Cinco años como alcalde de Sevilla
Juan Espadas: «No estoy compitiendo por otros cargos, sólo por ser el mejor alcalde de España»
«Si es por el interés de la ciudad, tendré que desdecirme de mis palabras sobre estar sólo ocho años. No voy a salir corriendo»
Cumple Juan Espadas este fin de semana cinco años como alcalde de Sevilla y en su balance pesa muchísimo un elemento que ni él ni nadie esperaba, la durísima crisis del Covid-19. Tanto que va perfilando un nuevo discurso en el socialista, no ... sólo en lo que atañe a los proyectos de la ciudad sino a su propia carrera política.
¿Van a ser tan graves como parecen las consecuencias de la crisis? ¿En qué situación afronta Sevilla la reconstrucción económica y social?
Es evidente que hay un antes y un después del 14 de marzo y del estado de alarma. Arrancamos este primer año del segundo mandato muy fuertes, con un nivel de proyectos ya maduros que hay que lanzar ya muy importante, con una fortaleza importante. Si fuimos capaces entre los años 2015 y 2019 de salir de la crisis que veníamos arrastrando de años anteriores, con elementos que fortalecieron la ciudad por la mejora de sus cuentas y su solvencia o la capacidad de gestión para desbloquear proyectos, de esta lo haremos incluso mejor. Saldremos de esta crisis mejor de lo que lo hicimos de la anterior. A finales de febrero, teníamos delante un escenario muy positivo con proyectos de ciudad desbloqueados que se pueden poner en marcha en este mandato. Con un presupuesto aprobado, el más rápido de los que se recuerdan y con un buen acuerdo político sin oposición fuerte, con un respaldo en las urnas y con un espíritu de acuerdo y consenso político que también hay que destacar, con Adelante y Ciudadanos como fuerzas políticas que intentan ser protagonistas y ayudar a gobernar. Todo nos aportaba un escenario muy positivo. Y eso permite pensar que muchos proyectos van a salir adelante este año a pesar de esta crisis.
¿Como cuáles?
La Gavidia, por ejemplo. Ese proyecto sale adelante antes de final de año. Ya tenemos resuelto el asunto del espacio reservado para la memoria histórica, en los calabozos, con lo que en el mes de julio pueden estar ya listos los pliegos para licitar. Altadis también nos va a dar muy buenas noticias pronto, ya que el proceso se mantiene y la empresa está manejando varios proyectos potentes para la ciudad y estamos a la espera de que ellos vengan y nos digan que ya tienen cuatro o cinco iniciativas para que Sevilla evalúe cuál es el más interesante para sus intereses. Y ya sabemos que la ciudad quiere participar en la decisión porque quiere el proyecto que más satisfaga sus intereses en este lugar tan privilegiado como ese.
Y el metro, obviamente. La línea 3.
Por supuesto, la línea 3 del metro, que en este caso ha ido vinculado a la Ciudad de la Justicia y su nueva ubicación en Palmas Altas. Me parece esencial ese acuerdo con la Junta de Andalucía. Se han logrado objetivos de interés general. No uno, sino dos. Y enlazados. Uno solo sin el otro es débil, tiene menos justificación política, pero unidos los dos proyectos se han convertido en uno solo muy fuerte. Significa que una zona de la ciudad como esa del límite sur, con un margen de crecimiento muy grande, se pueda beneficiar de una conexión que atraviesa toda la ciudad con una línea de metro y vaya a tener un desarrollo enorme al tiempo que logra un equipamiento tan importante como la Ciudad de la Justicia en un complejo de edificios de última generación que estaban sin uso. Todo ello va a sustentar la construcción de un tramo de esa línea 3, el sur, que hasta ahora no estaba tan bien justificado en comparación con otros como la línea 2 hasta Sevilla Este. Se han resuelto dos temas de ciudad que estaban apalancados con un acuerdo político y con un importante coste de oportunidad, como dicen los técnicos, al haberse aprovechado la ciudad fantasma que había quedado en lo que fue Abengoa. Es un proyecto que da sentido a todos los desarrollos urbanísticos al sur.
¿Será este mandato suficiente para sacar adelante sus proyectos? ¿No inaugurará usted esas infraestructuras que se promueven ahora?
Es que no se trata de un proyecto personal mío, no. Saben perfectamente, y no es una impostura, que nunca hablo de proyectos del alcalde ni estoy teniendo un mandato personalista, a diferencia de otras formas de actuar. Al final se hablará de uno, pero se hará como consecuencia de lo organizado o impulsado. Yo prefiero otra visión menos personalista. Hay que analizar el conjunto del balance. Es evidente que el final de este mandato será un final de mandato de obras, con obras, puesto que hay infraestructuras grandes y costosas en marcha y no se trata de procesos de doce o catorce meses. Pero no se trata de si las inauguro yo o no porque no estoy en un proyecto personal sino de ciudad. Los sevillanos no deben preocuparse porque Juan Espadas va a estar siempre en función del interés de la ciudad, no del personal. A todos los efectos.
¿Y cuál es ese interés, en su opinión?
