La Madeja: ¿Necesita Sevilla una playa?

El proyecto del Jardín de las Cigarreras vuelve a insistir en una idea que ya teníamos superada

Imagen de archivo de la playa de María Trifulca, en el Batán ABC

La playa es 'El Dorado' de Sevilla. Llevamos siglos buscándola sin éxito porque tenemos dentro la espina de la perfección. Si esta ciudad tuviera mar, ¿quién la igualaría? Este déficit es, de hecho, el flanco por el que nos atacan desde el litoral ... en las batallas provincianas contra la capital. En una tertulia de radio en la que hablábamos de la Feria, un interlocutor malagueño me dijo con presunta guasa: «¿Dónde pescáis los sevillanos el pescaíto de las casetas?» . El argumento es más simple que el mecanismo de un búcaro, pero saben que a pesar de que Sevilla es el más determinante punto de partida de la historia universal para las conquistas ultramarinas, la ausencia de un rompeolas nos provoca una frustración insaciable . A mí no me gustan esas discusiones palurdas entre territorios porque todos los lugares, incluso los aparentemente más insulsos, tienen su conque y además me niego a participar del ombliguismo hispalense. Por eso no quiero playa. La continua búsqueda de una orilla en la que bañarnos nos hace débiles. Es una herida que estamos constantemente mostrando. Y no lo entiendo. La playa está muy bien puesta en Huelva, Cádiz y Málaga . No creo que haya un lugar más bello que el horizonte azul que se ve desde la Alameda Apodaca y el baluarte de la Candelaria, roto sólo en los días muy claros por la silueta de Vistahermosa. O que las olas salpicando sobre los Baños del Carmen de Málaga, con el espigón de la T a un lado y el incipiente Mediterráneo al frente. A cada sitio lo suyo. Gracias a dios, hoy tenemos buenas comunicaciones para llegar a cualquier cosa que nos falte en apenas dos horas. Hace un siglo, cuando Cádiz estaba a varios días en burro, era lógico que los sevillanos aspirásemos a una playa de río que nos aliviara el verano, pero ¿qué sentido tiene ahora?

Los baños en la playa de María Trifulca , aquella charca del Batán que todavía tenía aroma salobre cuando la esclusa aún no podía frenar la subida de la marea por el estuario, forman parte de un tiempo peor. La nostalgia lo dulcifica todo, pero aquello era un manglar fangoso según contaban quienes lo conocieron. Y el resto de planes que se pusieron sobre la mesa para echar arena de duna en alguna zapata del Guadalquivir son absurdas quimeras, desde el de Rojas Marcos al que acaba de anunciar el promotor del Jardín de las Cigarreras junto al puente de Los Remedios. Desde la piscina con olas de Guadalpark a los remojones del Iguazú en Isla Mágica, la verdadera relación de Sevilla con el agua está en la cucaña de Triana y en los bañitos furtivos en los embarques del Alamillo. La Expo trajo también los chapoteos en la bola y ahora se ha puesto de moda hacer deportes acuáticos en la dársena. Pero todo eso es un quiero y no puedo. A una empresaria sevillana se le ocurrió una vez decir en una conferencia que Huelva tiene aeropuerto , que es el de Sevilla, en la misma medida en que Sevilla tiene playa , que es Matalascañas. Tuvo que salir escoltada por la Policía, pero yo sigo pensando que tenía más razón que un santo. Y que los complejos localistas son un atraso.

Lo que pasó...

La estafa del millón. El timo del millón de euros en el que ha caído el Ayuntamiento obliga al alcalde a depurar responsabilidades. Una burocracia tan garantista y lenta no puede fallar así.

La Junta en el Pleno. Espadas se ha tirado definitivamente al monte. No dimite como alcalde porque se quedaría sin poder institucional, pero su objetivo ya no es Sevilla, es la Junta, por lo que usa el Ayuntamiento a su aire.

Lo que pasará...

Las obras del puente. El encarecimiento del acero es el enésimo obstáculo que tiene Sevilla para avanzar en sus infraestructuras. En el puente del Centenario no hay ni un obrero todavía. Ojo con esto.

El metro hasta Alcalá. El proyecto del metro en superficie hasta Alcalá desde la Olavide es fundamental para el tráfico. El PSOE lo enterró. El nuevo gobierno de la Junta lo ha rescatado.

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