«Jesús Navas disfruta en el campo como si jugara en Los Palacios con los amigos»

Además de la hemeroteca, páginas webs, archivos de radio y televisión, las entrevistas realizadas, la mayoría en directo, a familiares, amigos, compañeros de equipo y de selección, entrenadores, ilustres miembros de la canallesca. De todos, el más reacio a hablar ha sido el protagonista.

¿Es verdad que Jesús y Camarón de la Isla coincidían en su talento y también en su aversión a las oraciones subordinadas en una charla?

Es tan complicado marcarle en el campo y que no se te marche en velocidad como sacarle una respuesta más larga que la pregunta, por breve que sea ésta.

Su percepción exterior es la de un chico tímido. Pero tengo entendido que en la intimidad le sale el guasón que lleva dentro.

Él no tiene muchas esperanzas de que así sea, por lo menos hasta ahora (tiene 7 años) no apunta a futbolista. Es más, parece que le tiene manía al fútbol.

¿Es verdad que esconde los balones cuando sus primos llegan a su casa?

(Risas) Se ve que le ha echado un ojo al libro o alguien se lo ha chivado. Eso y otras cosas interesantes nos cuenta Alejandra, su madre. La mujer de Jesús es encantadora y bastante más dicharachera que su incansable marido.

Yo creo que junto a Daniel Alves formaron la banda derecha más poderosa del fútbol mundial de aquel tiempo. ¿Él es consciente de eso?

No sé si es consciente o no, pues se ha repetido innumerables veces entre especialistas en la materia, pero lo cierto es que él ni alardea de ello ni le da importancia, como tampoco lo hace de los títulos y registros alcanzados.

No solo tuvo que invertir en conseguirlos energías deportivas; también tuvo que pelear contra él mismo para superar duros procesos emocionales.

Me gusta resaltar del libro que refleja la historia de una superación. Jesús lo pasó muy mal durante un tiempo y ayudado por su entorno y por el club logró superarlo.

¿Qué le provocaba la angustia: la competitividad, la alta responsabilidad, el mundo ingobernable que rodea al fútbol?

El disfrutaba, como lo sigue haciendo ahora, en el campo y con un balón, pero no con todo lo que rodea al fútbol. Ese periodo crítico quedó atrás, y aunque no le impidió nunca competir al más alto nivel en el Sevilla, sí retrasó su entrada en la selección absoluta.

O sea que, como algunos toreros, disfrutaba delante del toro, pero le daba pánico el mundo que rodea al toro ¿no?

Algo así. Le angustiaban la fama y los focos que rodean a los futbolistas de élite, aunque se sentía y se siente como si jugara en una plazoleta de Los Palacios cuando disputa una final. Y en finales está más que doctorado Jesús Navas.

¿Qué le dijo Juande al grupo de capitanes que fueron a informarle de la situación desigual que mantenía Jesús entrenando a parte?

(Risas) Poco más o menos que, cuando jugaran y corrieran como Jesús sin apenas sudar, atendería sus reclamaciones. Pero, para no hacer interpretaciones libres, invito a que lean el libro. Hay diferentes voces y versiones del asunto y todas jugosas.

¿Antes que el City se interesaron por él equipos de perfil alto de la Liga?

Eso reflejan tanto noticias de prensa de entonces como la versión de su anterior representante. Se habló del Valencia y de algún otro que también viste de blanco.

¿Y él ya estaba seguro de que podía emprender lejos de Sevilla una nueva carrera?

Hay una conversación del jugador en Marbella con Jesús Rodríguez de Moya que así se lo hace ver, pero eso ocurrió un par de años o tres antes de su traspaso al Manchester City.

Con Guardiola se habrá llevado mejor que Ibrahimovic…

Jesús no tiene queja del entrenador catalán, pese a que jugara menos que con Pellegrini, pero disputó 36 partidos con él y lo adaptó al puesto de lateral derecho, la posición en la que sigue triunfando en el Sevilla y en la que ha vuelto a la selección.