Instituto de Medicina Legal de Sevilla: El impacto del coronavirus supera al del sida

Vencieron al sida, a la tuberculosis y a otras tantas enfermedades, pero los forenses, como cualquier ciudadano, tiende a no extremar las precauciones por la rutina. Y de repente llegó el Covid-19 . «El impacto es mayor que el del sida para nosotros, pues el coronavirus nos ha igualado a todos y cualquiera puede estar infectado , ricos, pobres, marqueses o funcionarios», según explica a este periódico Rocío Marín. En otras enfermedades los grupos de riesgos estaban más identificados, como era en el caso del sida, y «teníamos especial cuidado cuando tratábamos un cadáver». Ahora, « el que menos te imagines, tiene coronavirus ».

El coronavirus, sin duda, ha cambiado las formas de trabajar del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses , como ahora se denomina, sin embargo no el fondo, su actividad. Ha permanecido abierto desde el inicio de la pandemia, con medidas de seguridad para garantizar la salud de los más de 70 profesionales que lo componen y del público. Como muestra un botón. En 2019 realizaron 12.995 actuaciones. A fecha de hoy, llevan 12.772.

El Instituto de Medicina Legal de Sevilla, lejos de la idea preconcebida que tiene la ciudadanía de que sólo hacen autopsias, está integrado por médicos forenses, psicólogos y trabajadores sociales . Además de las autopsias que llevan a cabo el Servicio de Patología también realizan informes de imputabilidad, valoración de daños corporales, incapacidades, valoración de situaciones de drogodependencias, exhumaciones por asuntos de filiación, etc.

Es un servicio abierto 24 horas los 365 días del año . Siempre hay un médico forense de guardia (al día son cinco para toda la provincia y el domingo seis) pendiente de lo que la realidad depare: « A cualquier hora muere alguien , hay una agresión sexual o una valoración urgente que hacer para una imputabilidad», dice Rocío Marín, que es consciente de que a los forenses siempre se les ha relacionado con la muerte y con la muerte violenta.

Ella ha participado desde el levantamiento del cadáver a un corredor en el Parque de María Luisa, de un hombre que iba a coger espárragos por el monte en Castilblanco de los Arroyos en plena madrugada o en el triple crimen de Dos Hermanas . Aquello fue «horroroso».

Además, también gestionan la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género . Andalucía fue pionera en el desarrollo de estas unidades y su implantación.

La llegada del coronavirus supuso que tuvieran que dejar de prestar algunos servicios, pero rápidamente se implantó un sistema de trabajo seguro. Aunque había servicios indispensables, como el de patología, que no ha dejado de hacer autopsias ningún día .

En 2019 se realizaron 1.005 . Hasta el momento, este 2020, se han hecho 890. « Si no hubiese pandemia estaríamos en números superiores al año pasado », pero, claro está, la reducción de la movilidad y el confinamiento redujo el número de muertes por accidentes, caídas y bajó la criminalidad.

Eso sí, desde el 14 de marzo con un protocolo más estricto, sobre todo, por el desconocimiento inicial sobre el virus al que se enfrentaban al tratar los cadáveres.

Pero no sólo en las salas del Servicio de Patología , que actualmente se encuentran en el tanatorio de San Jerónimo de la capital, sino que también han de extremar las medidas cuando acuden a domicilios a levantamientos de cadáveres.

¿Qué cuerpos sin vida llegan al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses? No sólo llegan cadáveres resultantes de muertes violentas, sino todos aquellos que carecen de certificado de defunción o de sospechas de criminalidad. Trabajan «con la muerte imprevista», como lo define la directora del Instituto. Homicidios, suicidios, accidentes de tráfico o laborales, caídas accidentales en casa o en la calle, etc.

Sin embargo, la realidad, año a año, es que al final más del 50 por ciento de los cadáveres a los que practican autopsias mueren por causas naturales . Este año, por ejemplo, el 53 por ciento de las ya hechas son muertes naturales.

Pero no sólo diseccionan los cuerpos para buscar la causa de su fallecimiento, sino que estos profesionales son los primeros que inician el duelo con los familiares del muerto, el proceso psicológico por la muerte de un ser querido, a sobrellevar la pérdida.

«Hay que explicarle que nos llevamos el cuerpo al Servicio de Patología para la autopsia», recuerda Rocío Marín, que detalla que en esta fase el coronavirus sí se nota. Antes los familiares podían esperar en una sala del Instituto, ahora todas las gestiones son por teléfono y sólo una persona podrá reconocer el cadáver, frente al número ilimitado antes de la pandemia.

El coronavirus suscitó una polémica en torno a si se hacían o no autopsias. La directora del Instituto de Medicina Legal lo aclara, empezando por distinguir entre las autopsias judiciales para determinar la causa de la muerte, que es la que ellos hacen, y las autopsias clínicas que realizan en hospitales y que son las que podrían servir a las consecuencias del virus en el organismo humano.

Marín continúa detallando que durante estos meses han sometido a todos los cadáveres a pruebas PCR para saber si eran positivos o no. Si el resultado era negativo , se practicaba la autopsia 24 horas después, por prevención de riesgos laborales, para determinar la causa del fallecimiento.

De ser positivo y tras examinar el cuerpo y descartar la muerte violenta, determinaban que la causa había sido natural por coronavirus , dando respuesta al sistema judicial, para quien trabaja este organismo dependiente de la Administración de Justicia. Desde el punto de vista jurídico no tiene interés al tratarse de una muerte natural y se cierra el expediente.

Desde el 14 de marzo hasta el 12 de noviembre practicaron más de 120 PCR a los cadáveres que llegaron al Servicio de Patología con el resultado de doce positivos . Desde el día 12 de este mes disponen de test de antígenos . A partir de entonces han registrado cuatro casos positivos.

Cuando se ha detectado un positivo, inmediatamente, han cursado una alerta epidemiológica para que se inicie un seguimiento entre las personas que mantuvieron contacto con el fallecido en los últimos días: familiares, sanitarios, funeraria, agentes policiales o forenses.

La directora del Instituto de Medicina Legal no cree que la actual situación de pandemia haya provocado que más personas mueran en soledad en sus casas, al contrario si algo propició las primeras semanas de confinamiento fue que estas personas mantuvieran mayor contacto, aunque fuese telefónico, con su entorno. El número de personas que mueren en soledad en casa está determinado por los cambios sociales y del concepto de familia: «cada vez vive más gente sola».

A veces esa soledad, incluso, se vive en la calle. En Sevilla «hay mucha gente viviendo en la calle» . Cada vez que muere un indigente termina en el Instituto porque no suele tener familia, ni entorno, por lo que hay que determinar la causa del fallecimiento.