco el Gordo, cabecilla de una de las redes de tráfico de hachís más importantes de Europa. «Este terreno es muy favorable para ellos por sus características, que no se dan en casi ningún otro sitio de Europa. Hay cientos de caminos y brazos del río que dan ventaja a quienes conocen bien la zona, pero sobre todo se trata de un espacio muy llano que les permite ver a la Guardia Civil desde muchos kilómetros de distancia».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia