Los hospitales de Sevilla ya sólo tienen once ingresados por Covid tras veinte meses de lucha, tesón, tensión y angustia

El Hospital de Valme fue el primero, hace varias semanas, que se quedó libre de Covid. Después dio el alta a su último paciente el Hospital de San Juan de Dios del Aljarafe y este domingo lo hizo el Hospital de Emergencia Covid (antiguo Militar). En este momento sólo quedan tres pacientes en el Virgen del Rocío y otros ocho en el Virgen Macarena entre los centros sanitarios públicos de la capital; y si todo evoluciona como hasta ahora, en muy poco tiempo e l coronavirus habrá desparecido de los hospitales sevillanos. Actualmente hay 20 hospitalizados en toda la provincia, de los cuales tres están en UCI.

Las cifras de estos veinte meses de pandemia reflejan la dimensión de lo vivido desde marzo de 2020 en hospitales y centros de salud de Sevilla . Se han diagnosticado 177.185 casos desde entonces, d e los que 12.940 requirieron hospitalización . De esos más de 12.000 pacientes atendidos en Sevilla, 1.258 ingresaron en las UCI y 2.324 murieron. De las más de 177.000 personas infectadas se recuperaron 173.915 personas.

Aunque no se puede descartar ningún escenario en las próximas semanas, incluso la aparición de una variante nueva que pueda burlar, en alguna medida, a las actuales vacunas, la pandemia puede estar lanzando su canto del cisne tras cinco durísimas olas . La primera, que se inició en marzo de 2020 y duró hasta finales de mayo de ese año, no fue la peor para los hospitales sevillanos, pero sí la que más angustia causó a sus profesionales por la falta de medios materiales (EPIs y mascarillas, principalmente) y el desconocimiento (y desconcierto) sobre las formas de transmisión del virus. Durante el pico de esa primera ola, que se produjo a mediados de abril, h ubo días cerca de mil ingresados en los hospitales sevillanos . El Virgen del Rocío tuvo por aquellas fechas hasta cuatro plantas enteras destinadas a pacientes Covid.

Tras el duro confinamiento domiciliario y la salida del último paciente Covid del Virgen del Rocío, producida el 22 de mayo de 2020, l legó el relax veraniego y el caldo de cultivo de la segunda ola . El presidente del Gobierno dijo en una comparecencia televisada el día del fin del estado de alarma (21 de junio), que « los españoles habían derrotado al virus». Casi todos nos lo creímos y el resultado fue una segunda ola con una incidencia en los hospitales superior a la primera, aunque con una mortalidad significativamente inferior en relación al elevadísimo número de infectados. El pico de esa oleada se alcanzó en Sevilla el el 6 octubre de 2020 con 880 pacientes hospitalizados . Ocho días después 131 personas se debatían entre la vida y la muerte en alguna UCI.

La segunda ola acabó oficialmente el 6 de diciembre y el relax regresó a nuestros corazones con las vacaciones navideñas . El resultado fue la tercera ola, aún peor para los hospitales sevillanos que la segunda, y la explosión del malestar de los profesionales sanitarios agotados por la repetición de la jugada. Muchos pidieron mayor responsabilidad a la ciudadanía en sus medidas de protección «porque no podemos más». Esta nueva oleada de casos obligó por primera vez a dos grandes hospitales, Valme y San Juan de Dios del Aljarafe , a derivar pacientes a otros centros. El temido colapso de estos centros se produjo a finales de enero y de ese escenario impredecible emergió como insospechado salvador el Hospital de Emergencia Covid («el Militar» al decir popular) resurgiendo de sus cenizas tras más de quince años de olvido y abandono. Su apertura el 1 de febrero de 2021 resultó providencial porque sucedió en el pico de la tercera ola (827 h ospitalizados el 2 de febrero, y 131 en UCI, once días después ).

El HEC llegó a atender a más de 120 pacientes Covid diarios en sus peores momentos, pero su UCI, con 25 boxes de avanzada tecnología, nunca llegó a colapsarse. Tampoco las de los demás hospitales sevillanos, que aplicaron sus planes de contingencia y fueron ampliando las plazas a medida que se iban llenando los puestos con la siguiene avalancha de enfermos. Aunque no se llegó al colapso, sí hubo momentos de cierta saturación en el Virgen del Rocío durante algunos días de febrero ( 230 hospitalizados y cinco plantas del Hospital General para ellos ).

Las costuras del sistema sanitario público, al que se sumó en este emergencia la sanidad privada con todos sus efectivos, aguantaron con resiliencia el embate inopinado de un virus desconocido, pero mostraron al mismo tiempo sus notorias debilidades (falta de personal) y la necesidad perentoria de mejoras y modernización. La inversión ha llegado durante este verano con renovaciones importantes en las UCI y equipos del Virgen del Rocío, Virgen Macarena y Valme , pero un virus invisible para el ojo humano siempre corre más que la farragosa burocracia administrativa.

El avance en la campaña de vacunación restó potencia a laa cuarta ola del coronavirus, que arrancó el 15 de marzo y terminó el 19 de junio. El pico de ingresados en los hospitales sevillanos se produjo el 20 de abril (388 ) y diez días después hasta 84 pacientes se las veían en las UCI.

La quinta ola, que arrancó el pasado 20 de junio, alcanzó su cénit el 24 de agosto con 307 pacientes hospitalizados. Cuatro días después se dio el pico en las UCI (60 enfermos). El esfuerzo de los profesionales sanitarios y el éxito de la campaña de vacunación ( 3.094.090 dosis administradas en Sevilla con el 91 por ciento de la población mayor de 12 años con la pauta completa ) ha permitido reducir de forma notable la mortalidad a lo largo de este otoño.

Tras veinte meses muy duros en los que 2.324 familias sevillanas dijeron adiós a algún ser querido, la pesadilla parece tocar a su fin.