Salida del Gran Poder a Tres Barrios
Las leyendas que rodean al Gran Poder
Desde que Juan de Mesa le diera vida en 1620, la fuerza del Señor ha trascendido los límites de la fe, llegando a generar leyendas que hoy forman parte de su historia devocional
Así serán los recorridos y horarios de los traslados del Gran Poder para la misión en Tres Barrios
Sigue en directo el minuto a minuto del traslado del Gran Poder a Los Pajaritos
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Iniciar sesiónDurante las Misiones de 1965 , que ahora se reeditan de una manera simbólica, el Señor del Gran Poder protagonizó el argumento de una leyenda en la que se decía que visitó la casa del ex futbolista Araujo que habría perdido ... la fe. Esta historia cargada de poesía fue desmentida por la familia pero forma parte del engranaje cultural que rodea al enigmático rostro del que habita en San Lorenzo.
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Desde aquel garaje de Nervión cargado de novela hasta el libro de actas del siglo XVIII en el que se aseguraba que el Señor sudó agua. El Señor del Gran Poder forma parte del ideario popular de una ciudad que vive bajo su manto devocional desde que en 1620 Juan de Mesa y Velasco le diera vida para aquella hermandad del Traspaso. Leyendas e historias que viven ligadas a esta fe que ya supera los 400 años y que firma ahora un nuevo y glorioso episodio en el libro de historia de Sevilla con la Santa Misión a los Tres Barrios.
El garaje de Araújo
Era 1965 . En aquel año, un total de 55 hermandades, a instancias del Cardenal Bueno Monreal, llevaron sus imágenes titulares a diversos puntos de la ciudad en los que se instalaron centros de oración. El ambiente del Concilio Vaticano II estaba vivo y era el momento idóneo para que la Iglesia, a través de las cofradías, penetrara por todos y cada uno de los poros de la ciudad donde gozaban de menor presencia . «Dios quiere hablarte, óyelo» , rezaba el cartel del evento.
Hubo traslados privados, como el de la Macarena , que fue en furgoneta protegida por colchones que luego se donaron a familias de San Pablo; pero muchos de ellos fueron públicos. El del Señor del Gran Poder y la Virgen del Mayor y Traspaso se realizó en andas, sin ostentación alguna, y con una masa de devotos que lo siguieron en todo momento.
Paralelismos con este 2021. También fue Santa Teresa y también pasó por el barrio de Nervión . Allí se detuvieron en el sanatorio de San Juan de Dios donde comenzó a llover y decidieron refugiar las imágenes en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, junto a la Gran plaza. Sin embargo, el templo estaba cerrado y, en tanto buscaban al capiller, se optó por refugiar al Señor del Gran Poder en un taller de mecánico que había junto al templo. El dueño de aquel taller era Juan Araújo, ex futbolista del Sevilla FC. Él iba portando las andas del Señor y fue gracias a su iniciativa por lo que la imagen se refugió de la lluvia en el interior de su negocio.
Sin documentos gráficos de la época y del suceso, pasados los años, aquel hecho derivó en la leyenda más divulgada del Señor y ha protagonizado miles de publicaciones, pero que fue desmentido por familia. Aquella leyenda tenía un componente literario: Juan Araujo, durante sus visitas al Señor le rogó la curación de un hijo. Al fallecer éste, el ex futbolista, desconsolado, regresó al templo y dijo al Señor: « Que sepas que ya no vengo más a verte porque no has querido salvar a mi hijo. Así que si quieres verme, vas a tener que ir tú a mi casa…».
La leyenda llega a decir que los hermanos del Gran Poder llamaron a la puerta del taller, siendo el propio Araújo el que levantó la persiana y cayó arrodillado ante el Señor.
Esta versión caló en la transmisión oral del pueblo de Sevilla pero nada se parece a la realidad: Araújo no había perdido a ningún hijo ni la fe en el Gran Poder . Aquel 28 de enero de Misiones, Araújo portaba al Señor y fue su ofrecimiento el que dio refugio al Señor protegido en aquel taller de coches.
Ahora la historia vuelve a cerrar el círculo. Los hijos del recordado futbolista volverán a recontarse con el Señor junto al lugar del suceso: la parroquia de la Concepción. Será este sábado, cincuenta y cinco años después.
Del sudor de agua hasta el cuadro salvado
Las leyendas no sólo están pintadas en blanco negro, también escritas en los libros de actas. La imagen está cargada de enigma desde su bendición en aquel convento del Valle en el siglo XVII y hasta en el nombre propio de su autor, que vivió en el olvido hasta 1930. Ese misterio también envuelve historias como esta de 1766 que el investigador Francisco Delgado Aboza descubrió en un libro de actas de la hermandad y que guarda componentes reales y novelescos por partes iguales. Lo firmó en el Boletín de las Cofradías que lo llevó a portada en 2003, año del tercer centenario de la estancia del Señor en San Lorenzo.
La hermandad residía ya en la parroquia. La actual capilla del Dulce Nombre era el lugar de oraciones del Señor por entonces. Un día, varios testigos aseguraron que el Señor sudaba agua de su talla. Aquel suceso provocó tal revuelo en aquella ciudad tardobarroca que obligó a la junta de gobierno a tapar con un velo al Señor para que los curiosos, sedientos de aquel «milagro», no acudieran al encuentro ante la expectación.
Pero también historias reales con tintes de película han marcado el hilo argumental de la imagen. El periodista de ABC, Javier Macías, daba a conocer en 2016 el milagroso relato de un cuadro que se salvó de las llevas. Era el 5 de marzo de 1985. La basílica estaba repleta de devotos que acababan de asistir al vía crucis y los hermanos acudían a sacarse la papeleta de sitio para la Madrugada. Una grito encendió todas las alarmas: « ¡Traedme extintores!» Era el capiller, que intentaba apagar un fuego que se había declarado en la antigua sala de promesas. Entonces, en la basílica, había una habitación alicatada para las velas de promesas que estaba presidida por un cuadro con una foto del Señor de Gran Poder. Aquel día, una vela mal colocada provocó un incendio que, al usar el extintor de agua sobre el aceite, aceleró la combustión. La obra salió ilesa y muchos lo atribuyeron a un milagro del Señor. El cuadro del Gran Poder, con la placa que reza actualmente: «El día 15 de marzo de 1985 se originó un incendio en la sala de velas de promesa de este templo en la que se encontraba esta fotografía de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder que resultó sin daño alguno. La junta de gobierno de esta hermandad acordó perpetuar este acontecimiento, para conocimiento de hermanos y devotos. Sevilla, 1985».
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