El litoral de Doñana se regenera con las arenas del dragado del Puerto de Sevilla

La actuación comenzó el pasado mes de noviembre, de común acuerdo con el Espacio Natural de Doñana que solicitó la aportación de arenas procedentes del dragado de mantenimiento para la regeneración de las playas del Parque. Esta se ha desarrollado según directrices y en colaboración con la Demarcación de Costas de Andalucía-Atlántico y el servicio provincial de Costas en Huelva, y con informe favorable emitido por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.

Con esta experiencia, el Puerto de Sevilla ha restaurado un tramo del litoral de Doñana afectado por el avance de la erosión, ocasionada por los episodios experimentados en los últimos años de temporales coincidentes con pleamares y crecidas del Guadalquivir. En concreto, gracias al material depositado a partir de la mejora de la navegación ha sido posible la protección del ecosistema dunar y de la vegetación ante la entrada de agua salada; así como de un tramo del camino Almonte-Sanlúcar que es utilizado por investigadores, visitas, dispositivos del Infoca y por las hermandades de Cádiz en peregrinación a la aldea de El Rocío, entre otros colectivos.

Los trabajos han sido ejecutados por la empresa Dravo S.A., adjudicataria del dragado de mantenimiento de la canal de navegación para las campañas 2019 y 2020, y con prórroga para el ejercicio 2021. Estos se han realizado con la draga de succión Costa Atlántica y por medio de una tubería de impulsión para el traslado de los sedimentos hasta la zona de la costa . Allí, también se han contado con medios terrestres para extender las arenas y disponerlas a lo largo de toda la zona que se ha recuperado.

Esta actuación es un ejemplo del uso beneficioso de los sedimentos como recurso de valor para la recuperación de hábitats y la mejora de los ecosistemas. Por primera vez, la Autoridad Portuaria de Sevilla ha puesto en marcha una experiencia piloto para mejorar el Espacio Natural de Doñana. Esta ha requerido de la coordinación interadministrativa, tal y como recoge el modelo 'Trabajar con la Naturaleza' que promueve la participación efectiva de todos las partes con la finalidad de obtener resultados verdaderamente sostenibles en el tiempo.

Antes del traslado de las arenas a Doñana, el material extraído de los tramos de la desembocadura -Broa, Puntalete y Salinas- ha sido estudiado en la draga para valorar su idoneidad. Para ello se ha llevado a cabo un análisis granulométrico, fotográfico y colorimétrico que ha determinado si las características son adecuadas para el litoral.

Una columna de tamices, una balanza de precisión y un horno para secado de muestras ha permitido al personal a bordo de la draga tener habilitado un laboratorio ad hoc para realizar las granulometrías y poder conocer el tamaño medio de grano de la carga. Asimismo, las arenas utilizadas para regenerar las playas de Doñana han sido clasificadas como categoría A , según las directrices para la caracterización del material dragado y su reubicación en aguas del dominio público marítimo terrestre, por lo que son aptas para la regeneración de las playas.

La Autoridad Portuaria de Sevilla, dentro de su estrategia ambiental, apuesta por la economía circular y la valorización de los sedimentos en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Institución fundamenta la mejora de la navegación en la filosofía 'Trabajar con la Naturaleza', que identifica la manera de alcanzar los objetivos del Proyecto de Optimización de la Navegación , trabajando con los procesos naturales para proteger, restaurar o incluso mejorar el medio ambiente. La gestión de los materiales de dragado y su posterior uso son prioridades para la Institución portuaria a la hora de establecer las pautas de sostenibilidad en las operaciones de mejora de la navegación.

En las campañas de 2019 y 2020 más de 100.000 metros cúbicos se destinaron a la regeneración de las playas de Sanlúcar de Barrameda. El resto de los sedimentos se depositaron en los vaciaderos que dispone el Puerto de Sevilla para tal fin; entre ellos, los vaciaderos de Butano donde la APS ha creado junto al CSIC nuevos humedales para las aves del estuario . Allí también se desarrollan las primeras experiencias para analizar el uso de los sedimentos en la industria cerámica, la construcción y la mejora de suelos agrícolas.

Durante la actual campaña para el mantenimiento de la canal, que finalizará en este mes de enero, la APS destinará una parte del material dragado a la creación de nuevos humedales en el entorno del estuario, proyecto reconocido con el Premio de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y con el certificado 'Trabajar con la Naturaleza' de la Asociación Mundial de Infraestructuras del Transporte de la Navegación (PIANC) .

Como novedad, la Autoridad Portuaria de Sevilla en coordinación con la Estación Biológica Doñana del CISC ha habilitado nuevos humedales en el vaciadero de sedimentos de la Horcada, en Lebrija, y ha mantenido las islas para aves acuáticas en la zona de Butano, junto a la esclusa. En la Horcada se potencia la presencia y reproducción de fochas, zampullines, anátidas, cerceta pardilla, malvasía cabeciblanca y del abejaruco europeo .

La canal de navegación asciende casi 50 millas por la Eurovía del Guadalquivir hasta llegar a Sevilla capital. Por la propia evolución del Guadalquivir, a lo largo del estuario existen determinadas zonas en las que, de manera cíclica, se sedimentan partículas en suspensión que dificultan la entrada por mar a Sevilla. Por este motivo, la APS promueve la accesibilidad de forma que quede asegurado el tráfico marítimo hasta la capital y los municipios ribereños.

Los trabajos del dragado de mantenimiento forman parte de las medidas operativas para la optimización de la vía navegable que garantizan el acceso marítimo con seguridad hasta el Puerto de Sevilla. Estas labores consisten en la realización de batimetrías de precisión para determinar los puntos de actuación y la posterior succión de los sedimentos acumulados con una draga. El dragado de mantenimiento cuenta con el asesoramiento y seguimiento científico de las universidades de Sevilla, Málaga, Cádiz y Huelva y del CSIC.