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Reloj de Arena

Federico M. Pérez de Estudillo: El cura y sus hijas adoptivas

No me refiero ni al Pájaro Espino ni a don Camilo. Me refiero al muy mariano, sevillista y currista padre Estudillo

Federico M. Pérez de Estudillo ABC

Félix Machuca

Entre los renglones torcidos de Dios nos encontramos, a veces, definidos con muy buena letra y más derechos que un cirio pascual, algunos ministros de la Iglesia que, por su personalidad, alcanzaron la gloria de la polémica. Para algunos era la personificación de la transgresión ... y un declarado infractor de las ordenanzas celestiales. Para otros un ser humano, con un corazón muy rojo y una irresistible atracción para hacer hijas adoptivas. Se le imputan cerca de cuatro mil chicas de la época a las que ayudó, relacionó y aconsejó, en privado o en veladas grupales en algunos de los bares de su ruta habitual: la bodeguita Moreno, Trifón, La Isla, Góngora y aquel luminoso local que tenía Paco Hermosilla a la vera de Correo y frente a la puerta de la Catedral. En esa misma puerta, donde la nomenclatura religiosa local tenía un palco para ver las cofradías, se le vio una noche de semana santa sentado en su silla y completamente entregado a Morfeo. Ni la música de las bandas lograron sacar al cura de aquel séptimo cielo donde descansaba, quizás, de un Domingo de Ramos con demasiadas torrijas…

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