Los héroes también necesitan psiquiatras

Los sanitarios sevillanos han necesitado no solo un Equipo de Protección Individual (EPI) físico para protegerse de posibles contagios (en marzo de 2020 algunos se los tuvieron que hacer con bolsas de basura), sino otro EPI emocional que se han debido fabricar ellos solos para poder enfrentarse a vivencias tan dolorosas como estresantes.

En el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde trabajan unos 5.500 profesionales, se puso en marcha tras la primera ola un programa de apoyo emocional a los profesiones de atención directa al Covid (PAAPS) que a rrancó con veinte personas, la mayoría enfermeras y auxiliares. Cuando llegó la segunda ola tras el verano de 2020, la unidad de Salud Mental de este centro sanitario estableció un grupo de trabajo de 13 profesionales (tres facultativos de P sicología Clínica , tres de Psiquiatría , y siete especialistas internos residentes) que evaluaron y rediseñaron la ayuda que se estaba prestando. En esta segunda fase eran ya 34 las personas atendidas, a las que se añadido otros 42 profesionales en las últimas semanas, lo que ha obligado a incorporar a seis enfermeras especialistas en salud mental (EESM) y seis EIR de Enfermería de Salud Mental al equipo.

El psiquiatra Jaime Gómez , coordinador del grupo, destaca que «la pandemia no ha dejado de pasar factura psicológica a los profesionales sanitarios desde marzo del pasado año, aunque no todos lo han gestionado de la misma manera». En el caso del grupo del Virgen Macarena predominan las mujeres y las enfermeras y auxiliares de Enfermería, aunque también hay varones de otros colectivos sanitarios. « Las personas que han mantenido un contacto más prolongado y directo con enfermos de Covid y sus familiares suelen ser las que más efectos psicológicos arrastran», asegura este experto.

El programa, premiado por la Consejería de Salud y Familias, ha logrado que todas las personas que participaron en su primera fase, salvo una, lograran cumplir con los objetivos y consideraran superadas sus secuelas o atendidas por telemedicina. Con todas ellas se ha hecho psicoterapia grupal, un programa de afrontamiento de la ansiedad y auto-cuidados en modalidad presencial.

Los motivos de consulta en estos meses de pandemia han variado a lo largo del tiempo: al principio, el mayor temor era contagiarse y, sobre todo, contagiar a la familia ; más tarde, entraron «sentimientos ambivalentes, conflictos de roles profesionales y relacionados con vivencias estresantes en el trabajo», asegura Gómez.

Estas situaciones de desbordamiento emocional, con reacciones mixtas de ansiedad, tristeza, sentimientos de impotencia , o vulnerabilidad, unidas a sentimientos de culpa y excesiva auto crítica, han sido las más frecuentes. Todas estas secuelas pueden interferir con la normal vida laboral y, a pesar de la buena evolución de la pandemia y el avance de la campaña de vacunación , «muchos de estos profesionales aún no han podido bajar la guardia ni se prevé que lo puedan hacer en las próximas semanas», asegura este psiquiatra.

Por el programa han pasado hasta ahora unos cien profesionales, la mayoría mujeres del área de cuidados de enfermería ( enfermeras, auxiliares de enfermería ), que están en primera línea de la atención Covid. «En los primeros momentos se evidenciaban en los grupos emociones muy intensas de rabia, frustración , desamparo y tristeza que han podido empezar a ser compartidas y que por tanto nos ha permitido poder empezar a trabajar con ellas», dice Jaime Gómez.

Aunque la experiencia adquirida en estos meses va a ser crucial en el manejo de los futuros retos, el agotamiento y la fatiga están pasando factura en aquellos profesionales que han tenido escaso margen para la recuperación. Por esa razón, no es fácil precisar las secuelas futuras, aunque Jaime Gómez se muestra moderamente optimista. « Cuando la pandemia desaparezca, tenderán a desaparecer lentamente sus efectos».

Las terapias que han resultado más efectivas paa tratarlos son psicoterapias en grupo, centradas, por una parte, en los recursos de autocuidado y, por otra, en los aspectos emocionales . «La expresión emocional de las dificultades, entre un grupo de iguales, de donde salen respuestas a los problemas planteados dentro del grupo, se está demostrando como el de superior efectividad», dice este experto, que añade que «debemos visibilizar que la inversión en Salud Mental es rentable».

«Los profesionales de la salud mental estamos familiarizados con el sufrimiento de las personas que atendemos, es nuestro material de trabajo. Ofrecemos herramientas que pueden modificar el curso de las enfermedades y en el caso que nos ocupa, cambiar el efecto que produce en los compañeros, la sobrecarga, el abatimiento o la incertidumbre creadas por la actual pandemia», añade este experto.

Los psiquiatras son conscientes de que no es posible cuidar al otro sin cuidarse uno mismo y de que hay que ser coherentes con las indicaciones que facilitan a los profesionales para el autocuidado y la prevención de posibles efectos por la pandemia.

El programa de apoyo emocional al profesional de atención directa al Covid (PAAPS), se enmarca dentro del proyecto de Humanización Positiva para profesionales del SAS.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha puesto en marcha dentro de la «app mGerhonte» un punto de encuentro cercano para profesionales con el objetivo de que puedan compartir sus experiencias y ofrecerles recursos que les permitan avanzar en el cuidado de su salud y el bienestar emocional.

A través de la app se fomentan programas MBI (Mindfulness Based Intervention) de H umanización Positiva que ofrece a los profesionales herramientas de gestión de las emociones y refuerzo de las competencias para afrontar problemas de estrés en el puesto de trabajo, especialmente en situaciones que ocasionan una gran carga emocional como la lucha contra la pandemia.