Recuperarse económicamente y volver a la situación del pasado mes de febrero. En este momento no me ocupa pensar dónde voy a estar yo en 2023 sino qué es lo que tengo que hacer por Sevilla en los próximos tres años. ¿Dónde me gustaría estar en 2023? No es el momento. Básicamente, me gustaría poder contemplar entonces un balance de gestión que acredite que esta ciudad va al ritmo que debe, está haciendo bien los deberes y tiene todo el futuro del mundo para darle expectativas a la gente y que mi equipo ha tenido algo que ver en todo eso. Si es así, entonces podré realizar un balance responsable y sereno positivo. Y si no es así, estaré insatisfecho.
Usted anunció que no iba a repetir como candidato a alcalde en un tercer mandato…
Yo no me pregunto por esas cosas todos los días ni todas las semanas. Sí, sencillamente lo dije y soy persona de hacer las cosas que dice que va a hacer. Para mí no es esa una cuestión relevante ahora, en este momento. Antes hay que gestionar una situación tan complicada como ésta. Eso creo que sólo preocupa al Partido Popular, pero en lo que no deben estar ahora los sevillanos es en qué va a hacer Juan Espadas. Pues miren ustedes, Juan Espadas está aquí y va a trabajar por la ciudad en lo que haga falta.
Si la crisis del Covid se alargara o incluso se agravara y éste resulta finalmente un «mandato fallido» porque las circunstancias impiden desarrollar proyectos, ¿se plantearía seguir un mandato más, presentarse de nuevo a pesar de haber dado su palabra de que estaría sólo ocho años?
En este momento no estoy en disposición de responder a esa pregunta, porque mi idea es tener todos los proyectos que debían ser protagonistas encauzados. Los quiero ver consolidados, en obras. Estoy en eso, en afianzar cuestiones como la financiación del tranvía, ultimas los presupuestos y plazos del metro, que el Ministerio de Transportes aclare cómo vamos a cerrar la SE-40… Ahora mismo estoy en esto. O en llamar a los sectores privados que me habían confirmado inversiones para recordarles su palabra. En eso está el alcalde de Sevilla ahora mismo. Y en esas circunstancias yo no puedo trasladar incertidumbres a la gente.
Pero decirle a esa gente que volverá a estar al frente del proyecto socialista para la ciudad no es una incertidumbre sino todo lo contrario...
Juan Espadas tiene que estar para lo que los sevillanos necesiten. Y esto incluye la posibilidad de que me tenga que desdecir de mis palabras, que eran que no iría a un tercer mandato. Incluye esa posibilidad, pero no está ahora mismo encima de la mesa. Pero si el interés de la ciudad es ese, ya sabemos quién va a tener que dar su brazo a torcer, aunque tendrá que estar suficientemente justificado que sea yo y no otro el que asuma esa responsabilidad. Con tres años por delante, no es relevante y es pronto para tener una respuesta clara. Además, muchos sevillanos que no tengan su futuro claro pueden pensar que yo estoy garantizándome el mío. Y no, no. No quiero que crean que estoy pensando en mí porque no es así. Lo que marcará mi decisión será el interés de la ciudad y ahora mismo en ese aspecto hay aún muchas incógnitas como para tener yo una decisión de futuro. Vamos a ver cómo está la ciudad dentro de un año, por ejemplo, y en función de eso habrá que tomar esa decisión personal y ver si los sevillanos necesitan que yo replantee mi decisión y si la ciudad ha recuperado su velocidad de crucero. Yo no he cambiado de opinión, pero si el interés de la ciudad y de su gente se manifiesta de una forma diferente porque tenemos una realidad a la que no hay que perderle la cara, yo no voy a echar a correr. Voy a estar en lo que haga falta. Por pura responsabilidad en esta situación tan delicada.
Se habla de usted también para otras cosas ya en el ámbito del PSOE Andaluz o la Junta de Andalucía. Es ahora el político socialista con más poder institucional de la comunidad.
En eso sí que no estoy, no, no. Sólo faltaría. Ni para decir dónde voy a estar en 2023 ni mucho menos para hacer cábalas sobre el partido. Estoy para la gestión municipal. Nos encontramos en un momento muy serio en todas partes, con incógnitas complejas y sin saber a ciencia cierta la magnitud que va a tener esta crisis por más que haya gurús que anuncien cosas. Hay que estar centrados en la gestión municipal para salir adelante cuanto antes. Con ese nivel de preocupación y de incertidumbre con lo que tenemos ahora por delante, no hay margen para otras cosas, de verdad.
¿Nadie debe inquietarse, por tanto, en las filas del partido?
En absoluto. Orgánicamente no estoy en nada de nada. Mi único objetivo en ese sentido es que la valoración que tienen los ciudadanos con respecto al PSOE sea buena o muy buena como consecuencia de un buen trabajo institucional. Y ahí me quedo. Soy el alcalde del municipio más grande que gobierna el PSOE en toda España y ahí intento que se vea, y que intenten tener muy buena opinión de mí no sólo los que me votaron sino también los que no lo hicieron, que también suman y que pueden cambiar de opinión. Pero hay o no focos sobre mí, eso no me atenaza, porque mi única responsabilidad es ser un buen alcalde de Sevilla. No estoy compitiendo ahora mismo por ningún otro puesto ni orgánico ni institucional. Lo digo alto y claro. Sólo compito por ser el mejor alcalde de España.
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